Suspira
y cierra los ojos... En su recuerdo: mil y una noches repletas de estrellas;
olor a jazmín; el tañido melodioso de las campanas meciendo con dulzura el
despertar de la ciudad. Una ciudad ya para siempre convertida en nostalgia.
Frente a ella: el cruel silencio de las fotografías; oscuridad, tristeza,
cansancio; frío y devastación. En su alma: un deseo; una súplica; una oración.
Entre las nubes, lejos, muy lejos, de aquella tierra tan herida: la magia. En
el destierro eterno de los mundos perdidos: un hechizo. Un genio acurrucado en
su lámpara que lágrimas de impotencia y rabia lloraba.
Microrrelato
para los Viernes Creativos de https://elbicnaranja.wordpress.com/.
Imagen Michel Pederson.
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