Una roca fría e
insalvable contra la que los vapores de la ilusión se estrellan
Clásico
de la literatura danesa, Judith
Fürste es la primera de las tres novelas publicadas por Adda Ravnkilde
(1863-1883). Tras haber entregado el manuscrito al editor Georg Brandes y antes
de recibir respuesta, la autora se suicidó a la edad de veintiún años. El
propio editor relata el suceso en el prólogo de la novela, la impresión que la chica
le causó y los motivos que le llevarían luego a publicar sus escritos de manera
póstuma.
La
historia de Judith Fürste es la de una joven, huérfana de padre, sometida a la
voluntad de una madre sin carácter y al despotismo del hombre con quien esta
contrae matrimonio poco después de enviudar. Un hombre mezquino que pretende
despojar a Judith de su herencia y hacerla sentir por completo a su merced. El afán
de huir de sus garras empujará a la protagonista hacia un matrimonio de
conveniencia que muy pronto dará lugar a una lucha de voluntades repleta de
malentendidos y frialdad.
La
autora arma de ese modo un relato muy emocional donde amor y orgullo libran una
batalla repleta de dolor y desengaños. Rencor, celos, vanidad, prejuicios
sociales... recorren una trama sencilla pero llena de matices, con un trasfondo
crítico muy potente respecto a las dificultades de la mujer para alcanzar
cierta independencia y la valentía que requiere rebelarse contra el papel
secundario al que siempre se la relega.
Magnífico
el modo en que el personaje va mostrando poco a poco su verdadera esencia,
creciendo conforme avanza la historia y siendo consciente de su desamparo y
soledad, de sus errores pero también de su capacidad para enmendarlos e iniciar
con ello el camino hacia el perdón y la propia redención.
Intensa y pasional, próxima al melodrama, sorprende la profundidad con que, pese a su juventud, la autora se adentra con su historia en los recovecos del alma humana para dar voz a un personaje tan complejo, tan sombrío y desengañado.