Recuerdo
que te olvidé, murmura la luna culpable y hermosa
Y
hace tanto frío...
Recuerdo que te olvidé, clama en la noche el
vaivén de las olas
Y
es tan inmenso el miedo...
Recuerdo
que te olvidé, susurra en el cielo una estrella lejana y llorosa
Y
estoy yo tan sola...
Recuerdo
que te olvidé, quiebra entre las ruinas el silencio una plegaria
Un
mal día, cobarde y cruel, para siempre te olvidé
Llora
desde entonces un corazón su herida
Grita
su impotencia, su espanto, su amargura
En
nadie hallará consuelo
Fantasma
invisible de una guerra antigua y olvidada
Incómodo
testigo de la traición, de la infamia y la derrota
Imagen: Cléa Lala
Muy triste y bello...
ResponderEliminarMuchas gracias, Manoli. Un beso.
EliminarHermoso!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Un corazón destrozsado, dónde la herida sigue abierta.
ResponderEliminar¡Eres grande, Marta!
¡Ay, Lola! Muchísimas gracias ¡Cuánto me alegro de que te haya gustado!
EliminarEl olvido y el recuerdo. Temas clásicos y perennes. Precisamente ayer leí unos versos de Quevedo que hablan de lo mismo pero con ánimo jocoso tirando a sarcástico:
ResponderEliminar"Aquesto Fabio cantaba
a los balcones y rejas
de Aminta, que aun de olvidarlo,
le han dicho que no se acuerda"
(El parnaso español, Musa VI).
Magistral Quevedo. Muchas gracias, Salva.
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