Cuál era el verdadero hombre y cuál su sombra
Escrita en la década de los cincuenta pero inédita hasta 1963, "Como vana sombra" es la única novela publicada por Jane Hervey (pseudónimo de Naomi Blanche Thoburn McGaw), una autora sobre la que apenas existe información más allá del hecho de haber nacido en Sussex en 1920, haber crecido en el seno de un hogar acomodado y contraído matrimonio en dos ocasiones. Se dice también que la publicación de esta historia la enemistó con su familia por lo que, tal vez, se inspirara en ella en exceso.
En
un tono muy próximo a la comedia, la novela aborda los cuatro días que suceden
a la muerte del coronel Alfred Winthorpe, acontecimiento que parece suscitar más indiferencia que dolor en la viuda y en los hijos.
Mientras preparan el funeral y atienden las últimas voluntades del difunto, en todos ellos late un secreto sentimiento de alivio que deja al descubierto el carácter de un hombre déspota y egoísta, más temido que amado. Nadie, sin embargo, será capaz de reconocer esa sensación y, así, durante los cuatro días de preparativos y asimilación de la nueva realidad, mantendrán las formas de modo impecable y cumplirán las engorrosas formalidades sociales derivadas del deceso con disciplina exquisita, sin reproches y hasta un extremo casi obsesivo.
Los
arreglos florales, el atuendo funerario, los invitados al ágape tras la misa...
marcan en apariencia las preocupaciones de esos días, ocultando el desconcierto,
la culpa o la tristeza que en ellos subyace.
La
manera de cada personaje de afrontar la desaparición del coronel, sus
expectativas, el temor que aún sienten frente a su recuerdo, va perfilando la
historia de una familia adinerada pero infeliz, anclada a la cotidianidad y las rutinas, desapasionada
e incapaz de compartir sus emociones.
Repleta
de detalles, de reacciones sutiles y diálogos muy reveladores, Hervey alterna
la visión exterior que de cada personaje tienen los demás con una voz interior
muy potente que deja su realidad al descubierto y expone sus miedos, sombras y
flaquezas, creando con ello un mosaico de relaciones que oculta mucho más de lo
que muestra.
El
papel de los sirvientes y la humanidad con que se comportan en el entierro
sirve asimismo a la autora como contrapunto para reflejar la falta de calidez de
una gente obsesionada por el deber y el ceremonial.
Historia
ágil y engañosamente sencilla, repleta de aristas y con una crítica social
apenas encubierta hacia la hipocresía de ciertas actitudes y comportamientos de
clase.
Ciertamente los protocolos sociales deberían estar para tumbarse, sobre todo en situaciones de dolor. Tiene que ser interesante tu propuesta, dado que dices que el tono es de comedia, lo cual en medio de un entierro de estirada etiqueta ceremonial por fuerza se agradece. Ahora mismo estoy desbordada, pero yo también me apunto tu reseña.
ResponderEliminarUn abrazo Marta
Un beso, Matilde. Muchas gracias.
EliminarLa clase alta anda de capa caída desde hace ya mucho tiempo y pienso que es bueno que recordemos a Jane Hervey en su única obra. Quizás esas enemistades familiares le quitaron las ganas de seguir escribiendo. Buen descubrimiento, Marta.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Buen finde, Miguel. Muchas gracias. Sí que es una historia muy recomendable.
EliminarUna novela de lo más tentador. Esas familias que guardan secretos, esas muertes que sólo traen alivio a sus familias, aunque nadie lo reconozca. Todo ello me gusta mucho.
ResponderEliminarNo conocía de nada a la autora, pero tomo nota y se colará por encima de varias.
Un beso.
Hola, Rosa. Es una historia donde lo que no se cuenta explícitamente es muy importante, con mucho relato entre líneas. Lo que callan los personajes dice mucho sobre ellos. Ya me dirás, si te animas. A mí me ha gustado mucho leerla.
EliminarInteresante lectura, la diferencia de clases y la diferente forma de enfocar la vida y sentimientos que tiene cada una de ellas. Anotado queda. Gracias, Marta!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, Mayte. Un beso.
EliminarTodo un descubrimiento, Marta.
ResponderEliminarTanto la autora como el libro merecen una visita.
Un fuerte abrazo :-)
Muchas gracias, Miguel Ángel. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarQueda patente que el paso del tiempo no trae grandes cambios en las creencias y convencionalismos. Hay que hacer tal cosa o tal otra, no importa cómo te sientes sino cómo te muestras... Creo que este librito voy a apuntarlo con boli en la lista cosas urgentes para hacer. Gracias por contarlo tan bonito.
ResponderEliminarExacto, lo has expresado muy bien, "no importa cómo te sientes sino cómo te muestras". Muchas gracias, Francisca. Me alegra que te haya gustado la reseña. Un beso.
Eliminar¡Hola, Marta! El fin de semana pasado tuve la visita siempre inoportuna de la muerte en mi familia y tengo reciente la fuerza del rito de despedida en forma de velatorio, ceremonia y entierro. Son un convencionalismo, pero también la forma de asumir el duelo, de recibir el consuelo y de despedirte, de recalibrar recuerdos. En este caso era una buena persona, en todo el sentido de la palabra. Pero sin duda, desde el punto de vista literario de la novela que reseñas es un momento potente para descubrir secretos y sacar a luz los conflictos que en vida permanecieron bajo el velo de la discreción.
ResponderEliminarDesconocía a la autora y sin duda es una novela muy apetecible. Un abrazo!
¡Vaya! Pues ya siento lo que me cuentas, David. También yo creo que el rito y la ceremonia que acompaña todo ese proceso es un consuelo grande para tanto dolor pero lo que ocurre en esta novela es que los protagonistas sienten más alivio que tristeza y por eso todo el rito carece de sentido y aparece teñido de ironía. Un beso grande y mucho ánimo.
EliminarHola, Marta.
ResponderEliminarQue uno esté pasando un duelo con el sufrimiento que este implica, y tenga que estar pendiente de seguir unos protocolos, me parece surrealista e incomprensible.
Estupenda reseña.
Un beso.
Lo curioso de esta historia es que la familia vacía de emoción esos protocolos porque en realidad no siente ningún dolor. Los convierte en una mera hipocresía social. Un beso, Irene y muchísimas gracias.
EliminarMe gustó eso de "engañosamente sencilla". Martita, no sé cómo te las apañas para descubrir escritores que no son tan conocidos. Pero esta reseña llama mucho la atención, y por los años, me remonta a imaginar la época de mis abuelos y cómo se vivía en ese tiempo.
ResponderEliminarGracias siempre! Un fuerte abrazo.
Hola, Maty. Es una novela curiosa y sí, es cierto que me encanta rescatar escritores algo olvidados que merecen otra oportunidad. Un beso y muchas gracias.
Eliminar