Solo quienes son totalmente inocentes se atreven a actuar como si fueran culpables
Marcada
por un profundo análisis psicológico y social, la narrativa de Edith Wharton (1862-1937)
destacó siempre por la enorme agudeza con que fue capaz de captar las dinámicas
de las clases altas neoyorkinas, un mundo al que ella misma pertenecía, cuyas
reglas y tiranías deja al descubierto en sus historias. Abordó en ellas temas
como la hipocresía social, las tensiones de género, las restricciones
matrimoniales impuestas a la mujer..., cuestiones todavía en ese momento poco
habituales en la Literatura, con las que Wharton se atrevió a desafiar las
expectativas que recaían sobre ella.
Conocida sobre todo por novelas como La casa de la alegría o La edad de la inocencia, por la que en 1921 ganó el premio Pulitzer, La sombra de la duda (1901) es uno de sus primeros textos, un drama teatral en tres actos, cuyo manuscrito fue hallado en la Universidad de Texas en 2017 donde hasta entonces había permanecido oculto.
La
protagonista de esta historia, Kate Tredennis, una enfermera sin posición
social, acaba de contraer matrimonio con el marido de su mejor amiga, fallecida
tras un trágico accidente. Esposa y madrastra ejemplar para la hija de su
amiga, Kate no cuenta sin embargo con la simpatía del abuelo de la niña, Lord
Osterleigh, descontento con la rapidez del yerno en contraer nuevo matrimonio y
receloso del pasado de su nueva esposa.
Desde
ese punto de partida la obra aborda temas que serán tan propios luego de la
autora como las complejidades del sacrificio moral o la hipocresía social, combinando
el melodrama propio del teatro del S.XIX con un análisis profundo de los
valores morales y las contradicciones humanas para dejar al descubierto la decadencia
de la alta sociedad y el difícil acceso a las élites.
Enfrentada
a un dilema ético de difícil solución (un secreto, un chantaje, ciertos
comportamientos que no puede explicar...), Kate se verá expuesta al juicio de
una sociedad intolerante e hipócrita, inmersa en un mundo de apariencias que
ella rechaza y al que se niega a pertenecer.
Más
allá de la crítica y los temas de fondo que aborda, la trama avanza con
muchísimo ritmo e interés creciente (importante no leer el prólogo previamente porque
desvela en exceso el misterio), de un modo ameno y muy directo, más conciso de
lo habitual en la autora pero muy adecuado al teatro.
La obra nunca llegó a ser representada y tampoco Wharton parece haberla mencionado nunca ni haberla incluido entre su bibliografía, quizá por no considerarla a la altura de su producción posterior o entender alguno de sus temas (el secreto desencadenante del drama, tema aún polémico en la actualidad) demasiado controvertido para la época, pero es buen reflejo de la versatilidad de la autora y de su disposición a experimentar con géneros distintos a la novela.
Una muy buena reseña, invita a leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo Marta, te dejo mi voto en bloguers.
Un beso, Dakota. Muchísimas gracias.
EliminarTremendo hallazgo el de la Universidad de Texas hace pocos años. Solo por eso ya la obra tiene un valor añadido y además produce especulaciones el porqué la propia autora lo había escondido.
ResponderEliminarUn gusto conocer a través de tus letras a esta escritora y dramaturga aunque ya me sonaba por La edad de la inocencia.
Estupenda y cálida reseña, Marta.
Un beso.
Hola, Miguel. Sí, La edad de la inocencia quizá sea su novela más conocida pero fue una autora tremendamente prolífica. A mí me gusta muchísimo y me ha encantado descubrir este texto que es una rareza en ella porque no escribió teatro más allá de esto y es muy valiente en lo que plantea, la verdad. Un beso y muchísimas gracias. Contentísima porque te haya gustado la reseña.
EliminarCon lo prolífica que fue esta mujer y la cantidad de obras que ya se conocían, encima se siguen descubriendo. Una obra de teatro es algo novedoso para mí en la bibliografía de la autora, pero desde luego tiene muy buena pinta todo lo que cuentas. Casarse con al marido de la mejor amiga siempre puede traer problemas inesperados (y alguno esperado) que pueden resultar muy interesantes.
ResponderEliminarUn beso.
¿Verdad? Qué sensación debió ser encontrarse con esto sin saber que existía. A mí me ha gustado mucho, Rosa. No hay que perder de vista la época en que escribe y plantea cosas que debieron remover mucho en ese momento. Un beso y muchísimas gracias.
Eliminar¡Qué reseña más bien hilada, Marta!
ResponderEliminarPara empezar, me ha sorprendido encontrarme con un texto teatral. Y luego, ese enfoque entre melodrama y dilema ético, sumado a la vivencia personal de la autora y el contexto social que refleja, me ha parecido fascinante. Lo del manuscrito oculto durante más de un siglo le añade además una capa de misterio que atrapa solo con leerte.
Muy buena reseña.
¡Un abrazo, compañera!
Hola, Tarkion. Es una gran historia, una curiosidad dentro de a obra de Wharton y muy valiente respecto a alguno de los temas que toca. Me alegra mucho que te haya llamado la atención y te haya gustado la reseña. Un beso y muchísimas gracias.
EliminarMenudo descubrimiento, Marta. Sorprende que haya obras que estén ocultas durante tanto tiempo, suerte que tarde o temprano terminan saliendo, y tú, nos la traes para que podamos tenerla en cuenta. La hipocresía social, es un tema que en distinta forma hoy en día sigue estando presente.
ResponderEliminarEstupenda reseña.
Un beso, y feliz fin de semana.
Pues sí, menudo descubrimiento, ¿verdad? Me imagino la sensación de los investigadores al tropezar con algo así. Más allá de la hipocresía social toca temas muy poco habituales para la época y eso es algo que sorprende, teniendo también en cuenta que en ese momento era una autora primeriza. A mí me ha parecido una gran historia. Un beso, Irene y muchísimas gracias.
Eliminar¡Hola, Marta! ¿Cuántas obras literarias habrá perdidas por ahí? Recuerdo cuando hace años, en el Tintero, dedicamos una edición a Lo que el viento se llevó y descubrí que el manuscrito original servía de calza a un sofá y allí se hubiera quedado de no ser por un editor de viaje.
ResponderEliminarBueno, respecto a lo que comentas de esta obra desde luego me ha llamado la atención ese retrato de la hipocresía social, algo que es una constante en nuestra historia, más allá de las formas. Será interesante leerla y comparar lo de entonces con lo de ahora. Estupenda reseña. Un abrazo!!