miércoles, 30 de agosto de 2017

El amor te hará inmortal. Ramón Gener ─ Reseña

 

Mi padre murió dos veces. La primera, una mañana soleada en la que el alzhéimer nubló su mente y me olvidó. Y la segunda, tres días antes de Navidad, cuando, convertido en el Bolero de Ravel, dejó de respirar.  


Ramón Gener, director y presentador del programa de televisión This is Opera, escribió este libro tras la muerte de su padre, durante mucho tiempo enfermo de alzhéimer. Mezclando fantasía y realidad, de la mano de las tres Moiras griegas del destino, el autor emprende un viaje a través del tiempo y el espacio que le lleva a diferentes lugares y momentos de la historia de la música para mostrarnos con exquisita sensibilidad el dolor, la emoción, la desesperanza, de los grandes maestros en su peor momento: en el de enfrentarse, como él, a la pérdida y a la ausencia definitiva que es la muerte.

Verdi, Puccini, Brahms, Farinelli, Berlioz, Joaquín Rodrigo, María Callas... a todos nos los presenta en su mayor instante de tristeza, de derrota o incomprensión. Y con todos nos hace emocionarnos y asistir a la transformación de un dolor inmenso en inspiración, belleza e inmortalidad.

Así, es esta una historia sobre músicos pero por encima de todo es una historia sobre sentimientos y emociones, un alegato en favor de la memoria y de la vida repleto de magia, de ternura, de poesía; envuelto en música, literatura, cine, mitología. Una conmovedora historia de amor, delicada, luminosa y muy esperanzadora.

viernes, 18 de agosto de 2017

Una tarde de verano


Desde la distancia, desde el pensamiento y la belleza, golpeados por la pena y la impotencia, invadidos por la angustia y el vacío, heladas lágrimas de cristal por los mortales lloran los ángeles del cielo. Lágrimas por una tarde de verano para siempre en mil esquirlas rota, por el futuro perdido que, tal vez, un día juntos dos corazones soñaron, por el desconcierto y el espanto a sangre y fuego grabado en los ojos de un niño, por tanta inocencia sin remedio perdida, por la tristeza profunda y el infinito desconsuelo de lo irremediable. Lágrimas que sombra, dolor y el arañazo del desamparo arrastran. Lágrimas desoladas, frágiles y desvalidas que hoy sobre la tierra vierte el cielo por tantas almas que, inmisericordes, nunca olvidan, no perdonan, a otras hieren y no aman.

lunes, 14 de agosto de 2017

El viaje


Abierta sobre la cama, todavía vacía, la maleta sonríe amenazante. El muchacho la contempla con una asfixiante sensación de vértigo en el estómago. Tanto tiempo como lleva soñando con el viaje, tantas noches en vela, tanta ilusión. Y ahora... ese miedo que a traición se le cuela entre las tripas, ese miedo que implacable martillea sus sienes. Pero no puede echarse atrás, ya no. No habrá otra oportunidad, lo sabe. Es este su momento y debe aprovecharlo. Marchar, descubrir el mundo, volar lejos muy lejos del hogar y un día, tal vez, regresar.
«¿Listo? nos vamos, prepárate», muy suave y muy bajito le reclama una voz al otro lado de la puerta. Su corazón entonces se acelera, lo siente latir sin control y una inoportuna sensación de claustrofobia lo asalta por sorpresa. Nunca le gustó la oscuridad, sólo fingía ser valiente pero no es ya tiempo de arrepentimientos ni lamentos. Resignado, muy asustado, respira hondo del modo en que ha practicado durante los últimos días, la angustia cede poco a poco, se desviste, murmura una plegaria triste y dolorida y al fin, con una pirueta digna del mejor contorsionista, se acurruca dentro de la vieja maleta y cierra los ojos.

viernes, 4 de agosto de 2017

Carta sin destino


Un ejército de hombres derrotados, de hombres sin rostro, sin sueños ni futuro, tristes autómatas en pos de una quimera imposible, recorre mis entrañas. Siento sobre mí su llanto, su herida, el grito atronador de su furia y su desgarro. Suplican ayuda. No deseo traicionarles y sin embargo.... Quisiera comprender qué me ocurre, cual fue el maléfico embrujo que, en algún momento, secuestró mi voluntad para convertirme en esta marioneta sorda e inclemente que ahora soy. Imploro con estas palabras un perdón que no merezco y a cada instante los pienso, torturado por la culpabilidad y la vergüenza que serán para siempre mi condena.

Firmado: El corazón roto de la vieja Europa.