Para ellos los criados éramos una raza aparte, un mal necesario
Publicado
en 1968, En el piso de abajo es el
primero de los tres volúmenes de memorias de Margaret Powell (1907-1984), una
mujer cuya vida como criada doméstica en la Inglaterra de principios del S. XX
y el retrato que de ella hace, la hará pasar enseguida a formar parte de la
nueva corriente literaria, nacida en la década de los cincuenta, en torno a las
vivencias de la clase obrera: aspiraciones, frustraciones, desencantos...,
expuestos con voz propia por primera vez.
Pese a haber ganado una beca y entusiasmarle la escuela (soñaba ser maestra y le encantaba leer), Margaret se vio obligada a dejar los estudios y empezar a trabajar a la edad de trece años a fin de aliviar la precaria situación económica en que vivía su familia. Tras algunos empleos menores, pronto comenzó a servir en diversas casas de gente adinerada, como pinche de cocina primero (lo más bajo del escalafón) y cocinera tiempo después. Esa experiencia es la que plasma en su relato, una crónica sencilla en la forma y descarnada en el fondo sobre el mundo de los sirvientes en una época que ya presagiaba grandes cambios económicos y sociales, que desmitifica por completo la imagen de la alta sociedad, revela sus miserias, el trato indigno que dan en muchas ocasiones a quienes trabajan para ellos y deja de manifiesto la rigidez de la conciencia de clase y la tremenda desigualdad de oportunidades existente.
Powell
presenta su historia sin juicios de valor, con honestidad y sencillez pero
también con una agudeza en sus observaciones que llena de matices su relato y
da protagonismo a quienes nunca lo tuvieron, a quienes siempre parecieran
condenados a quedar en las sombras. Comentarios mordaces y humor amable son sus
armas contra humillaciones e injusticias. Las herramientas que utiliza para
mostrar la dureza de una vida a la que no se resigna y trata por ello de
mejorar.
Amena y fácil de leer, se dice que esta narración, algo que va más allá de una mera colección de anécdotas, inspiró series como Downton Abbey o Arriba y abajo, aunque su tono es mucho menos evocador (algo monótono, en ocasiones) que el de aquellas y en ningún momento cede a la tentación de romantizar situaciones o dulcificar comportamientos.
Me llama mucho la atención este libro. Tomo nota, gracias a tu reseña. Un abrazo
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