"Todas las penas pueden soportarse si se convierten en una historia". Isak Dinesen.
martes, 23 de enero de 2018
Deprimido
domingo, 21 de enero de 2018
Cartas de amor - Reseña
Yo la amaba...
jueves, 11 de enero de 2018
Reto "Serendipia recomienda 2.018"
lunes, 8 de enero de 2018
La leyenda del payaso triste
sábado, 6 de enero de 2018
Amarga traición
lunes, 1 de enero de 2018
Cuento de Navidad
El día en el parque de atracciones había sido largo y agotador. Monótono como todos los de aquella semana maldita. Almibarado hasta la náusea. Un día más. Un día como otro cualquiera, vaya. Y, por más que me esfuerce, no soy capaz de recordar nada especial, la más nimia diferencia que hiciera presagiar lo que estaba a punto de ocurrir.
Yo fui la única culpable, lo reconozco, pero no esperen de mí arrepentimiento. A estas alturas del cuento ya deberían saber que nunca fue ese mi punto fuerte.
En fin, creo simplemente que mi proverbial paciencia se agotó de golpe y, bueno, tal vez estuviera un poco celosa, no lo niego. Tantos pequeñines galopando felices, gira que te gira en los caballitos de la noria, tanta sonrisa manchada de algodón de azúcar, tanta navideña ingenuidad, tanta candidez, tanto osito de peluche... ¡Agh!.