Como si de una plaga
venenosa se tratara, el vértigo y la
culpa la paralizan implacables cada vez que enfrenta su mirada. Anhela un amor
que ya no siente. Se ahoga en la rutina
de los días. Las palabras de ruptura hace tiempo que se agolpan en su mente pero,
cobardes, nunca salen de sus labios. Es tarde. La niña duerme. "Ahora",
piensa. Y, a punto de empezar a hablar, él se sienta junto a ella, la abraza
con dulzura haciéndole recostar la cabeza sobre su hombro, enciende el
televisor y susurra "el mejor momento del día..." sin notar las
lágrimas que empiezan a empapar su camisa.
Microrrelato para el concurso "Relatos en Cadena" del programa La Ventana de la Cadena Ser.