miércoles, 30 de junio de 2021

Las señoritas de escasos medios. Muriel Spark – Reseña

 

Hace tiempo, en 1945, toda la buena gente era pobre

Ambientada en la primavera londinense de 1945 y considerada una de las mejores novelas de la autora ─Muriel Spark (1918-2006)─ “Las señoritas de escasos medios” (Impedimenta Editorial) relata el lento resurgir, tras la Segunda Guerra Mundial, de un mundo en ruinas; la lucha de una sociedad empeñada en dejar atrás las huellas de la contienda, olvidar el dolor y sanar con rapidez de sus heridas.

En ese contexto, la autora sitúa a sus protagonistas en una residencia para señoritas, el club May of Teck. Un club destinado, según recalcan los propios estatutos, a proporcionar seguridad económica y amparo social a las señoritas de escasos medios con una edad inferior a los treinta años, que se vean obligadas a residir lejos de sus familias por tener que desempeñar un trabajo en Londres.

Las ilusiones y esperanzas de las residentes, sus personalidades, su afán por recuperar los sueños y alegrías previos a la guerra, serán la línea argumental que recorra una historia de corte costumbrista, marcada por la juventud y la vitalidad de un grupo de chicas despreocupadas y felices por haber sobrevivido.

Estructurada en torno a los recuerdos que ellas guardan de aquel año, removidos tiempo después por la muerte de su amigo Nicholas Farringdon, un aspirante a escritor que frecuentaba el club por la época y que sirve de contrapunto masculino a la narración, la historia nos adentra en la cotidianidad de una ciudad de posguerra que, poco a poco, comienza a recuperar el pulso pese a racionamientos (de ahí la referencia del título a los escasos medios, nada que ver con situaciones individuales) y otras secuelas del conflicto.

Saltando de la melancolía al humor, del sarcasmo a la ternura, con diálogos cargados de ingenio y una descripción de ambientes muy cuidada, la autora arma un relato alegre y despreocupado, retrata la psicología de sus personajes con sutileza y hace enseguida cómplice al lector de una trama aparentemente ligera pero en el fondo muy reflexiva. Muy clara resulta en ese sentido la sucesión de acontecimientos trágicos y banales que se alternan en la vida de las chicas con arbitrariedad absoluta y la sensación de indiferencia y provisionalidad respecto a la existencia humana que ello deja.

Novela breve, inteligente e incisiva, articulada casi a modo puzle por las elipsis temporales que contiene, y enmarcada por completo en la tradición inglesa de posguerra.

jueves, 24 de junio de 2021

Adiós señor Chips. James Hilton – Reseña


…Esas ideas de la dignidad y la generosidad que estaban desapareciendo en un mundo frenético.

Junto a Horizontes Perdidos, Adiós señor Chips (Editorial Trotalibros) quizá sea la historia más emblemática de James Hilton (1900-1954), autor inglés muy adaptado al cine desde sus comienzos (Horizontes Perdidos por Frank Capra, por ejemplo), al teatro o luego a la televisión.

Ambientada en la Inglaterra de la Primera Guerra Mundial, en un momento de cambio e incertidumbre tras el fin de la era victoriana y el tormentoso arranque del nuevo siglo, la trama de esta novela (muy breve, casi un relato largo) repasa los episodios más significativos de la vida del señor Chipping: un profesor de lenguas clásicas, apodado Chips por los alumnos y entregado por completo a su trabajo; divertido, noble, algo excéntrico también, obsesionado siempre porque los niños se sientan queridos y a salvo de miedos o tristezas. Un personaje entrañable y carismático que tiempo después, ya anciano, rememora con nostalgia sus años de enseñanza, evoca el amor de una esposa a la que perdió demasiado pronto y reflexiona sobre su trayectoria y el camino recorrido.

En ningún momento el autor disfraza, sin embargo, las imperfecciones de su protagonista. No lo idealiza y es de ese modo como lo hace inolvidable. Ofrece así el retrato de un ser humano real, fiel a sus convicciones, extravagante en ocasiones, un solitario aferrado a la tradición que no cede ante modas ni demagogias, que se aísla conscientemente del mundo que lo rodea y defiende con firmeza su postura. Un hombre que nada tiene de extraordinario en apariencia pero que derrocha ternura y sabiduría.

La generosidad, la importancia del amor, el modo de afrontar los problemas, la actitud ante la vida o la capacidad de adaptarse a los cambios, son los grandes temas presentes en una historia escrita con muchísima sensibilidad, emotiva, sencilla y salpicada de principio a fin por un humor elegante y sutil (inglés) que da al relato un tono amable y muy particular, aliviando la carga de añoranza que contiene.

Cuidadísima por último la edición con la que Trotalibros recupera este clásico de la literatura inglesa, llevado al cine en múltiples ocasiones (Peter O’Toole sería nominado al óscar por su interpretación en la versión dirigida por Herbert Ross en 1969) e inédito en castellano desde 1940.

miércoles, 16 de junio de 2021

El fantasma y la señora Muir. R.A. Dick – Reseña

 

Con mucha frecuencia uno alcanza la madurez por medio del naufragio y los desastres

Publicado en 1945 y llevado, dos años después, al cine por Joseph Mankiewicz, "El fantasma y la señora Muir" es un clásico de la literatura inglesa que la editorial Impedimenta recupera ahora en castellano por primera vez. Una historia original y divertidísima, delicada y amable en la forma pero también conmovedora y muy profunda respecto al tratamiento de los temas que subyacen de fondo.

Repleta de detalles y en tono de comedia, la trama se adentra en la vida de Lucy Muir, una joven viuda con dos niños pequeños que, por saldar las deudas pendientes tras la muerte de su esposo y queriendo, sobre todo, huir del menosprecio y la tiranía a que su familia política la ha tenido siempre sujeta, decide instalarse en un pintoresco pueblecillo costero, lejos de Londres. Allí, a muy buen precio, alquila una casa sobre la que pesa, al parecer, la leyenda de una maldición: el rumor de un espíritu atormentado entre sus muros que aterroriza a quienquiera ose traspasarlos.

Ese espíritu rebelde, atrapado entre cielo y  tierra, es el del capitán Daniel Gregg, feroz lobo de mar, bravucón y deslenguado, antiguo dueño de la casa que, lejos de asustar a Lucy, pronto se convertirá en su más leal confidente.

La relación que surge entre ellos, la complicidad, los enfados, los pactos de convivencia, el modo en que, poco a poco, se van adaptando uno a otro, es el hilo argumental que recorre una historia dominada por el empeño de libertad de su protagonista, de una mujer presa de unos convencionalismos e hipocresías sociales que no logra aceptar pero contra los que tampoco se atreve a luchar directamente.

 La evolución personal de Lucy a lo largo del tiempo, sus reflexiones y el cambio de actitud frente a determinadas circunstancias resultan muy significativos en ese sentido y quizá sean también reflejo de la situación personal de la propia autora, R.A. Dick (1898-1979), pseudónimo masculino que hubo de utilizar Josephine Campbell para poder ser publicada.

Entre líneas, con mucha sutileza e  ironía, pero de forma clara, la crítica hacia el papel de la mujer en unos años, tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en que, pese a la independencia que durante ella había alcanzado, se ve de nuevo relegada al ámbito de lo doméstico, resulta evidente: ese modo en que vuelve a ser encorsetada por la intransigencia de lo apropiado y sometida a la voluntad de padres y maridos.

«No es que su vida hubiera sido infeliz es que, sencillamente, no había sido suya en modo alguno», recalca la narración en un momento determinado.

El fantasma del capitán es, pese a todo, el alma del libro: quien provoca situaciones delirantes o cuestiona el orden establecido, quien carga de ingenio cada aparición y salpica de humor cada diálogo, pero también quien tiñe de ternura una relación imposible, desafiando las fronteras de la muerte para consolar la soledad de su inquilina.

A modo de contrapunto, la galería de secundarios aparece magníficamente perfilada y contribuye a dar vida a escenarios, situaciones y recrear una realidad y un costumbrismo muy logrados.

Preciosa historia, delicada y brillante, con algún que otro guiño a "El fantasma de Canterville" y "Otra vuelta de tuerca", cuya estela parece seguir, para abordar con elegancia e inteligencia la importancia del amor y lo fundamental de no renunciar nunca a la búsqueda de la propia felicidad.

Señalar, finalmente, respecto a la película de Mankiewicz la fidelidad que, pese a alguna licencia argumental, mantiene en todo momento al espíritu de la novela, así como el ritmo (importantísima la música), la luz y la belleza que impregna cada escena.

domingo, 13 de junio de 2021

Matilda. Roald Dahl – Reseña

 

Esos libros dieron a Matilda un mensaje de esperanza: no estás sola

Matilda, inolvidable personaje de Roald Dahl, es una niña con un don muy especial: una inteligencia impropia de su edad que, antes de los cinco años, le permite leer a autores como Dickens, Hemingway o Fitzgerald y realizar complicados cálculos matemáticos. Sus padres, pendientes solo de sí mismos, la desprecian y la ignoran por completo. Su hermano tampoco la tiene en cuenta nunca para nada y nadie parece hacerle caso ni ocuparse de ella en absoluto hasta el día en que comienza a ir a la escuela. Allí, su profesora, la señorita Honey, descubrirá al instante su inmenso talento y tratará de potenciarlo por todos los medios. Chocará en su intento, sin embargo, con la desidia de los padres y la maldad de la directora del colegio, la señorita Trunchbull, una mujer terriblemente cruel que odia a los niños y los aterroriza de todos los modos posibles.

 Sobre esos mimbres y, a partir de un suceso inesperado, que un día se produce en la clase de Matilda, Roald Dahl construye una historia tierna y divertida, repleta de situaciones rocambolescas e inesperadas, que no oculta (casi parece, como en muchos otros de sus relatos, pretender mostrarlo) el dolor que ocasiona la injusticia y la incomprensión ni esconde la crudeza de determinadas realidades. 

Obra maestra de la literatura infantil y una de las mejores historias de su autor, la peripecia de Matilda atrapa muy rápidamente también al lector adulto, pese al tono de cuento y la clave de humor en que está planteada, al enfrentarnos realmente la narración a un personaje incomprendido que no encaja en los moldes sociales a los que se debería ajustar y con el que resulta por ello muy fácil identificarse.

Historia original e imaginativa, sencilla y sin dobleces, con el sello de un autor decidido a no enmascarar la crueldad del mundo a los niños pero capaz de mostrarla de un modo que, tras ciertos momentos de angustia, deja siempre una sensación alegre y luminosa en la conclusión de la aventura.

Pequeño clásico de un escritor imprescindible cuyos cuentos aparecen siempre ambientados en torno a un universo muy particular, muy reconocible también y desbordante de magia.

miércoles, 2 de junio de 2021

Aprendiz de superhéroe

 

Me chifla volar. Flotar en el aire como una cometa, subir rápido, rápido hacia las nubes o bajar luego muy despacito hasta el suelo... ¡Uf! Alucinante, en serio. ¡Y con el miedo que me han dado siempre las alturas! que si no me agarro enseguida a la mano de mamá y cierro los ojos, me mareo y me salta una cosa rara dentro del estómago que... ¡Si supierais la que lié la primera vez que monté en la noria!

Por eso y porque, vaaale, a lo mejor soy una pizca cobardica, me costó un poco aprender la técnica. Aún no la domino del todo, en realidad. No tengo mucho estilo y en los aterrizajes más de una vez me gano todavía algún coscorrón traicionero. Pero es que no es nada fácil, no creáis, y ser autodidacta tiene sus riesgos. Bueno, del todo, del todo, autodidacta tampoco, no os voy a mentir. El Superhéroes. Manual para principiantes que el verano pasado encontré en el desván de los abuelos me ha ayudado una barbaridad. Estaba entre un montón de libros viejos que la abuela y yo clasificábamos para donar a la biblioteca. Lo guardé pensando en Nico porque, aunque a mí no me gusta nada leer, a mi hermano le encanta y las historias de superhéroes son sus favoritas.

Nico es mi hermano, claro. Mi hermano gemelo. Y no, no nos parecemos tanto como seguro que ya estaréis pensando. Yo, por ejemplo, odio el colegio. La seño dice que me distraigo con el vuelo de una mosca, que no atiendo nunca en clase ─«Lucíaaa», me regaña a la mínima, con tonito de disgusto─ y que por eso saco tan malas notas. A él, sin embargo, le fascina. El cole, digo. Es muy inteligente y sabe mucho de todo aunque, a veces, se haga un poco el tonto para no dejarme en mal lugar. Pobrecillo, si a mí no me importa, yo también soy lista pero es que las lecciones me aburren taaanto...

Lo que no soporta es el pueblo, ya veis, con lo divertido que es bañarse en el río y trepar a los árboles pero, no, lo aborrece de una manera (yo creo que le tiene miedo a Trufa, la perrita pekinesa de la abuela, que para ser tan pequeñaja gruñe como una leona) que papá y mamá ya no le obligan a venir de vacaciones conmigo. Prefiere quedarse solo en casa mientras ellos trabajan, leyendo y jugando a la consola que ir donde los abuelos.

Por eso aquella tarde guardé el libro, para regalárselo a la vuelta. Pero, ¡ay!, dos semanas sin wifi y sin amigos hacen milagros. A la mañana siguiente diluviaba, Trufa roncaba en el sofá, los abuelos discutían algo en la cocina y, como nadie se ocupaba de mí, me puse a leer.

Capítulo Primero: ¿Quieres volar como Superman?

¿En serio? ¡Pues claro! ¿Quién no querría volar como Superman? 

Cierra los ojos, respira, concéntrate...

¡Bfff! ¡Vaya rollo! Igual que la clase de yoga de mamá.

...Aprieta fuerte los puños, coloca los brazos en posición vertical y levántalos por encima de tu cabeza.

Vale. Puños cerrados. Brazos arriba. Fácil.

...Gira tres veces sobre tu eje como una peonza.

Giro, giro, giro y...

¡PLOFFF!

¡Ay, qué susto! ¡Y qué daño! 

Pero... ¡Si había volado!

Sí, había salido disparada hacia el techo y, un segundo después, estaba estampada contra el suelo. ¡Menudo chichón me empezaba a salir!

El truco funcionaba pero vaya batacazo. Culpa mía, desde luego, ¿a quién se le ocurre lanzarse a volar antes de saber aterrizar?

Desde entonces he mejorado mucho y, aunque durante unos días me dio miedo repetir la prueba (ya os dije que soy algo cobardica) al final lo hice, claro. Nadie puede resistirse a tratar de volar como un superhéroe.

Nico ahora también está aprendiendo pero a él le va más lo de escalar como Spiderman. Ese es otro de los capítulos del manual. Interesante aunque mucho más cansado, la verdad.

Aún no le hemos contado a nadie lo de nuestros superpoderes pero pronto, cuando dominemos del todo las técnicas del libro, vamos a formar una banda, «Supergemelos al ataque» o algo parecido. En realidad, ya hemos hecho algún ensayo con un par de abusones que se reían de un niño a la puerta del colegio. Le daban empujones, le llamaban cosas feas y no le dejaban en paz. ¡Si hubierais visto la cara que pusieron al vernos caer del cielo! Todavía deben estar corriendo del espanto, je, je.

Sí, definitivamente esa será nuestra misión: dar a los malos su merecido. Sin piedad, que los buenos siempre se pasan de pánfilos.

No entiendo muy bien lo que nos ha sucedido pero sé que ahora Nico y yo somos distintos, muy diferentes al resto del mundo. Y eso nos encanta porque... ¿quién quiere ser normal? ¡Si ser normal es un aburrimiento!