¿Cómo va a plantarse un civil delante de un militar y decirle que ha ganado las elecciones?
Periodista
y doctor en Derecho por la Universidad de Niza, Venance Konan (Costa de Marfil,
1958) obtuvo en 1993 el premio al mejor periodista de investigación de Costa de
Marfil por una serie de reportajes en torno a la guerra de Libia y al problema
de la droga en su país. En 2012 resulto asimismo galardonado con el Gran Premio
Literario de África Negra que otorga cada año la Asociación de Escritores en Lengua Francesa. Apenas
traducido al castellano y por ello aún muy desconocido en España, ha sido la
editorial "2709 books" (especializada en literatura africana) quien
recientemente ha comenzado a publicar su obra en formato digital.
"Los
Catapila, esos ingratos" es hasta el momento la última obra del autor, una
novela corta en torno al choque cultural que inevitablemente provoca siempre el
colonialismo. Con grandes dosis de ingenio y sutil ironía, Konan detiene su
mirada en las tradiciones ancestrales de su pueblo para reflexionar sobre
una realidad política repleta de corruptelas y deslealtades, enfrenta el
costumbrismo africano a los nuevos modos que traen los europeos, esos extranjeros
(los Catapila) que van imponiendo poco a poco su cultura y construye unos
personajes despreocupados, oportunistas, hipócritas y brillantes que sirven de
base a la clara crítica política y social que articula su relato.
"¿Pero en qué país
vivimos? ¿cómo puede ganar un civil a un general que está en el poder? ¿tiene
algo que ver el cambio climático con todo esto?".
Crónica
salpicada de sátira y humor que con un estilo claro, directo y conciso, muy
cercano, nos asoma a un mundo no tan diferente ni alejado del nuestro como en
un primer momento podría parecer.
En este país un
hombre o una mujer digno de tal nombre tenía que llevar un teléfono móvil. La
gente importante siempre tenía dos o tres móviles, hasta cuatro cuando se
trataba de altas personalidades. El número de teléfonos móviles que se tenía
indicaba el estatus social de cada uno. Aunque en el pueblo no teníamos línea
telefónica los que tenían dinero se habían comprado teléfonos móviles y los
llevaban colgando del cuello aunque no pudieran utilizarlos y todo el mundo
soñaba con llevar uno.
Una
voz original e inteligente que atrapa desde
las primeras líneas.
Como todas las crónicas de este tipo, con una buena dosis de crítica y denuncia social y política, seguro que esta es una lectura más que recomendable. El comentario relativo al número de telófonos móviles como signo del estatus social no tiene desperdicio y es un claro ejemplo de un despropósito cultural.
ResponderEliminarUna reseña muy interesante.
Un abrazo.
Hola, Josep. Pues sí, ese es el tono del relato: irónico y con muchas notas de humor pero con un trasfondo crítico muy potente. Muchas gracias por pasar.
EliminarQué apetecible parece esta novela. Pero veo que tiene una primera parte y casi prefiero empezar por ella.
ResponderEliminarLa ironía crítica y en África se me hace irresistible.
Un beso.
Sí, es una historia curiosa y muy original, algo diferente. Gracias, Rosa.
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