Hasta cierto
punto respetar la opinión del mundo es prudencia; a partir de ahí es debilidad.
Muy popular en su época, de Maria Edgeworth (1768-1849) se dice que fue una de las autoras favoritas de Jane Austen y una de las mayores impulsoras de la educación infantil y femenina en un tiempo donde las cuestiones pedagógicas carecían de importancia.
Tras la publicación de varias novelas para niños, impregnadas todas por una lección moral y claramente educativa, Edgeworth comenzó a escribir para un público más adulto y el éxito fue inmediato. Así ocurrió con "Belinda", una historia muy polémica en su momento (hasta el punto de que en ediciones posteriores a la inicial de 1801 se modificaron algunos giros argumentales como el relativo al matrimonio interracial de una de las sirvientas o la enfermedad de Lady Delacour) que denunciaba, con una trama ágil e ingeniosa, arraigadas hipocresías sociales y todo un mundo de prejuicios y falsas apariencias.
Belinda
Portman, una joven al borde de la mayoría de edad, marcha de Bath a Londres a
casa de Lady Delacour, una amiga de la tía con quien hasta ahora ha vivido ─la
señora Stanhope─ obsesionada por introducirla en sociedad y conseguirle un buen
marido. La fama de casamentera de la tía y la frivolidad de Lady Delacour,
harán que rápidamente se tache a la muchacha de "cazafortunas",
motivo por el cual ella rechazará de inmediato todo tipo de atenciones y rehuirá
cualquier situación que pueda encaminarla hacia un matrimonio interesado.
Desde
ese punto de partida la autora arma un relato repleto de ironía, de equívocos y
reflexiones en torno al valor de la amistad, la lealtad, el papel social de la
mujer, el matrimonio, los celos o la responsabilidad de las clases pudientes
respecto a las menos acomodadas.
Con
una prosa elegante y sencilla, Edgeworth atrapa al lector en una historia
entretenidísima, repleta de tramas y subtramas y una galería de secundarios de
la que se sirve para reflejar el vacío de una sociedad presa siempre de las
apariencias.
Clásico recuperado por Libros de Seda que reivindica a una escritora poco conocida en España, inteligente y fundamental para la literatura inglesa del S.XIX.
Otra autora que me das a conocer en esta atractiva línea de ir rescatando autoras del S.XIX que sembraron las semillas del feminismo a través del arte de sus letras. Un placer leerte, Marta.
ResponderEliminarMil gracias, Miguel. Besos y buen finde.
EliminarSí que es casualidad que las dos publiquemos reseña de la misma novela el mismo día. La verdad es que el reto Serendipia recomienda, está muy bien. De no ser por él creo que nunca hubiera leído esta novela y me hubiera perdido una muy buena historia.
ResponderEliminarVeo que ambas coincidimos en lo de los equívocos. ¿Verdad que, salvando las distancias, es como una comedia de enredo? Me ha encantado leerte y ver una reseña sobre el mismo libro tan distinta a la mía.
Un beso.
Hola, Rosa. Pues sí, creo que puede hablarse perfectamente de comedia de enredo. A mí me ha resultado una historia muy entretenida y algunas cuestiones muy sorprendentes también para la época. Nuestras dos reseñas son diferentes, como dices, pero creo que en el fondo coincidimos bastante. Un beso.
EliminarAaaahhh! Por eso me sonaba el título. Por el reto Serendipia recomienda. No he leído nada de esta autora y tampoco gran cosa de obras de la época porque al apuntar los años de publicación de las obras he podido ver que más atrás del XIX raramente he leído algo. Yo aún no he leído ninguna de las obras que escogí para el reto pero me decanté por obras más recientes, según creo recordar, a pesar de los muchos clásicos que había en la lista. La verdad es que el tema de la guerra me trastocó todos los planes lectores y he de ponerme a ello, que después nunca me da tiempo de acabar los retos.
ResponderEliminarMe ha parecido, por tus palabras, que esta obra puede resultar entretenida y menos típica del tipo de obras a que pertenece, así que no descarto leerla próximamente.
Un beso.
Hola, MJ. A mí este tipo de historias me encanta y leo muchísima novela del XIX, bastante más que contemporánea, en realidad. Ya me dirás si te animas. Un beso y muchas gracias.
EliminarYa sabes que disfruté mucho de este título y que tuve la suerte de poder comentarlo con su traductora, Noemí Furquet. Me sorprendió la fluidez y la modernidad de Maria Edgeworth y su voluntad docente, pero, claro, no debemos olvidar que la autora fue hija de la Ilustración y se nota. Me alegra que lo hayas disfrutado. Besos.
ResponderEliminarHola, Mónica. Sí, descubrí a esta autora gracias a ti y al reto Serendipia y me ha entusiasmado. Es cierto lo que dices, hay en ella mucha modernidad y reivindicaciones muy adelantadas a su tiempo. Un beso y muchas gracias.
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