Habitan la frontera de un sueño. Son los duendes... Pequeñitos,
descarados, tan burlones... Susurran travesuras al oído del viento y al
amanecer se desvanecen raudos como estrellas fugaces. Así fueron siempre las
reglas de la magia. Hasta que embrujado por un sol de fuego que despertaba
radiante entre nubes de algodón, un duendecito rezagado rompió el hechizo.
Atrapado en el mundo de los hombres creció y olvidó su magia y sólo en sueños,
que de inmediato olvida al despertar, logra atravesar por un momento el umbral
entre ambos mundos. Un destello de felicidad ilumina entonces su rostro. Polvo
de hadas. Alegría en el alma. Ecos de eternidad...
https://elbicnaranja.wordpress.com/2018/03/09/viernes-creativo-escribe-una-historia-227/
Apreciada Marta:
ResponderEliminarTe diré con sinceridad que haces magia con las letras.
Recibe mi enhorabuena más sincera.
Un beso Lola y mil gracias por tus comentarios siempre tan generosos.
EliminarUna veta de plata en el río, un reflejo de luna, árboles de madera blanca, el susurro del viento en la noche alta, un penacho de humo ligero, pálida ceniza y estas palabras para transitar de tiempo a tiempo. Después, la mañana.
ResponderEliminarQué bonito, Salva. Gracias.
EliminarQué bonito, Marta. Podría pensarse que es un cuento triste, pero a mí no me lo parece. Al fin y al cabo tu prota disfruta despierto del mundo de los humanos y rememora el mágico dormido.
ResponderEliminarUn beso y feliz comienzo de semana :)
Claro. Yo tampoco creo que sea un cuento triste. Muchas gracias, Julia. Besos y feliz semana.
EliminarUn micro mágico que nos habla de magia y realidad, términos que no tienen por qué ser antónimos. Como ha descubierto ese duendecillo. Un abrazo!
ResponderEliminarUna pizquita de magia para endulzar la realidad... Muchas gracias, David.
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