Desde
una viga del techo se ve tan diferente
la vida que no sé cómo nunca hasta ahora se me ocurrió subir. Desde las alturas
y con cierta distancia por arte de magia, abracadabra, en un instante empequeñece cualquier problema.
Se está bien aquí. Magnífica perspectiva y tanta paz... No recuerdo cuándo ni
cómo subí, he perdido la noción del tiempo, me temo. Oigo a mi esposa chillar.
Llora. Parece asustada. Aquí arriba, amor, le digo, ya voy... pero ella no me
escucha. ¿Por qué? ¿qué ocurre...?. Salgo de pronto disparado desde el techo.
Asciendo suavemente entre nubes de algodón. Luz cegadora... Comprendo y sonrío.
Microrrelato para el concurso
"Relatos en Cadena" del programa la Ventana de la Cadena Ser.
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