«¡¡Dimito!!
−chilló encendido de ira, al borde mismo del colapso,− ¡¡DI-MI-TO!!». Abandonó
la habitación con un portazo y corrió escaleras abajo. Aquel hombre lo sacaba
de quicio, lo llevaba al límite de sus fuerzas y lo trastornaba hasta el
hartazgo.
Respiró
hondo en un vano intento por liberar la rabia que aún tenía atravesada en la
garganta y echó a andar. Caminaba sin rumbo maldiciendo con furia su suerte,
perplejo y orgulloso a un tiempo por aquel alarido tan impropio de su
recalcitrante timidez, cuando se descubrió de pronto frente al Finnegan's Club. Dudó un instante parado
en la acera, apenas era mediodía, algo temprano quizá para un primer trago pero
a fin de cuentas se lo había ganado, transigió al fin su mala conciencia mientras
se adentraba en la alcohólica penumbra del local. Acodó fastidio y desaliento
sobre la barra, pidió un whisky sin hielo y con un cigarrillo aún por encender entre
los dedos trató de serenarse.
El
crimen era su mundo, la violencia y el asesinato su pan de cada día, si no
lograba hacerse respetar, si aceptaba las absurdas pretensiones de aquel
advenedizo con delirios homicidas, se convertiría al instante en el hazmerreir
de la profesión. No era él un hombre arrogante y odiaba parecerlo pero en juego
andaba ahora su prestigio y solo eso le importaba.
En
cualquier caso, ya nada tenía solución. No había vuelta atrás. La situación era
insostenible y demasiado encallecido y viejo estaba ya su ánimo para dejarse
humillar.
Aceptaba
con honestidad su parte de culpa. En efecto: se sabía suspicaz, testarudo y
sensible en exceso, lo incomodaba trabajar en equipo, carecía de habilidades
sociales... Pero aquella cortesía desdeñosa, la fría condescendencia hacia su
persona que desde hacía un tiempo marcaba el tono de charlas y reuniones, lo
tensaba de tal modo que había hecho al fin estallar su indignación.
Pese
a todo no debió insultarlo. Llamarlo «gordo bastardo» había estado por completo
fuera de lugar, masculló entre dientes con cinismo y sin atisbo alguno de arrepentimiento.
Era
su jefe, cierto, pero si una vez tras otra aplastaba con insolencia hasta la
más nimia de sus iniciativas, si él mismo planteaba problema y solución
ignorando todas sus ideas ¿para qué diablos lo necesitaba?
Concienzudo
y minucioso como era, había trazado un plan, pensado con cuidado cada detalle,
puesto lo mejor de su inteligencia al servicio del trabajo encomendado y aquel vejestorio
panzudo despojaba ahora a su esfuerzo de sentido, despreciaba su talento y le
achacaba una falta de estilo que de ningún modo iba a tolerar. «Lógica y
verosimilitud nunca fueron negociables, señor Hitchcock −musitó apenas para sí con dolorosa
decepción.− ¡Y Raymond Chandler merece su respeto, por amor de Dios!»
Hasta
la extenuación, día tras día, le había rogado sacrificar parte de aquellos
llamativos trucos visuales a los que tan aficionado parecía, en favor de la emoción;
en interés de los personajes, de sus motivos y psicología; de la coherencia y el
realismo imprescindibles para perfilar un buen relato. Pero fracasó en su
empeño y el todopoderoso director había acabado por tirar su guión a la basura.
En una película de Hitchcock nunca
habría lugar para nada que él mismo no hubiera podido concebir,
se consoló al fin Chandler, consciente de haber perdido la batalla.
Apuró
de un trago su copa y salió a la calle. En un cajón de su escritorio Philip
Marlowe dormía el eterno sueño de los justos, recordó de pronto. Esa misma
tarde sacaría a su leal detective del aprieto en que lo había dejado atrapado
meses atrás, decidió con renovada ilusión mientras un remordimiento de olvido cruzaba
su rostro. Ahuyentó de su mente la versión que, en torno al novelesco encuentro
de dos extraños en un tren, muy a su pesar dejaba incompleta y deseó en
silencio suerte a su suplente. «El pobre diablo va a necesitarla», murmuró con
sarcasmo en un súbito relámpago de malicia.
Mención honorífica certamen enero 2020 "El Tintero de Oro"
Relato
publicado en el nº 5 (enero 2020) de la revista "El Tintero de Oro Magazine" y
en la Antología "Relatos asombrosamente asombrosos" del Tintero de
Oro" (diciembre 2020).
¡Qué bueno, Marta! Un duelo de egos entre el famosísimo director de cine y el consagrado escritor de género negro. Creo que tu relato cumple sobradamente los requisitos a un estilo poco convencional. Has puesto muy alto el listón presentando en primer lugar este gran relato :))
ResponderEliminar¡Un beso y mucha suerte en el Tintero!
Un beso, Julia. Me alegro muchísimo de que te haya gustado;)
EliminarInteresante versión de los conflictos entre director y escritor a la hora de escribir el guión de "Extraños en un tren".
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el concurso. Razón tiene Julia que has puesto el listón muy alto.
Un beso.
Muchas gracias, Rosa. El tema era complicado y ya con haber podido escribir algo estoy contenta;)
EliminarMe has tenido enganchado sin saber qué derroteros tomaría tu relato. Y aun cuando ya he visto de qué iba, he seguido enganchado hasta el final.
ResponderEliminarQué bien has sabido sacarle provecho a Extraños en un tren, je,je.
Un abrazo.
Sí? Pues cuánto me alegro, Josep, de haberte atrapado con la historia. Mil gracias.
EliminarBuen trabajo de documentación para inspirarte en la trama, donde las turbulentas relaciones que mantuvieron Alfred Hitchcock y Raymond Chandler durante el proceso de adaptación de la película: «Extraños en un tren», dieron lugar a unas cartas muy críticas del novelista y guionista Chandler contra su director Hitchcock, a quien califica de «gordo bastardo».
ResponderEliminarBueno, lo cierto es que has sabido recrear estupendamente esa atmósfera tan destructiva entre ambos ególatras y la rendición del guionista ante el implacable poder del director. Siendo también testigos de la frustración y desprecio al que fue sometido dicho novelista, que supo darle un estilo propio a lo que por aquel entonces se conocía como novela negra.
Te deseo mucha suerte, Marta.
Muchas gracias, Estrella. Me alegra que te haya gustado. Mucha suerte para ti también.
Eliminar¡Ay! Se me adelantó la amiga Estrella, iba a decir casi casi lo mismo. Ahora iré a por su tren de los Alpes :))
ResponderEliminarUn relato magnífico Estrella. La mención del corazón de la novela. El enfrentamiento entre el director y el autor de extraños en un tren, me parece que ha sido una jugada maestra.
El relato bien escrito, con urgencia, extraordinariamente ambientado, si es que me parece estar viendo al gordo bastardo-vejestorio panzudo…del irancundo señor señor Hitchcock ¡Pobre!
Desde luego, una historia a tener en cuenta. A sus pies señorita Marta de extraordinarios recursos.Mucho tendremos que afilar la pluma para estar a tu altura compañera escritora.
Ay! Generosísima siempre, Isabel. Besos y un millón de gracias. Me encanta que te haya gustado ;)
EliminarQuise decir Marta, y te llamé Estrella. Despiste :(
ResponderEliminarUn lapsus. No te preocupes;)
EliminarHola Marta! Yo no entiendo mucho acerca del género negro, pero se nota que dominas el mismo. Me ha encantado la manera tan magistral como has ido hilvanando las cavilaciones del guionista.
ResponderEliminarA mí personalmente me ha enganchado rápidamente la parte inicial del relato, donde estaba convencido de que se trataba de las reflexiones hechas por parte de una especie de sicario. Y resulta que en realidad estabas hablando de un guionista de cine...¡Qué bueno! Muchas felicidades y suerte en el concurso.
Hola, Beri. Pues me alegra mucho lo que dices porque esa era la intención, jugar un poquito al despiste;) Qué bien que te haya gustado. Mil gracias.
EliminarMuy bueno Mata, en mi primera lectura no veía la trama de extraños en un tren hasta que el final pude ver que se trataba del director Hitchcock y el autor de la novela. Muy buen trabajo. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Mamen. Un beso.
EliminarQué gran ambientación has creado Marta. De cine:). Desde luego se podría decir que Alfred Hitchcock no sugería. Ordenó, superviso y machacó en la parte del libreto en la que pudo manejar a Raymond Chandler. Extraños en un tren tuvo varias manos: escritora de la novela, guionista y el propio Hitch que remató un gran noir marcado a fuego en la historia del cine.
ResponderEliminarFenomenal aportación al concurso.
Abrazos.
Gracias, Miguel! Un pequeño atrevimiento tratar de atrapar esa escena pero me alegro mucho de que te haya gustado;)
EliminarApreciada Marta, como cinéfila te doy un 10/10 denotas gran conocimiento de los intérpretes, y más de la dirección del gran Hitchcock al cual la psique humana, y su máxima nunca rodar con perros ni con niños hacen de él todo un personaje egocéntrico, que como todos los genios tienen sus pros y sus contras.
ResponderEliminarTe superas día a día, Marta
Un beso, Lola. Muchísimas gracias! Me alegro un montón de que te haya gustado:)
EliminarGracias, Marta, por participar en esta edición de El Tintero de Oro. ¡El primer relato! Un abrazo y suerte en el concurso.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, David :)
EliminarChapeu Marta!,... creo que tu relato cumple sobradamente los requisitos y yo añadiría como plus ese estilo fresco y poco convencional!
ResponderEliminarBuena suerte!
Mil gracias, Norte. Me alegro muchísimo de que te haya gustado :)
EliminarHola Marta
ResponderEliminarBuen relato, muy bueno.
Tanto por la idea que has tenido al enfrentarte al reto como por el relato en sí mismo.
No es sino al final cuando el lector entiende de quién estás hablando, por otra parte, no tenía sentido decirlo antes y eso es lo que me ha gustado más.
Enhorabuena y saludos
Hola, Paola. Pues muchísimas gracias. No sabes cuánto me alegra que te haya gustado:)
EliminarHola Marta, compañera que busto leer esta historia, ay todo un mundo de información para realzar a este personaje que además nos hace descubrir a otro nada menos que a nuestro "Jichko" (mira que tiene consonantes Hitchcock)tal como lo pintas este director sería de armas tomar, caprichoso de los efectos visuales y nada menos que avenedizs con delirios homicidas,dios... El escritor como protagonista hace que la historia sea muy consecuente con el título de dos extraños en el tren, aunque este fastidiado y desalentado novelista salga mal parado y le pase la ocasión a otro, a la autora en este caso de "dos extraños en el tren". Lo dicho hay un fondo de información para casar la historia, la hace sumamente real. Un abrazo
ResponderEliminarVaya errores: busto jaja gusto, advenedizo, ni una coma que te he puesto, está claro... es la hora de acostarse jeje
EliminarJeje, no te preocupes, un lapsus. Me alegro mucho de que te haya gustado el relato. La historia del mal entendimiento entre Hitchcock y Chandler es cierta: lo contrató como guionista pero acabaron fatal, no se entendieron y al final Chandler abandonó el proyecto. La película pese a todo tuvo un éxito tremendo. Un beso, Emerencia.
EliminarMuy buena historia, Marta. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro mucho, Mirna. Un beso.
EliminarMuy buen relato, Marta. Es un relato de esos que hay que releer, con gusto, una segunda vez, y es ahí donde cobra toda su dimensión. Choque de egos, como han comentado, entre director y guionista, y buena documentación para dar vida a este relato que se adapta perfectamente a las exigencias de la convocatoria. Un saludo y mucha suerte.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Jorge. Me alegro un montón de que te haya gustado:)
EliminarHola Marta, una historia detallista de los sentimientos de los involucrados. Bien documentada y excelentemente contada. ¡Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarGracias, Mery. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarQue bueno, Marta, una original historia de egos y reproches. La figura mítificada de un gran cineasta, bajada al mundo de los mortales, con un ritmo de narración perfecto; cada palabra parece que está donde tiene que estar. No he visto la película, pero te aseguro que has cambiado la percepción que hubiera tenido sobre su visionado. Felicidades por el relato, es muy muy bueno.
ResponderEliminarGenerosísimo tu comentario, Pepe. Mil gracias! Me alegra mucho que te haya gustado :)
EliminarMuy bueno, Marta. Has creado una auténtica guerra de egos. A parte que se nota que te has documentado, has hecho que buscara el conflicto de ambos, me parece de verdad que has creado un ambientación perfecta, un viaje en el tiempo con ese toque en blanco y negro, con aroma a pasado y experiencia, a veces, mezquina y poderosa. Pero con tanta personalidad. Enhorabuena, me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Irene. Pues sí, la historia de esa enemistad es cierta. No lograron trabajar juntos y al fin Chandler abandonó el proyecto. La película, sin embargo, ganó ese año el Óscar al mejor guión. Mil gracias por tu comentario. Me alegro mucho de que te haya gustado. Besos.
EliminarUn relato muy bien construido, con esa situación angustiante entre director y escritor. Una lectura entretenida y atrapante, Marta!
ResponderEliminarMuchas gracias, Yessy. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarEl choque de dos trenes a máxima velocidad. Chandler y Hitchcock, Hitchcock y Chandler, y, en medio, la apasionante novela de Patricia Highsmith.
ResponderEliminarHas creado un ambiente de los más creíble, Marta. Plasmar lo que currió entre semejantes genios no es tarea fácil, pero tú lo has conseguido.
Un salduo y mucha suerte.
Un choque de trenes exactamente, Bruno, así debió ser esa relación. Me alegro de que te haya gustado. Muchas gracias:)
EliminarMe ha gustado mucho cómo juegas con personajes reales y ficticios universales integrándolos como personajes de tu relato. ¡Enhorabuena, Marta!
ResponderEliminarUn abrazo y ¡Felices fiestas!
Muchas gracias, Rebeca. Un beso y Feliz Navidad :)
EliminarMuy bueno tu relato, Marta, teniendo en cuenta elementos reales como el enfrentamiento entre Chandler y Hitchcock, sin duda, un puntazo que enriquece toda la historia.
ResponderEliminarUn saludo!!
Hola, Carla. Muchas gracias. Me alegro un montón de que te haya gustado :)
EliminarLa reflexión del guionista ya parece en sí misma una introducción al género negro. Unas cuantas palabrotas más dirigidas al director y se hubiera podido decir que se mascaba la tragedia. Pero en realidad entre el director y el guionista solo hubo palabras gruesas como la de "gordo bastardo" menos mal que hitchcock era como era y al final se salía con la suya. Entre genios andaba el juego y los únicos que salimos ganando fuímos los espectadores.
ResponderEliminarUn relato bien elaborado.
Un abrazo.
Hola, Francisco. Pues sí, dos genios frente a frente que no lograron entenderse. Me alegro de que te haya gustado el relato. Muchas gracias.
EliminarHola, Marta: Muy buena tu historia. Original planteo. Buena tarea de investigación para crear este duelo de talentos.
ResponderEliminarGracias, Beba! Besos y feliz año nuevo.
EliminarMe ha gustado mucho, Marta. Has escogido un tema muy original. Recreado de un modo muy verosímil, jugando un pico al despiste e hilvanando la trama poco a poco en un estilo muy visual.
ResponderEliminarSuerte en El Tintero!
Muchísimas gracias, Araceli. Me alegro un montón de que te haya gustado. Mucha suerte para ti también.
Eliminar¡Qué placer leer algo así! Soberbiamente construido, con el lenguaje preciso y el suspense que te mantiene hasta casi el final cuando das los nombres de director y guionista.
ResponderEliminar¡Suerte en El tintero!
Mil gracias, M.Pilar! Cuánto me alegro de que te haya gustado!
EliminarMuy original el enfoque de la trama: El enfrentamiento entre director y autor de Extraños en un tren. La lectura es rápida (o quizás fui yo, que la devoré 😁)Me gustó mucho 🐾
ResponderEliminarMe alegro mucho, Rosa. Muchísimas gracias 🙂
EliminarQue fascinante narrativa y agilidad para entramar la historia, y en especial ese giro novelesco que en un principio no se sabe hacia donde va, atrapa desde el inicio muy bueno. Me gustó mucho. Yo un poco tarde he entrado al tren,pero espero puedan leerme y comentar porque vísperas de año nuevo, ya casi que quedo fuera, espero que no. Saludos desde Venezuela.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro mucho de que te haya gustado y claro que sí, ahora paso a leerte 😉
Eliminar¡Buenos días! Personalmente, me encanta engañar al lector. Hacerle creer que la cosa va por un lado, que agarre confianza, que crea en lo que le estoy contando para que, sin previo aviso, girar el guion y darle una sorpresa. Y es lo que haces tú, con mucha gracia. Cuando he empezado a leer, daba la sensación de ser un matón de la mafia harto de su jefe, déspota y vil. Pero la sorpresa de Chandler y Hitchcock, me ha encantado. Al final, era un poco lo mismo. Dos personas que vivían por el crimen, por la violencia, por el misterio. Maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mil gracias, Miguel. Me alegro muchísimo de que te haya gustado y de haber logrado despistarte un poquito con ese giro. Besos y feliz año nuevo.
EliminarUna original e imaginativa historia, muy bien contada y ambientada. Con personajes reales construyes un relato fantástico en más de un sentido, con un sorprendente final,que son mis preferidos. Suerte en el Concurso. Un abrazo, Marta.
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado, Paco. Mil gracias!
EliminarBravo Marta! Muy bien llevado el conflicto entre esos dos monstruos geniales y ególatras, como ya ha mencionado alguien más. Excelente
ResponderEliminarFeliz Año Nuevo. Un abrazo.
Muchísimas gracias, Juana. Besos y feliz año nuevo.
EliminarBuenas, Marta.
ResponderEliminarLa verdad es que no conozco demasiado este género, y no estoy muy segura de haber visto alguna película de Hitchcock, pero el relato me ha gustado. Engancha desde el principio.
Mucha suerte.
UN saludo.
Muchas gracias, Irene. Me alegra que te haya gustado.
EliminarGenial relato, Marta. Has descrito de forma fenomenal la relación que probablemente mantuvieron Chandler y Hitchcock mientras duró su colaboración para "Extraños en un tren". Un gran trabajo de documentación para plasmar una original historia recreada de forma deliciosa. Me ha encantado. Saludos
ResponderEliminarGenerosísimo tu comentario, José. Mil gracias!
EliminarUn giro argumental muy bien trabajado, en las primeras líneas no se intuye la triste historia del guionista. Un consejo, si me lo permites, dale una vuelta a las comas. Un saludo y mucha suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola, Beatriz. Muchas gracias. Tengo en cuenta lo que me dices sobre las comas.
EliminarUna historia muy bien enlazada, su personaje lucha con su propio yo para engañar al lector.
ResponderEliminarUn abrazo Marta.
Puri
Muchas gracias, Puri. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarEnhorabuena Marta por tu merecida mención! Espero seguir disfrutando de tus escritos. Un abrazo.
ResponderEliminarUn beso, Carla. Muchísimas gracias!
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