Frío, oscuridad y silencio en el vientre de la ballena. Apenas recuerdo
cómo ni cuándo hasta aquí llegué. Perdí hace ya mucho la noción del tiempo y de
mi propia vida y ésta es ahora -tal vez
para siempre- mi única realidad. Asomada a los ojos del monstruo contemplo las
sombras del mundo. Tras ellos un mar inquieto y turbulento gime de dolor. En el
silencio de la noche, de soledad y desamparo tiembla mi cuerpo y, agazapado en
un suspiro, casi enmudecido, un conjuro de libertad a traición escapa de mis
labios. Fantaseo con la huída. Escapar disuelta en una lágrima, flotar, nadar
hacia la luz, ascender suave y lentamente, sentir de nuevo la caricia ligera del
viento, el amable calor del sol. Y respirar. No sería difícil mas sé que no lo
haré. Ningún lugar hacia el que huir existe ya. Si tan sólo pudiera olvidar...
Relato para los Viernes Creativos de https://elbicnaranja.wordpress.com/
inspirado en la fotografía de Fernando Ramos.
Precioso, Marta. Todos, en algún momento dado, queremos escondernos del mundo. Me ha gustado mucho!
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