sábado, 5 de noviembre de 2016

Gritos ahogados

     
Flota en el aire una cierta inquietud. La noche, cargada de oscuros presagios, se desploma triste sobre el mundo. Hace frío y tengo miedo, mucho miedo, tanto como nunca hubiera podido imaginar, mucho más. Perdida en medio de esta multitud desconocida que se agita nerviosa e inquieta, temerosa de que el amanecer ponga punto final a su triste peregrinar, me siento de pronto tan sola, tan pequeña, tan desamparada... Un dolor inmenso atraviesa mi alma y en mil pedazos diminutos la rompe. No puedo dormir, tampoco llorar. Escribo para no enloquecer. El destello triste y furioso, cómplice y desesperanzado de una estrella solitaria me acompaña y por un instante ilumina el desconsuelo de mi noche. Atrapada −siempre, una vez más− en el lado equivocado de la frontera, fantasma olvidado de cualquier guerra sin nombre, al mar inclemente que pronto ahogará mis sueños ruego en esta hora, como último consuelo, me acoja hospitalario en su fondo más oscuro y a la marea impida arrastrar mi cuerpo deshecho hacia la indiferencia del mundo.







Microrrelato para los Viernes Creativos de elbicnaranja.wordpress.com

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