El
mismo piso. De nuevo. Y ya eran tres los asaltos que aquel agosto había
sufrido, algo ciertamente excesivo incluso para tal mes. Como siempre puerta de
par en par, cajones desvalijados, libros por el suelo, nada, al parecer, que
echar en falta. Un halo de misterio envolvía sin remedio a su inquilina. ¿Qué
escondía aquella anciana y quién lo buscaba con tanta tenacidad? Desplomada en
su sillón, rodeada de policías, ella temblaba, no de miedo sino de emoción.
Debía acabar con semejante desatino ─lo sabía─ pero tanto le pesaba la
soledad... Y tan divertida resultaba siempre su pequeña picardía...
Microrrelato finalista semanal el día 30 de septiembre de 2017 en el concurso "L'art d'escriure" del programa Wonderland de Radio 4 RNE.
A veces cuando la realidad es aburrida hay que inventarse algún pretexto... muy bueno, Marta. Merecido premio. Enhorabuena.
ResponderEliminarSoluciones imaginativas... Muchísimas gracias Manoli.
ResponderEliminar¡Qué pillina la buena señora! Imagino el quebradero de cabeza de los investigadores para esclarecer el asunto, pero ella al fin había encontrado la forma de estar acompañada. Divertido a la vez que triste, Marta. ¡Muy bueno!
ResponderEliminarUn beso y enhorabuena por haber quedado finalista :)
Muchas gracias Julia. Sí que es un poco agridulce. Me alegro mucho de que te haya gustado. Besos.
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