"Todas las penas pueden soportarse si se convierten en una historia". Isak Dinesen.
viernes, 30 de diciembre de 2016
La chica de los girasoles
sábado, 3 de diciembre de 2016
Nuevos tiempos
miércoles, 30 de noviembre de 2016
Una historia de amor
Laura se ha ido. Sin ruido. Tranquila y en silencio. Arropada por la luz cálida de una mañana de principios de septiembre con tintes de otoño. Casi de improviso. Vencida tan rápido por la enfermedad que a cada instante me descubro todavía con una súplica en los labios, cruzados los dedos a la espalda, rezando por despertar de esta pesadilla cruel y verla de nuevo sonreír, arreglar con mimo las rosas del jardín, pasear por el parque de los tilos −como tantas veces− al atardecer de un día de verano, releer ensimismada tras los cristales de cualquier café las historias de Jane Austen o las hermanas Brontë, siempre sus favoritas, romántica impenitente como fue.
Duele el recuerdo, duele la nostalgia y tanta soledad. Y duele, como jamás hubiera podido imaginar, más allá de la rabia o el desgarro, la certeza implacable de que ese tiempo pasó y nunca volverá, de que este desamparo, este dolor que se anuda a mi garganta y no me deja respirar, será ya para siempre mi única realidad. Y me siento de pronto tan perdido...
Laura...
Su recuerdo me emociona y a él me aferro como un náufrago a su tabla. Intento no llorar y no lo consigo. No la dejo de soñar. Ella. Siempre ella. La niña pecosilla y pelirroja a la que en la escuela tiraba con descaro de las trenzas. La estudiante tenaz luego, brillante y aplicada, de irresistibles hoyuelos y mirada pícara −esa chispita traviesa escondida al fondo, muy al fondo, de sus ojos castaños que ¡ay! cómo me hacía enloquecer− a quien desde mi pupitre contemplaba día tras día y pensaba inalcanzable. La madre devota, consuelo de llantos infantiles y eterna presencia protectora. La esposa cómplice, regalo inmerecido de la vida. La mujer serena y valiente que siempre fue. La anciana frágil y algo solitaria de los últimos tiempos.
Laura...
Mi refugio. Mi herida. Mi destino. ¡Tan fácil fue enamorarse!
A distancia y en silencio fui su ángel guardián y la amé con toda el alma, contra el dolor, contra la desilusión, contra el tiempo y la desesperanza.
Nunca lo supo.
Fue feliz y lo demás poco importa.
Y sin embargo...
Es ahora, también yo herido de muerte por su ausencia, que no logro acallar el latido entre mis sienes de este reproche sordo que, a traición, no sé cuando arraigó en mi corazón e, incrédulo y desconcertado frente a su recuerdo, no dejo de pensar cómo fue posible que ella no lo adivinara jamás.
domingo, 27 de noviembre de 2016
Heridas de amor
sábado, 5 de noviembre de 2016
Gritos ahogados
lunes, 17 de octubre de 2016
Amor ignífugo
lunes, 12 de septiembre de 2016
Encrucijada
sábado, 10 de septiembre de 2016
Confesión
sábado, 13 de agosto de 2016
¡Oh Cielos!
sábado, 9 de julio de 2016
Ilusionismo
miércoles, 29 de junio de 2016
Líneas paralelas
lunes, 20 de junio de 2016
Vidas deshabitadas
lunes, 6 de junio de 2016
Licencia para soñar
martes, 10 de mayo de 2016
Naturaleza muerta
Sueños rebeldes
jueves, 28 de abril de 2016
Punto final
Indecisión
Vergüenza
Falsas apariencias
Futuro incierto
Papel mojado
Decisiones
Una historia inacabada
Aniversario
Tiempo sin memoria
Nuevos tiempos
Asuntos de familia
Microrrelato finalista semanal el día 4 de enero de 2.016 en el concurso "Relatos en Cadena" del programa la Ventana de la Cadena Ser. Semana 14.
Imagen: Pablo Bernasconi