"Hay una
sabiduría que es dolor y un dolor que es locura..."
Acoge estos días el Teatro Principal de Valencia la versión
teatral que, dirigida por Andrés Lima y protagonizada por José Mª Pou, hace Juan Cavestany de Moby Dick, clásico inmortal
de Melville.
Con una puesta en escena muy cuidada e impactante que a
la perfección simula la cubierta de un barco y el mar de fondo sobre una pantalla,
aparece Pou en escena y, sobre las tablas, de inmediato cobra vida uno de los
mayores personajes de la literatura universal. Con él el relato de una aventura
mítica, de una obsesión, de una pasión y una venganza. Un relato que nos
enfrenta a la fragilidad del ser humano, que nos muestra con absoluta claridad la
locura y la desolación de su protagonista, el vacío de su alma, que nos hace
acompañarle en el viaje sin rumbo y sin destino tras algo absolutamente
inalcanzable en que en algún momento convirtió su vida. Un relato que guía poco
a poco al espectador hacia una reflexión
profunda sobre la maldad y la muerte.
Aunque por completo se centra esta adaptación en la
figura de Ahab −magnífico José Mª Pou− no es sólo suya su voz, son sus palabras
también las del narrador de la historia, incluso quizás las del propio autor de
la novela. Narrador y personaje se confunden claramente en el monólogo con el
que concluye la obra.
Otros dos actores (Jacob Torres y Óscar Kapoya) interpretan
a Starbuck, Ismael, Pip y algún otro miembro de la tripulación, dando con ello
mayor profundidad a la narración y completando los matices del personaje
principal en un texto amargo y muy corrosivo, sobrecogedor también por momentos:
"quien diga que en su vida hubo más
alegrías que tristezas no es sincero o está a medio crecer...".
Muy emotivo
también el monólogo de Pip en torno a la soledad, el valor y la cobardía.
En palabras del propio José Mª Pou, "la pieza es una
fascinante metáfora de la lucha del ser humano contra sí mismo y la naturaleza".