Los terrores nocturnos se habían convertido en rutina habitual. «No pasa nada cariño, son solo
pesadillas», la tranquilizaba cada mañana mamá. «Los monstruos no existen, mi
niña, no pueden colarse en tu cama», le guiñaba un ojo papá. Ella sorbía
despacito el colacao, ensayaba en su rostro una sonrisa y fingía ser valiente.
Camino del colegio, trataba de sacar al monstruo de su cabeza. Lo intentaba con
todas sus fuerzas pero era tan difícil... ¡Si al menos su cara no fuera tan
parecida a la de papá!, musitaba en silencio. Y un pinchazo de culpa anudaba al instante su garganta.
Uffff, lo que se intuye de ese relato. Me ha encantado, Marta. Pocas palabras, pero muy contundentes; poca extensión y mucho contenido. Y con una prosa tan precisa y sencilla que parece que te sale sola, sin esfuerzo, aunque ya sabemos el esfuerzo que eso cuesta. Felicidades.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias, Rosa. Sí que es un micro duro pero es muy bonito lo que dices. Un beso.
Eliminar👏👏👏
ResponderEliminarHola, Marta. Muy bueno, la capacidad de sugerir sin contar nada , dejándolo todo a la imaginación del lector con ese final tan abierto pero a la vez tan claro, me ha gustado mucho. Saludos.
ResponderEliminarMe alegra mucho, Pedro, que te haya gustado. Muchísimas gracias.
EliminarWow...¡Este micro dice tanto en tan pocas palabras! Uno empieza como a descender al abismo al pensar en los diferentes niveles del horror. Muy bueno.
ResponderEliminarMil gracias, Ana. Me alegra que te haya gustado.
EliminarLo que parecía algo cotidiano entre los peques se convierte en un infierno sugerido en ese cierre final que pone los pelos de punta.
ResponderEliminarUn relato duro y eficaz en su mensaje.
Un beso y buen fin de semana, Marta.
Buen finde, Miguel y muchas gracias.
EliminarA cuántos niños no habrán creído los adultos, cuando decían la verdad.
ResponderEliminarHay que estar alerta, sí...
Eliminar¡Hola, Marta! Tremendo micro y maravilloso ejercicio para mostrar la diferencia entre lo que se cuenta y lo que se transmite bajo estas líneas. Un abrazo!
ResponderEliminarMil gracias, David. Cuánto me alegra que te haya gustado!
EliminarUffffff... Tremendo. Todo lo que se puede decir en pocas palabras. Muy bueno, Marta. Besos
ResponderEliminarMuchas gracias, Marisa. Un beso.
EliminarMe ha dado un escalofrío. Tremendo micro. Un abrazo Marta.
ResponderEliminarUn beso, Maty. Muchas gracias. Sí que ha salido una historia dura...
EliminarHola Marta. Tremenda realidad la que muestras. Terrible y por desgracia más cotidiana de lo que se quisiera reconocer. Un abrazo 🐾
ResponderEliminarDemasiado cotidiana a veces, sí. Un beso, Rosa. Muchas gracias.
EliminarSe me había escapado este relato y lo estoy leyendo ahora. Tremendo relato por el tema que trata. Cuánto expresa en tan pocas palabras. Duro su contenido pero perfectamente expresado. Un abrazo, Marta.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Mayte. Me alegra que te haya gustado.
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