Bernardo
Gómez perdió la cabeza una tarde de primavera. Hacía calor y un aroma dulce a
vainilla y miel flotaba en el aire. Bernardo Gómez no lo notó. Caminaba como un
autómata hacia el trabajo, puntual, catalogando en su mente −urgentes, muy
urgentes, extremadamente urgentes− las tareas amontonadas sobre su mesa, las
llamadas telefónicas que habría de atender aquella misma tarde sin más dilación,
los informes de cuentas aún por revisar... Era Bernardo Gómez un hombre en
extremo responsable, grave, prudente, concienzudo, un mago de las finanzas, el
valor en alza de la empresa, el hombre del momento, ese hombre que acapara siempre las
miradas ante cualquier problema o difícil situación. Pero era también −no
resulta arriesgado en exceso decir a causa de todo ello− un hombre gris, un
hombre gélido, aburrido, triste y ceniciento, incapaz de percibir el dulce
aroma a vainilla y miel que algunas tardes de primavera, cálidas y
particularmente luminosas, flota en el aire.
Así pues, enfrascado en sus pensamientos como andaba,
sin presagio alguno que lo advirtiera de lo que a punto estaba de ocurrir en ese
momento, dobló Bernardo Gómez la última esquina que lo separaba de su destino. Y
en ese recodo del camino, justo en ese recodo, su cabeza para siempre se perdió.
No lo supo de inmediato. Fue por los guiños cómplices, por algún cuchicheo
malévolo, por la extrañeza en los rostros de quienes con él se cruzaban, que lo
advirtió. Tarde. Entre el miedo y la esperanza, con tremendo desconcierto,
sintió Bernardo Gómez latir su corazón. Demasiado tarde. Una emoción extraña,
desconocida, lo había ya apresado sin remedio.
Atónito
y desamparado, tras una sombra de ojos negros, cuentan que un hombre sin cabeza
recorre desde entonces noche y día la ciudad. Busca, sin hallarla, una sonrisa.
Aquella que a la vuelta de una esquina, un
instante con dulzura lo acunó. Aquella que, sin saber lo que robaba,
continuó ligera y despreocupada su camino y, de inmediato, lo que con ella se
llevaba olvidó.
Relato
publicado en la Antología del Tintero de Oro "Ahora que nadie nos oye".
Diciembre 2018.