Mi queridísimo Miguel:
Tu carta me ha emocionado de un modo que no alcanzo a explicar. Tanto
tiempo esperé, tanto lloré de soledad, tan por costumbre tuve siempre esconder
mis sentimientos... Y de pronto ahora tu voz: dulce, serena, tan cálida, tan
cercana. Un destello de poesía que rasga la penumbra. Y mi corazón, un corazón hondamente
herido, se rinde sin remisión.
Quisieras verme, dices, después de tantos años. Y yo tiemblo de miedo y
de ternura. El tiempo, implacable como suele, nunca perdona y de mí tan sólo
quedan ya los restos doloridos de la mujer joven y hermosa que quizá alguna vez
fui.
Un alma cansada y vagabunda soy
ahora. Un alma triste que disfraza de sonrisa su dolor que, con elegancia,
decidió rendirse un día, blindarse para no sufrir, para no sucumbir jamás al
desconsuelo. Una mujer herida, afligida por un dolor continuo de ausencia, que
muy raramente cede al capricho de soñar despierta la fantasía de un amor
eterno, mágico y sin duda para ella inalcanzable.
Tarde, muy tarde, comprendí cuánto duele la renuncia, lo no vivido, lo ya
perdido para siempre.
No pudiste olvidarme, dices. Leo tus palabras una y otra y otra vez. Me
asusta pensar que no seas real, que tal vez sólo en mi cabeza existas y vago
como alma en pena con tus letras en las manos, incrédula, ilusionada e indecisa
como nunca estuve. Quisiera protegerte, salvarte (salvarme) de la decepción que
presiento. Y sin embargo...
No soy quien esperas. Es lo que trato de decir. Nunca lo fui y no
pretendo engañarte. Pero el azar, tan caprichoso y enigmático siempre, cruzó en
el camino la misma herida sin cicatriz de estos dos desconocidos y tal vez...
si tú quisieras...
Con incertidumbre y esperanza: L
Emotivas letras, sentimientos a flor de piel. Bello, Sublime. Me sorprendes cada vez más, Marta. Mi más sincera enhorabuena.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Lola. Me alegro mucho de que te haya gustado 😉
EliminarHola, Marta.
ResponderEliminarCon mucha razón fue seleccionado como finalista... Como dice Lola, muestras los sentimientos a flor de piel. Me ha encantado tu creatividad, pero me duele la dureza del relato.
Un abrazote muy fuerte.
Sí que duele un poquito... Muchísimas gracias, Ana.
EliminarDetrás de la formalidad de la carta se esconde la profundidad del sentimiento. Con una prosa delicada y a la vez intensa vas llegando al corazón del lector. Muy bueno Marta. Me gustó mucho.
ResponderEliminarMil gracias, Néstor. Me alegro muchísimo de que te haya gustado.
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