domingo, 30 de diciembre de 2018

El hombre que cabía en la palma de su mano. Francesc Barberá - Reseña

"...Se acurrucó entre sus dedos y apretó el puño con todas sus fuerzas"

"El hombre que cabía en la palma  de su mano" de Francesc Barberá, es una originalísima colección de relatos breves, tan breves que más que de microrrelatos habría que hablar en muchos casos de nanorrelatos.

Suicida
Se arrojó a su vacío interior

Discreción
El inmortal se llevó su secreto a la tumba

Insisten mucho los amantes del género en la importancia de que nunca un microrrelato pueda confundirse con un chiste, una ocurrencia, una anécdota o un aforismo. Por muy breve que sea la narración debe contener siempre una historia, un cuento que para completarse precisará del otro lado una lectura activa, inteligente y cómplice. Eso es exactamente lo que encontramos en este libro, una serie de pequeñas y muy variadas historias que, saltando de un género a otro, se mueven entre la ironía, el humor (negro casi siempre) la crítica social, la ternura, la fantasía... todas ellas construidas de un modo muy inteligente y muy cuidado. Logra siempre el autor encontrar la palabra exacta, juega con elipsis y silencios que obligan al lector a adivinar lo que sucede, sorprende con ingeniosísimos juegos de palabras y nos introduce poco a poco en un mundo propio y muy particular.

El Viaje
Tras varios años en coma, despertó el 1 de enero de 1967. Al preguntarle por el accidente, aseguró que se había distraído revisando el móvil.

Mundo interior
Una expedición de arqueólogos se adentró en mi garganta. Al llegar a los riñones encontraron diversos bloques de piedras. Aseguran que son los restos de una civilización antigua.

Muy medidos ritmo y estructura y muy acertados unos títulos que forman parte en realidad del relato y lo completan o, al contextualizarlo, ayudan al menos a entenderlo.

Desencuentro
Tras su visita a la Tierra, los alienígenas regresaron a su planeta cabizbajos. No habían encontrado rastro de vida inteligente.

Reset
Se apagan las últimas luces en la ciudades. Ya no queda un solo humano en el planeta. Frente a una hoguera celebramos nuestra victoria.

Cuidadísima por último la edición de "Unaria"  y muy acertadas las ilustraciones de Riki Blanco que armonizan a la perfección con los textos.

Un libro entretenido y amable, para leer despacio y disfrutar de él poco a poco.

viernes, 28 de diciembre de 2018

Escarcha. R. Ariel Victoriano - Reseña



"Una vez que la escarcha cruje por la presencia de la ternura, es inevitable que se comience a derretir".

Diecinueve cuentos integran esta Antología (la tercera tras "El sonido de la tristeza" y "Páginas Barrocas") del escritor argentino Raúl Ariel Victoriano. Diecinueve historias aparentemente heterogéneas conectadas sin embargo todas ellas por el relato de pequeños y casi siempre inadvertidos dramas cotidianos, a medio camino sus protagonistas  entre la fatalidad y la esperanza, atravesadas sus vidas por una tristeza serena sin rastro de amargura.
Desamparo, soledad, pérdida, dolor, resignación pero también inocencia, compasión, ingenuidad, emoción y sentimiento es lo que encontramos en estos relatos. La belleza que ocultan las rutinas, la indefensión y la ternura que late en la vejez, la inmortalidad del amor, la escritura como redención...
Con una prosa bellísima y una sensibilidad muy especial, nos enreda el autor en melancolías y nostalgias y nos introduce poco a poco en un mundo emocional muy potente, a un tiempo dulce y desgarrado, que encoge el alma.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Choque generacional



¡Me agotan! ¡Esta familia mía despedaza mi paciencia! Tradición, normas, responsabilidades...  Sieeempre el mismo discurso, sieeempre la misma regañina, sieeempre esos odiosos aires suyos de superioridad. Muy joven ─dicen ellos que soy─ demasiado joven e inexperta todavía para comprender la importancia inmensa de nuestros ritos, de nuestras costumbres, de nuestros blablabla... ¡Ja! ¡Si supieran! No entienden nada. Mucha clarividencia, mucha perspicacia pero... nada de nada. Ni lo intentan, vaya. Y lo peor es que ni siquiera me escuchan, ¡maldita sea! Habitan un mundo inexistente. Un edén de fantasía. Un paraíso que se extingue bajo sus pies y no se dan cuenta. ¡Qué ciegos están! Traición, llamaron a mi feliz innovación ¡Traición! Y de inmediato mi varita y mis hechizos requisaron. Castigada como una criatura, ¡qué vergüenza! Los tiempos cambian y también nosotros habremos de cambiar algo con ellos, digo yo. Y, sí, por supuesto, reconozco que mucho más romántico, más adorable y cautivador, quizás, resulte transformar ratones y calabazas en carruajes y zapatos de cristal pero las niñas de hoy en día ya no sueñan ser princesas y gracias a mi (¿imprudente?) picardía, mirad cuan radiante y orgullosa conduce ahora Cenicienta su ferrari por toda la ciudad.      





Imagen: Robert Doisneau

sábado, 8 de diciembre de 2018

Fedra - Reseña



"El amor debería estar prohibido. Te da muy poco y te lo quita todo".

Estrenada en el pasado festival de Mérida, se representa estos días en Valencia "Fedra" bajo dirección de Luis Luque y en la adaptación que del mito hace Paco Becerra. Es ésta una Fedra diferente, inspirada al parecer en una versión del clásico griego anterior a la ahora conocida que en algún momento se perdió. Una historia con tintes muy actuales que se centra en la lucha interna de la protagonista frente a la difícil elección entre deber y sentimiento a que en un determinado momento la expone la vida. Enferma de amor, enamorada de su hijastro, ella se debate entre sincerarse y afrontar su deseo −en torno a ese deseo se articula toda la función− o mantenerse fiel a la moralidad y a los eternos y siempre implacables convencionalismos sociales.
Texto lleno de poesía y personajes muy bien definidos. Magníficos todos los actores y en especial Lolita Flores que, de un modo muy sobrio y contenido pese a lo que quizá se pudiera esperar, logra dar vida a un personaje atormentado, herido, cargado de erotismo y sentimiento. Una mujer combativa y libre que rechaza ser juzgada, que reclama respeto y defiende por encima de todo su derecho a amar sin miedo, sin culpa y en libertad.
El decorado, metafórico y muy visual, refuerza por último en todo momento y muy acertadamente (imágenes, luces, sonido) el drama que sucede en escena.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Nostalgia



Una caricia, una sonrisa, un beso suave y a soñar... "dulces sueños, mi amor".
Antiguas noches de invierno se cuelan de improviso en mis recuerdos y, casi casi a traición, entre melancolías y nostalgias al instante los enredan. Noches de mimos y risas; de confidencias e ilusiones; de planes de futuro y proyectos de aventura; de carantoñas y cuentos antes de dormir, siempre cómplice algún libro entre sus manos: Peter Pan, La Isla del Tesoro, Mujercitas...  Noches tiernas con sabor a infancia: hojaldre y chocolate caliente, pijama y zapatillas, nervios y deberes apresurados en la cama. Tan lejano ahora todo ya... Tiempos de candor e ingenuidad que la vida detuvo para siempre en un instante eterno. Antes del espanto y del dolor. Antes del silencio, de la indiferencia, del perverso maleficio que secuestró la inocencia de su alma. Antes de que las hadas traicionaran su magia y los monstruos ganaran, implacables, la batalla. Antes de tantas lágrimas a destiempo derramadas sobre pupitres ardientes de vergüenza y rabia. Antes de aquella última carta... Cuando mi niña era feliz y en mi corazón habitaba la alegría, la poesía y la esperanza.





       Segundo premio "Relatos Compulsivos". Noviembre 2.018.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Equívocos



Cada noche, en la frágil intimidad de un cuarto cerrado, tras la puerta que blinda del mundo una huraña vida adolescente, se obra el milagro. En silencio. Casi en secreto. Al resguardo de miradas indiscretas, al abrigo de perversos comentarios, a salvo por fin de incomprensiones, de juicios y crueles veredictos, de maliciosas sonrisas... entre brochas y pinceles, espuma y brillantina, secadores, lacas y paletas de colores −rojo en los labios, negro en las pestañas, melocotón en las mejillas− poco a poco, muy despacio, desgarro y culpa ceden paso a esperanza y alegría y cual asombroso e insólito truco de magia −abracadabra− una niña entonces sonríe.

Desde su escondite, Andrés la observa. De frente, de espaldas, de perfil... Atónito y deslumbrado. Embrujado por esos ojos hechiceros que, de su miedo y su vergüenza, pícaros, se burlan; náufrago de un rostro de mujer (casi) que de su rabia, de su llanto y su dolor, tras el maquillaje y la impostura, siente que se apiadan. «Andrea...», al instante susurra el niño rozando sus dedos el cristal, mientras dentro del espejo un reflejo que parece −y sólo parece− ajeno le sonríe y un latido de felicidad palpita breve en su corazón herido.  






     
Este relato resultó mencionado en el certamen octubre-noviembre 2018 de "Esta Noche Te Cuento" y aparece publicado en "Claroscuros" (Antología del concurso. Febrero 2019).


          http://estanochetecuento.com/equivocos-marta-navarro/
          http://estanochetecuento.com/resultados-para-la-laca-de-victor-lax/
          https://estanochetecuento.com/la-repesca-de-claroscuros/

  Imagen: Víctor Lax.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Primera memoria. Ana Mª Matute - Reseña.


"Algo había, como un gran mal, debajo de la tierra..."

Con "Primera memoria", ganadora del premio Nadal en 1959, inició Ana Mª Matute la trilogía conocida como "Los mercaderes" de la que forman también parte "Los soldados lloran de noche" y "La trampa".
Narrada en primera persona, desde la voz de una protagonista ya adulta que muchos años después recuerda a la niña que fue, es ésta una novela desesperanzada y muy cruel en torno a la pérdida de la inocencia y los inevitables abismos que de improviso y con frecuencia frente a nosotros se abren al alcanzar la madurez.
Sin estar directamente presente  la guerra en ningún episodio del relato, es a través de la vida y la rutina estival −lecciones de latín, primeros cigarrillos, escapadas a playas recónditas− de dos primos pertenecientes a familias de bandos distintos y ya casi adolescentes (Matia y Borja) que habrán de pasar juntos el convulso verano de 1936 en la casa familiar de la abuela, como la autora nos adentra en las causas más hondas del conflicto −tema de fondo latente en la novela− en un mundo de odios y humillaciones, de culpas, prejuicios, de  grandes y pequeñas maldades, dando vida a una  historia oscura y muy opresiva en torno al miedo, la rabia y la culpa.
 Magistral siempre Ana Mª Matute, incluso en sus primeras obras.

sábado, 3 de noviembre de 2018

Inclemencia



Como un enjambre tras recibir la pedrada de un niño, como una marioneta a la que un dios cruel cortó los hilos, como un ángel sin alas en tierra hostil abandonado... Aturdido, perplejo, malherido por tu traición y por tu olvido, clamo tu nombre, suplico tu ayuda, lloro mi espanto y mi destierro. Tú, a mi dolor indiferente, giras el rostro y entonces... entonces al fin comprendo. Triste, incómodo fantasma de una guerra antigua y olvidada, errante peregrino sin asilo, desde mi orilla y tu frontera, noche y día, sin  fe  ni esperanza, pese a todo −¡ay, Europa!−  sueño contigo. 




 Microrrelato finalista semanal el día 3 de noviembre de 2.018 en el concurso "L'art d'escriure" del programa Wonderland de Radio 4 RNE.

La golondrina - Reseña



"Lo que realmente nos hace humanos es nuestra capacidad de sentir como propio el dolor de los demás".

Inspirada en el atentado islamista que en 2.016 tuvo lugar en Estados Unidos, en un bar de Orlando, "La golondrina" (Teatro Olympia de Valencia), escrita por Guillem Clua y dirigida por Josep Mª Mestres, es una reflexión profunda en torno al dolor, al sufrimiento y a las consecuencias del odio. A través de la historia de Amelia, rígida profesora de canto rota por la muerte de un hijo y de Ramón, alumno que reclama su ayuda para, en homenaje a la madre fallecida, poder interpretar la nana que da nombre a la obra, el texto plantea en realidad temas tan hondos como la incomunicación, las relaciones familiares, el miedo, el duelo, la culpa, la vergüenza, la fragilidad del ser humano o el inmenso poder sanador que siempre tienen  amor y  perdón. El modo, al fin, en que  afrontamos el dolor o la importancia del camino a elegir cuando lo impensable, casi lo imposible, sucede.
Repleta de giros argumentales, de secretos, de verdades y mentiras, es esta una obra delicada y muy emotiva, dolorosa pero también esperanzadora y pese a todo luminosa.
Gran texto, magníficamente interpretado por los dos actores que integran el reparto (Carmen Maura y Félix Gómez), con mucha naturalidad y contención, alejados ambos en todo momento de un dramatismo innecesario e incluso en ocasiones con algo de ironía y ciertos chispazos de  humor.

viernes, 26 de octubre de 2018

Mil soles espléndidos. Khaled Hosseini - Reseña



"Eran incontables las lunas que brillaban sobre sus azoteas, o los mil soles espléndidos que  se ocultaban tras sus muros".

"Mil soles espléndidos" fue tras la famosísima "Cometas en el cielo" la segunda novela de Khaled Hosseini e igual que ocurría en aquella, más  allá de las peripecias de los personajes,  nos enfrenta con su relato el autor a casi tres décadas de la historia reciente de Afganistán, desde la invasión soviética hasta la implantación del régimen talibán y la posterior ocupación americana.
Es esta una historia de miseria, de guerra, de humillaciones y tremendas injusticias pero también de amistad, de amor, de complicidad, de coraje y valentía. Una historia que conmueve, que fluye de un modo muy ágil  y atrapa al lector desde la primera línea, que cede a las mujeres el protagonismo absoluto de la narración para a través de ellas mostrarnos la opresión, la violencia y el sinsentido de un régimen talibán que las invisibiliza, las cosifica y las aplasta implacablemente y para poner de manifiesto asimismo como pese a todo, a fuerza de dignidad, logran ellas tantas veces sobreponerse al horror y resistir a la barbarie.
Una historia por encima de cualquier otra cosa de grandes personajes, tierna, sincera y muy sensible pero también feroz, durísima y muy desgarradora.

sábado, 20 de octubre de 2018

En horas bajas


Desde que murió nada ha salido bien. Tan ilusionado como estaba con su nueva condición, tantos trucos como había aprendido, tantos ensayos y al fin... ¡un fiasco total! eso ha resultado. ¿Para esto tanto esfuerzo? refunfuña con amargura, al filo del más sobrenatural ataque de nervios que podáis imaginar. Pese a todo él es un profesional y noche tras noche −esperanzado, infatigable− continúa intentándolo. Apariciones espectrales, rechinar de dientes, espeluznantes chirridos... Pero ocurre que ya nadie cree en los fantasmas y así no hay modo de trabajar. Y sabe que no es su culpa pero ¡ay! es tanta su vergüenza...
  





Microrrelato finalista semanal el día 20 de octubre de 2.018 en el concurso "L'art d'escriure" del programa Wonderland de Radio 4 RNE.

miércoles, 10 de octubre de 2018

No tocar



Lejana sombra de un pasado que para siempre el viento se llevó
Atmósfera, luz, palabra, polvo...
Efímero instante que pasa y ya no es
Nostalgia, humo, bruma, silencio...
Notas tenues de un piano
Luz, viento, escarcha, rocío...
Arcoíris atrapados entre pompas de jabón
Soledad, espejismos, huellas, destellos...
Suave perfume del tiempo
Felicidad, fascinación, levedad, belleza...
Dolor y música de las cosas perdidas
Alma y llanto, corazones conmovidos
Dulces hadas del otoño embrujadoras y hechiceras.
Sueños fugaces...
Frágiles
Tan frágiles que el más leve roce los quiebra.



 Poema para Zenda #otoño

martes, 25 de septiembre de 2018

Latidos de olvido


Te pierdo. Sé que te pierdo. Lentamente. Sin remedio. Y tengo tanto miedo...
El puñal que atraviesa mi corazón, a cada instante se retuerce más y más y de tristeza y soledad, de impotencia y desamparo, amargas lágrimas lloran mis ojos.
Y sin embargo...
 Eres tú quien pese a todo me rescata del dolor. De nuevo. Como siempre.
Sonríes y nada importa. El miedo, el cansancio, el frío, el futuro tan incierto... Todo se desvanece.
Tomo tu mano. En silencio. Muda la súplica en mis labios por no quebrar el hechizo.
Una ventana de visillos blancos filtra con dulzura el último sol de la tarde y un destello de felicidad, algo que no me atrevo a nombrar esperanza, me asalta por sorpresa.
La sonrisa fugaz que ahuyenta por ensalmo de tu rostro el desconcierto embruja mi alma.
Se clavan tus ojos en los míos y salvado un momento este abismo de olvido, siento de nuevo la magia que alguna vez  (tiempo antiguo y dichoso) habitó mi mundo.
Eternidad  robada al más cruel, al más perverso e injusto ladrón de recuerdos a quien nadie se enfrentó jamás.





           Imagen: Vivian Maier.

           http://estanochetecuento.com/latidos-de-olvido-marta-navarro/

sábado, 22 de septiembre de 2018

Kathleen. Christopher Morley - Reseña.


"El joven sufrió una de las más severas conmociones del corazón conocidas en la historia de la raza humana".

Inédita en castellano hasta el año 2016 pero publicada por primera vez en 1913,  "Kathleen" de Christopher Morley, es una divertidísima novela que, ambientada  en un club literario de la Universidad de Oxford y a partir del hallazgo casual de una carta, desemboca rápidamente en una comedia de enredo en torno a las peripecias de los protagonistas y la competición en que todos ellos se enzarzan por localizar a su autora. Construye así el autor una historia repleta de un agudo y sutil humor británico, embarazosos malentendidos, diálogos y situaciones disparatadas al estilo de las de grandes clásicos del cine (posteriores) como "La Fiera de mi Niña" o "Con Faldas y a lo Loco" y, como aquellas, igual de inolvidables y cautivadoras.
Bajo ese disfraz de comicidad subyace, sin embargo, una reflexión profunda sobre temas tan importantes como el amor, la amistad, el honor, la familia, la importancia y el poder de la literatura... Todo ello impregnado por un cierto halo de evocación y nostalgia que irremediablemente nos hace detener la mirada en el tiempo de una juventud perdida y una época ya pasada.
Con un tono ágil y muy particular, compone Morley una historia amable y sencilla, elegante, aguda, ligera y muy inteligente, quizá también algo autobiográfica.
Una lectura clásica, desenfadada y muy amena que se lee de un tirón y deja al terminar una sonrisa en los labios.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Moriría por ti y otros cuentos perdidos. F.S. Fitzgerald - Reseña.



"Poca de la ficción americana no lleva algo de mi sello. En mi modestia, fui original".

Vida y arte se entremezclan siempre, sin  remedio y con firmeza, en la literatura de Francis Scott Fitzgerald y buena prueba de ello son los cuentos recopilados en esta antología, "Moriría por ti y otros cuentos perdidos". Escritos entre 1.920 y 1.940 y recuperados ahora por la editorial "Anagrama", todos los escritos aquí reunidos (relatos, textos autobiográficos, guiones cinematográficos...) fueron en su momento rechazados por editoriales y revistas y en su mayoría no llegaron nunca a ser publicados por no encajar del todo al parecer en la imagen que  lectores y editores se habían forjado de Fitzgerald como escritor de la "Edad dorada del Jazz".
Son todos ellos relatos duros, ingeniosos, quizá más negros y sarcásticos de lo en él habitual, que sin duda ponen de manifiesto las preocupaciones literarias  y vitales del autor y abordan temas como la locura, la guerra, el desamor, el alcohol, el paso del tiempo o el dolor por la juventud perdida. Relatos que asoman al lector a un abismo de miedos, de inseguridades, decepciones, flaquezas, derrotas... para atraparlo después, casi al instante, con su lucidez, con su tristeza, con su ironía y su particular y muy reconocible sentido de la belleza.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Otoño en Buenos Aires


Otoño. Del año la estación más bella. La estación de los poetas. Melancólico, tenue y dorado otoño que los días acorta, los árboles desnuda y mi memoria enreda entre su aroma a un pasado roto, a un instante antiguo de tiempo detenido.

No es esta una historia feliz, les advierto. Es una historia de dolor y muerte; de fantasmas anclados a la noche; de rabia y desolación. Y sin embargo... Sí, por encima de todo, es una historia de amor.  

Se llamaba Álvaro. Era un muchacho alto y muy delgado, con grandes ojos color caramelo a los que asomaba un chispazo de vulnerabilidad. Supe al instante que amarlo era mi destino, que siempre sería él mi lugar en el mundo. Y es por eso ahora tan grande mi desamparo...

Le vi por última vez un día de marzo frío y brumoso, húmedo de lluvia. Primeros atisbos del feroz otoño que aquel año asolaría Buenos Aires. Se despidió con un beso y un guiño pícaro, feliz por algún proyecto que llevaba entre manos, que seguro me contó pero ya después no logré recordar. Subió a su motocicleta ─chubasquero y libros a la espalda─ y el tráfico de la mañana lo engulló sin piedad.

El asfalto espejeaba charcos de cristal.  

Nunca regresó y el rumbo de mi vida se torció entonces sin remedio. Nada volvería ya a ser como solía.

Tan definitiva y abrupta fue su desaparición que no parecía real. No podía serlo. Resultaba imposible, impensable. Tan fuerte era, día tras día, la impresión de pesadilla que yo creía soñar. Nadie desaparece sin rastro, sin explicación, sin motivo ─me decía─, aunque justamente eso era lo que acababa de ocurrir: humo entre la niebla, vapor desvanecido en el aire, sombra desdibujada entre la nada.

Y a nadie pareció extrañar.

Tiempo gélido y oscuro de silencios y miedos callados. 

Comenzó entonces mi amargo recorrido por la burocracia del dolor: hospitales, administraciones, puestos de guardia... Incluso las puertas de la morgue golpeé aterrada  en mis pesquisas. Y allí, con el corazón encogido y el alma espantada, decenas de cuerpos revisé: cadáveres anónimos destinados a yacer en el olvido eterno de cualquier tumba sin nombre. Ninguno era el suyo.

Extraviada en el laberinto de la duda, suspendida en un limbo de secretos y sospechas, enloquecí. El tiempo se volvió contra mí. Moría por dentro, enferma de desesperanza. Le echaba tanto de menos... Sus bromas, sus risas, su voz, su ternura. Le buscaba en sueños sin cesar para despertar luego atormentada por terribles visiones. Los años cayeron de golpe sobre mí. Me convertí en un ser gastado y triste, profundamente herido, incapaz de hallar consuelo para tanta inocencia perdida, atrapada en un callejón ciego, devorada por el miedo.

Y fue entonces que algo muy extraño sucedió.

Una noche, entre sueños y desvelos, escuché una voz en mi mente que, insistente, repetía: «no existe la muerte, solo el olvido. Recuerda. Siempre recuerda...».

 Un latido de más sacudió mi corazón. Desperté con aquellas palabras en los labios y algo muy profundo ─supe de inmediato─ giró en mi interior. Comprendí que debía aceptar al fin que aquella pena insoportable habitaría siempre mi alma, que habría de dejar a la tristeza arañar suavemente mis días, aprender de nuevo a respirar, a vivir con esta ausencia que quema.

Luchar contra el olvido. Impedir que borre tu nombre el olvido, hijo, esa fue desde entonces mi única misión. Y cientos de compañeras leales, con idéntica cicatriz en el alma, hallé en esa lucha. Jamás en ella me encontré sola.

Han pasado los años, tantos que parece imposible y aquí seguimos: reuniéndonos cada jueves. Pañuelo en las cabezas, pancartas en las manos, cansancio en los rostros.

Siguen aquí las huellas del pasado y con ellas nosotras, las madres, clamando vuestros nombres. Reclamando justicia y dignidad. Dando voz a los humillados.

¡Tantos destinos robados! ¡Tanto dolor y muerte ocultos en crueles madrugadas! ¡Tanto silencio! ¡Tanta vergüenza!

Triste historia la mía. Historia de un amor, les dije. Un amor eterno que más allá de la vida o de la muerte perdura. Historia también de una espera, de un llanto, de un lamento que contra el olvido resuena sobre una plaza inmortal donde un otoño el tiempo se detuvo. Sombrío y atroz otoño de mi malherido Buenos Aires. 

Relato publicado en la antología "Los Cuentos de las Estaciones". Valencia Escribe. Marzo 2018.

viernes, 24 de agosto de 2018

Cuento de una noche de verano


Se llamaba Belinda y era la más bella muñeca del escaparate. Delicada, exquisitamente hermosa, una pequeña dama vestida de seda, encajes y suave terciopelo, ojos azules, rubor en las mejillas, rubios cabellos recogidos en perfectos bucles sobre su cuello de cera. Sentada al piano, suspendidas las manos sobre las teclas unas veces, de pie tras el cristal otras, acunada en la nostalgia, siempre melancólica, indiferente y frágil, miraba la vida pasar. Etérea, transparente, dulce como un sueño de infancia.

Los días en el almacén de antigüedades se iban así sucediendo uno tras otro, cada uno parecido al anterior ─apacibles, perezosos, rutinarios─ entre la admiración y la indolencia que la muñequita despertaba hasta que, en algún momento, sin que nadie pudiera explicar cómo, algo muy extraño sucedió. Una mañana de aquel lánguido e inacabable verano, la vitrina que ella había ocupado hasta entonces amaneció vacía. Belinda no estaba. En su lugar, el rastro deshojado de  una rosa blanca de cristal.  

Cuentan que, enamorada de un titiritero que por aquel tiempo se hallaba de paso en la ciudad ─un muchacho guapo de ojos grises y vivaces, rostro atezado por el sol e irresistible sonrisa soñadora─ aturdida de amor, tras él huyó una noche de luna llena.

Raudas y fugaces, cómplices y atrevidas, destellaban en el firmamento cientos de perseidas y su magia y fantasía aquella noche vertían sobre el mundo.  

Burlado de tan fantástico modo, casi por milagro, su destino de inanimado juguete inalcanzable, de feria en feria, felices y sin rumbo, siempre juntos los dos, recorren desde entonces los caminos. Eternos vagabundos perdidos por  el mundo.

Sus vestidos ahora rasgados y en desorden, el cabello desgreñado, los brazos descascarillados, magullada su blanquísima piel de porcelana, nada en ella recuerda ya a la bella damisela, siempre al borde de la vida acurrucada, que alguna vez fue. Brillan sus ojos, antes tristes y apagados y un sentimiento desconocido, algo muy cercano a la esperanza, habita su alma. Y es que fue frente a él que por primera vez su corazón latió.

Una palabra, un gesto, una sonrisa a tiempo y... una vida que renace por arte de magia.

 Sucedió que solo aquel joven alegre, irreverente y bohemio que quiso el azar  cruzar en su camino, fue capaz de consolar su dolor; de ver lo que nadie más acertó nunca a comprender: la soledad, la tristeza, el vacío en que se ahogaba.

Y solo él le dio también una razón para soñar.  

Con la quietud y la inmensidad de un hechizo rozaron sus ojos los suyos, un beso leve dejó en sus labios y bellas palabras de amor a su alma habló.

Como el regalo más precioso apareció para quererla cuando menos lo esperaba, borró para siempre las sombras del pasado y un nuevo destino, una vida entera le entregó: fulgurantes noches repletas de estrellas, tibios amaneceres cubiertos de rocío, cálidas brisas perfumadas de jazmín... la belleza muda de un instante en que nada pasa y pasa la vida.

 Ráfagas de alegría y felicidad, mariposas en el alma, secretos de amor, estremecimientos de ternura, caricias en el corazón...

Latidos de magia y de poesía.

Y es que a veces, solo a veces, los sueños se cumplen. Es entonces que el destello errante de una estrella, el acompasado latir de dos corazones, el dulce contacto de unas  manos que se unen, un abismo de soledad y silencio resquebraja, sombras y desdichas ahuyenta y una noche de verano misteriosa y hechicera al mundo deslumbra con su luz, con su encanto y su belleza.






Relato publicado en el libro "Los Cuentos de las Estaciones". Valencia Escribe. Marzo 2018.


domingo, 19 de agosto de 2018

Tras la máscara. Louisa May Alcott - Reseña



"No era una muchacha brillante y poseía pocas de esas encantadoras artes que cautivan a un hombre y le roban su corazón"

Continúa "D'Epoca Editorial" su magnífica labor de recuperar pequeñas joyas olvidadas de la literatura del XIX con "Tras la máscara", novela breve que  Louisa May Alcott (autora de la célebre "Mujercitas" y sin duda eclipsada −también encasillada− por su éxito) publicó por primera vez y bajo pseudónimo en 1866.
Es este un relato de intriga que tiene por protagonista a una mujer fuerte, decidida, inteligente y ambiciosa, un personaje que en absoluto se ajusta a los cánones del momento, inmerso en una historia que desafía claramente el papel atribuido a las mujeres por la sociedad de la época y que contiene una carga de crítica social que de ningún modo la autora pretende enmascarar, que sorprende también por su tremenda fuerza psicológica y por el modo en que sobre él se sostiene toda la trama.
Cuidadísima la ambientación, el relato de los comportamientos sociales y el reflejo de esa  inevitable rigidez y encorsetamiento tan propios de las clases victorianas que se adivina siempre latente en las decisiones de los personajes. Muy bien mantenida la intriga y la tensión de la narración e inesperado y sorprendente un final cargado de frescura, inteligencia e ironía.
Una historia diferente, original y repleta de matices, recuperada ahora en una edición bellísima.

miércoles, 15 de agosto de 2018

A vuelta de correo


Mi queridísimo Miguel:

Tu carta me ha emocionado de un modo que no alcanzo a explicar. Tanto tiempo esperé, tanto lloré de soledad, tan por costumbre tuve siempre esconder mis sentimientos... Y de pronto ahora tu voz: dulce, serena, tan cálida, tan cercana. Un destello de poesía que rasga la penumbra. Y mi corazón, un corazón hondamente herido, se rinde sin remisión.
Quisieras verme, dices, después de tantos años. Y yo tiemblo de miedo y de ternura. El tiempo, implacable como suele, nunca perdona y de mí tan sólo quedan ya los restos doloridos de la mujer joven y hermosa que quizá alguna vez fui.
 Un alma cansada y vagabunda soy ahora. Un alma triste que disfraza de sonrisa su dolor que, con elegancia, decidió rendirse un día, blindarse para no sufrir, para no sucumbir jamás al desconsuelo. Una mujer herida, afligida por un dolor continuo de ausencia, que muy raramente cede al capricho de soñar despierta la fantasía de un amor eterno, mágico y sin duda para ella inalcanzable.
Tarde, muy tarde, comprendí cuánto duele la renuncia, lo no vivido, lo ya perdido para siempre.
No pudiste olvidarme, dices. Leo tus palabras una y otra y otra vez. Me asusta pensar que no seas real, que tal vez sólo en mi cabeza existas y vago como alma en pena con tus letras en las manos, incrédula, ilusionada e indecisa como nunca estuve. Quisiera protegerte, salvarte (salvarme) de la decepción que presiento. Y sin embargo...
No soy quien esperas. Es lo que trato de decir. Nunca lo fui y no pretendo engañarte. Pero el azar, tan caprichoso y enigmático siempre, cruzó en el camino la misma herida sin cicatriz de estos dos desconocidos y tal vez... si tú quisieras...

Con incertidumbre y esperanza: L

P.D. Rescátame de las sombras, te pido.






Este relato resultó seleccionado entre los finalistas del "III Concurso de Cartas Ojos Verdes Ediciones" y aparece publicado en la Antología del concurso "Cartas Quemadas". Agosto 2.018.

sábado, 4 de agosto de 2018

Otros tiempos


Tenía el gesto grave, la piel mate, muy seca, surcada por arrugas profundas como tajos de cuchillo, los párpados hinchados a causa del hambre, del frío y la falta de sueño. Apenas dormía, comía poco, mal, siempre a destiempo. Arrastraba su mirada una resignación honda y antigua, un cansancio de siglos, su corazón una dureza nacida de la mezquindad de los tiempos, de la costumbre de la miseria, de la más absoluta pobreza. Jamás nadie la vio llorar ni de sus labios escapó una queja. Seis criaturas colgaban siempre de sus faldas. Seis criaturas a las que alimentaba, vestía, cuidaba si enfermaban... Seis criaturas a las que nunca apretó fuerte contra el pecho ni sentó jamás a sus rodillas, con las que nunca bromeó al calor de la lumbre mientras pelaba judías o patatas ni enseñó a coser coloridos muñecos con retales y trapos, a las que nunca en noches de llanto consoló al dulce ritmo de una nana. Seis criaturas a las que jamás golpeó y de ningún modo maltrató pero a las  que tampoco nunca abrazó y pocas, muy pocas veces, besó. Se llamaba Juana. Así la recuerdo. Mi madre. Y aquellos −ácidos, doloridos, amargos− otros tiempos.








          Este relato resultó mencionado en el certamen julio-agosto 2.018 de "Esta Noche Te Cuento".

          http://estanochetecuento.com/otros-tiempos-marta-navarro/
          http://estanochetecuento.com/los-resultados-de-las-sabanas-de-garcia-rodero/


           Imagen: Cristina García Rodero.

domingo, 29 de julio de 2018

Tiempo de fiesta



Amanece. Sopla el viento y hace frío. Aún no ha roto el sol la madrugada y la humedad cala los huesos. Desapacibles e inhóspitas son pese al verano las noches de esta tierra tan lejana de mi hogar, tan ajena para mí, tan distante y de todo, de mi mundo entero, tan al norte. Así al menos yo las siento. Ningún destello hallo en ellas de lirismo, de alegría, de belleza o de poesía. Nada que un instante permita dar a mi largo peregrinaje sentido y me deje al fin descansar, aceptar que alcancé mi destino, que era este mi lugar.
Admito sin embargo que tal vez sólo sea esta impresión reflejo inevitable de mi ánimo sombrío, de la extraña melancolía que a esta hora intempestiva araña mi alma, de la sangre caliente y sureña que recorre mis venas.
Ha llovido. El perfil de la ciudad se dibuja entre los charcos. El lodo mancha las aceras. Poco a poco se concentran sobre ellas los primeros corredores. Sobrecogidos y temerosos, todos juntos, casi hermanados, entonan −apenas un murmullo− sus cánticos ancestrales. Rito atávico y secular, algo supersticioso quizá, en demanda de la bendición, de la protección y de la ayuda de un santo al que por algún misterio que intuyo él mismo a comprender no alcanza, con mucho, poco o ningún fervor, durante estos días cruentos, feroces y desmedidos todos, propios y extraños, veneran.
 Comienzan los operarios de limpieza su tarea. Un día más se  preparan las calles para el espectáculo, para la épica, para el renacer de un mito que duele, que deslumbra e invariablemente, pese a todo, aún fascina.
Un eco antiguo de leyenda flota ya en el aire y todo lo impregna, un murmullo de aventuras, de dramas y tragedias, de amores y pasiones, la huella omnipresente de una historia y unas letras inmortales, de una fábula turbulenta, desgarrada y magistral.
Arranca la fiesta. Ya se arremolina la multitud sobre las vallas, sobre los muros de piedra, ya truenan los tambores.
Una repentina y desconocida aprensión me vence de pronto. Un sentimiento triste que es derrota y desengaño, que es soledad y desamparo, decepción y amargura. Y rabia. Y  miedo.
Llega mi turno. Me preparo: cabeza erguida, músculos palpitantes. Un martilleo de cascos −vacas y cabestros− resuena sobre el empedrado. Las calles se intuyen atestadas, abarrotadas de gente por completo. Por ellas me dejo dócil guiar. Ningún resquicio encuentro que me tranquilice al verlas. El vocerío me aturde y me desorienta. Gritos, golpes, carreras, embestidas...  
Ebria de vino y sangre, la humillación, la crueldad y la muerte, una vez más, de nuevo y como siempre, sin pesar ni caridad, con solemne y devastador descaro, disfraza la tradición en esta hora, hoy aquí, de romanticismo, de ardor, de orgullo, de coraje y valentía.
Y sin embargo...   
Nunca hubo belleza en el dolor, debieran saberlo. Ningún atisbo de grandeza asomó ni asomará jamás al rostro de quien tan innecesario y gratuito daño causa.
Aterrado, aguardo con ansia el anochecer. El último, no me engaño, con absoluta lucidez lo espero. El que con clemencia infinita pondrá fin a esta tortura, a tantísimo dolor y desconcierto. El que atónito y generoso dará a mi espíritu alivio y le regalará la paz y el descanso eterno. El viento del sur, piadoso, cómplice, siempre conmigo compasivo, susurrará quizás entonces a mi oído muy suave y muy bajito dulces historias de un tiempo antiguo, amable y más, mucho, muchísimo más feliz y acunado en el recuerdo de  la pradera que un día fue mi mundo y mi lugar, de una dehesa (¡ay, mi preciosa, mi añorada, mi bellísima y serena dehesa!) de verdes pastos y ardientes ocasos, mi corazón herido se apagará tranquilo.
Tal vez doblen entonces un breve instante las campanas y os preguntéis por quién. Lo harán por mí, por todos nosotros. Pero lo harán también y sobre todo −prestad atención a lo que ahora os digo− por esta tierra irredimible, por esta tierra dura, inmisericorde, inclemente y cruel.






Reto especial Toro de Lidia "Relatos Compulsivos". Segundo puesto.

viernes, 20 de julio de 2018

Ordesa. Manuel Vilas - Reseña


"Los muertos son la intemperie del pasado que llega al presente desde un aullido enamorado".

Es "Ordesa" una historia íntima y profunda, una autobiografía personal y familiar a medio camino entre la novela y la poesía, nacida del desagarro, del dolor y del desconsuelo. Una historia bella y muy conmovedora donde el autor, Manuel Vilas, trata de hallar sentido y dar explicación al dolor que, dice, desde niño lo acompaña y que acentúa ahora la muerte de los padres. Una historia sobre la pérdida continua que implica la vida, sobre el paso del tiempo, sobre la culpa, sobre el desarraigo, el miedo, la soledad, la vulnerabilidad  y la ausencia,  sobre el amor y la necesidad de querer y ser queridos que todos sentimos y que de todo nos redime.
Estructurada en capítulos muy breves, deja en ellos el narrador fluir sus pensamientos de un modo algo caótico pero no casual en un ejercicio de nostalgia que golpea, que duele y estremece.
 Recupera el autor de este modo su propia historia −también con ella la de una generación y un mundo que se extingue− y va trazando poco a poco la de esos tan queridos fantasmas familiares que últimamente lo acompañan, que siente ahora mucho más cercanos que cuando estaban vivos y con los que conversa del modo en que en su momento hubiera debido y no supo o no fue capaz de hacer. Necesita tanto sentir de nuevo su amor, sentir que su existencia y sus a veces extraños comportamientos tuvieron algún sentido, que intencionadamente los idealiza y los sublima hasta el punto de convertirlos en música, casi en magia.
Texto sincero y descarnado, tierno, irónico y ácido por momentos, muy valiente también, que deja al terminar una sensación de inmensa melancolía y honda tristeza.

jueves, 19 de julio de 2018

Nominación premios "Blogguer Recognition Award 2.018"

Agradecidísima a Mirna Gennaro, Pilar Alejos Martínez, R. Ariel Victoriano y Mirta Calabresse que en sus blogs "La isla de los vientos" , "Versos a flor  de piel" , "Hasta que el esplendor se marchite" y "Mis letras y la luna" me nominan al premio "Blogger Recognition Award 2.018".  Mil gracias. Muy sorprendida, muy contenta y muy ilusionada por estos reconocimientos.
Las reglas de la nominación son las siguientes:
1.- Escribir un post para dar a conocer la nominación
2.- Manifestar nuestro agradecimiento al blog que nos nomina e insertar un enlace a ese blog.
3.- Escribir sobre cómo comenzó nuestro blog
4.- Dar consejos a los nuevos bloggers
5.- Nominar a 15 blogs de los que seamos seguidores y a los que queremos otorgar este reconocimiento. No se puede incluir al blog que nos haya nominado.
6.- Comentar en cada blog nominado que los has nombrado y proporcionar el enlace al post que has creado.

Acerca del blog: Cuentos Vagabundos

"Cuentos Vagabundos" surgió como un modo de ir ordenando los pequeños escritos y relatos que se acumulaban en mi ordenador y por la circunstancia de que para poder  participar en un concurso era preciso incluir  el  enlace al blog en que el relato había sido publicado.
El nombre procede de una historia de Ana Mª Matute, una de mis escritoras favoritas, que habla del corazón viajero y vagabundo de los cuentos: vuelan en alas del viento, se esconden en los cruces de caminos, llegan de noche y luego se marchan, roban una nostalgia, dejan siempre una huella...

Consejos:

Me resulta muy difícil dar algún consejo más allá de cuidar al máximo el contenido de las entradas, responder siempre a los comentarios e implicarse en la comunidad bloguera leyendo y también comentando el trabajo de los compañeros.

Nominaciones:

3.- Rosa Berrós Canuria: http://elblogdelafabula.blogspot.com/
6.- Ana Palacios: http://anapalaciosv.es/
7.- Kirke Buscapina: https://buscapina7.blogspot.com/
8.- El Baile del Norte: https://www.elbailedenorte.com/
9.- Patxi Hinojosa Luján: http://patxihinojosalujan.blogspot.com/
11.- Julia C. Cambil:  http://dimitiendodemi.blogspot.com/
15.- Néstor Ravazza: http://nesravazza.blogspot.com/

Y por último, toca ahora avisar a los nominados. Un abrazo a todos y muchas gracias de nuevo.