Lo peor era la melancolía de las energías desaprovechadas
Historiadora,
filóloga, lexicógrafa, el nombre de María Moliner (1900-1981) está
indisolublemente ligado al Diccionario de
uso del español, obra que transformó el modo de entender el idioma y se
convirtió muy pronto en referente tanto para estudiosos como hablantes, por su
claridad y enfoque práctico al exponer las normas de uso de la lengua.
Durante más de quince años trabajó sola, en el salón de su casa, fuera del horario laboral y sin apoyo de institución alguna, en un proyecto descomunal: la creación de un diccionario que, sin perder rigor, resultara más comprensible que el de la Real Academia a la hora de solventar dudas y fuera más intuitivo en cuanto al modo de consulta. Así, con un lenguaje claro y directo, alejado de formalismos, agrupando las palabras por familias o significados, ofreciendo sinónimos, explicaciones gramaticales y recomendaciones de estilo, moldeó una herramienta de gran utilidad y enorme valor pedagógico que no ha dejado de reeditarse desde su primera publicación en 1966.