miércoles, 20 de mayo de 2020

La laguna de las lágrimas



La profecía se había cumplido. El rey agonizaba, los magos huían del reino y una helada oscuridad velaba sus tierras. Entre la niebla, el viejo castillo se recortaba espectral, la guerra iba de mal en peor y un presagio de muerte y destrucción aleteaba en el aire. El invierno había posado sus alas sobre el mundo y todo era furia y desamparo.

«Más allá del odio, más allá del llanto...», en los albores del tiempo, la bruja del Norte sopló su  maldición.

Lejos del amor y la alegría, una mano de hierro oprimía el corazón de los hombres. Lloraba el bosque lágrimas de hielo y nada tenía remedio.

La tristeza trepaba, ascendía, se filtraba entre humo de batalla y punzadas de ausencia.

«Más allá del odio, más allá del llanto...», graznaban las criaturas de la noche con desgarro.

Pausado y oscuro, un jinete avanzaba hacia el castillo entre la nieve. El viento hería su piel. La desesperanza desplomaba su alma. La peste de la desolación lo acompañaba y todo en torno a él lo volvía polvo y ceniza. Una estela de silencio barría sus huellas.

Detuvo con el alba el caballero su montura a los pies de la muralla, alzó la vista hacia las ruinas que guardaba y, al adivinar entre las sombras las almenas donde un rey −su padre− y un mundo −su reino− morían, la herida de un suspiro escapó de su garganta.

Rumor de ruecas, hilar de sueños, latidos de amor... retazos marchitos del pasado, acordes tenues de un tiempo que voló.

Un eco remoto de voces perdidas pretendió por un momento devolver al príncipe una ilusión, conjurar un hechizo, invocar a la niña de pies descalzos que de belleza un día lo embrujó. Y a sus labios, entonces, como una letanía, acudió de nuevo la vieja maldición: «más allá del odio, más allá del llanto, más allá del amor y la alegría... muerte y olvido serán vuestra condena».

Algo frío y afilado le aguijoneaba el alma. Una soledad sin remedio lo abrasaba. Cesaba el sueño, comenzaba la realidad y todo −nostalgias, triunfos, amores, derrotas− lo devoraba el olvido.

Apartó al fin el joven la mirada de aquellos restos de otro tiempo con un poso de amargura. La vida se sucedía violenta, los recuerdos lo asfixiaban y un relámpago de dolor lo tomó por sorpresa. No regresaría a él la ternura ni albergaría ya su espíritu sentimientos cálidos o hermosos. «Ningún lugar habrá para mí», pensó con resignada melancolía y un estremecimiento de angustia le erizó la piel. Un vacío inmenso lo helaba por dentro. 

El cielo amanecía lívido y frío.

Una lágrima rodó por su mejilla. Luego otra. Y otra. Y otra más. Y un manantial de escarcha brotó de sus ojos bajo los abedules blancos.  

El vaticinio estaba cumplido.

Cuentan que, en las noches de tormenta, la bruja del Norte truena carcajadas de victoria. Contra su fatal conjuro mientras tanto, las hadas del bosque tejen hilo a hilo −oro y plata, plata y oro− antídotos de esperanza. Y, a orillas de la laguna de las lágrimas, al nacer el nuevo día, la voz de la tristeza entre las aguas acallan con su canto.




            Relato publicado en el nº 10 (septiembre 2020) de la revista “El Tintero de Oro Magazine”.   

     

viernes, 8 de mayo de 2020

Los gondoleros silenciosos. William Goldman - Reseña



Los sueños, los grandes sueños, no mueren nunca

Hubo un tiempo en que los gondoleros de Venecia hechizaron al mundo con su canto, un tiempo que aclamó sus voces y las consideró casi divinas. Pero un día ese tiempo se esfumó: los gondoleros callaron y nadie conoció jamás el secreto que ocultaba su silencio.
¿Qué ocurrió?
¿Por qué enmudecieron de repente?
Ese es el misterio que pretende desvelar este mágico cuento, "Los gondoleros silenciosos", con el que William Goldman (autor de "La princesa prometida" y guionista, entre otras, de películas como "Todos los hombres del presidente" y "Dos hombres y un destino", reconocidas en su momento con el óscar al mejor guión original) recupera a su alter ego S. Morgenstern para narrar en primera persona la investigación que lo llevará a descubrir los motivos de tan extraño suceso.
Apoyándose en este narrador ficticio y en la peripecia de Luigi, un muchacho tímido y bonachón que sueña desde niño recorrer los canales de Venecia cantando en su góndola a pleno pulmón, Goldman da vida a una historia repleta de humor y de ironía, ingeniosa, mágica y muy divertida, una historia que ensalza el valor de los sueños, de la esperanza y la capacidad de superación.
Mediante leves pinceladas, el autor recrea a la perfección el ambiente de una Venecia decadente y romántica, arrastra al lector hacia un mundo dulce y cálido y lo atrapa en una trama que, poco a poco, lo va llevando hacia un inesperado y sorprendente final.
Con un lenguaje sencillo, brillantes juegos de palabras y  un tono muy particular donde se repiten las aclaraciones, incisos e interpelaciones al lector al modo en que ya ocurría en "La princesa prometida", Goldman/ Morgenstern nos enreda de inmediato en su juego, nos deslumbra con un estilo inconfundible y va tejiendo, página tras página, una fábula ocurrente y luminosa que parece susurrarnos al oído.
Destacar finalmente la preciosa edición con que ha recuperado "Ático de los libros" esta historia y las bellas ilustraciones del pintor Paul Giovanopoulos, las mismas que en su momento incluyó la  edición original.

viernes, 1 de mayo de 2020

El exorcista. William Peter Blatty - Reseña


Había mal en el mundo. Y mucho del mal provenía de la duda, de una confusión sincera entre los hombres de buena voluntad.

Inspirado en un caso real ocurrido en Whasington durante la década de 1940, clásico entre los clásicos del terror, "El exorcista" narra la historia de Reagan, una niña de doce años, hija de una conocida actriz, que empieza a manifestar un día lo que parecen ser síntomas de un raro trastorno mental. Así, de ser una niña dulce y feliz, Reagan pasa de pronto a comportarse de un modo en extremo agresivo y sufrir inexplicables y continuas alteraciones físicas y anímicas.  
Tras una larga y dolorosa peregrinación de médico en médico, de consulta en consulta, ante el fracaso de todas las terapias aplicadas y la impotencia manifiesta de los doctores para sanar a su hija, Chris, la madre de Reagan, acabará recurriendo en su desesperación a un sacerdote jesuita, el padre Karras, convencida, pese a no ser en absoluto religiosa pero tampoco capaz de hallar una explicación lógica a lo que sucede, de que un espíritu maligno es lo que se halla en la raíz del trastorno de la niña.
Y es este padre Karras quien entonces se convierte en el auténtico protagonista de la novela: un sacerdote, también psiquiatra, escéptico y desengañado, inmerso en una profunda crisis de fe que tratará de hallar por todos los medios una explicación médica al comportamiento de la pequeña (esquizofrenia, epilepsia, desdoblamiento de personalidad...). Existen por ello en el texto gran cantidad de datos médicos, de síntomas, de remedios y resulta muy interesante asistir al modo en que con su estudio el autor va poco a poco destruyendo las certezas de su personaje, haciéndole descartar todos los argumentos clínicos en favor de una enfermedad mental para enfrentarlo finalmente a lo imposible: a una posesión diabólica real y a la existencia de unos demonios en los que la razón no le permite creer.
Escrita de un modo ágil y muy fluido, sobrio, con mucho diálogo y buen ritmo, la narración mantiene en todo momento la tensión y el suspense y, pese a estar repleta de escenas escalofriantes y muy perturbadoras, no es miedo sino desamparo lo que transmite: la sensación de angustia y desesperación a que están expuestos sus protagonistas, la huella de su tristeza. 
Más allá de la trama argumental, en cualquier caso, el tema de fondo que subyace en la historia es el de la existencia del mal: cómo explicarla y cómo conciliarla con la existencia a su vez de un Dios benigno y misericordioso. La eterna lucha entre el bien y el mal, su significado y el problema de la fe.
Recordar finalmente la adaptación cinematográfica que en 1973 dirigió Willian Friedkin y que obtuvo ese año el óscar al mejor guión adaptado. Una versión muy fiel a la novela (quizá más aterradora) que resultó muy polémica en su momento e incluso llegó a ser tachada de satánica por utilizar la religión como objeto e instrumento de terror.

Reseña publicada en el nº 9 (mayo 2010) de la revista "El Tintero de Oro Magazine"