Su corazón quería oro, el mío estrellas
Segunda novela de la autora, tras "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes", con "El jardín de vidrio" (Impedimenta Editorial) Tatiana Tîbuleac obtuvo en 2019 el premio de la Unión Europea de Literatura, e igual que en aquella, con un estilo poético y muy delicado, a base de capítulos muy breves, arma un relato intenso, profundo y absolutamente cautivador.
Escrita
en primera persona, carta imaginaria de la narradora a unos padres que la
abandonaron de niña, el relato aborda la historia de Lastochka: su infancia en
Chisináu (capital de Moldavia) durante los últimos años del comunismo y la
dominación soviética, cuando ya arrancaba la "perestroika" y la URRSS
comenzaba a resquebrajare; su relación
con Tatiana Pavlovna, la anciana que la rescata del orfanato no por bondad,
como inicialmente ella quiere creer, sino como ayuda para recoger por la calle
las botellas que luego habrá de vender por toda la ciudad y aligerar así su carga
de trabajo; sus sueños de estudiar Medicina a fin de no convertirse en otra de
las mujeres del barrio (amargas, desencantadas, prematuramente envejecidas) y
el anhelo constante de conocer las razones de un abandono que no cicatriza y late
en su interior en continuo reproche hacia unos padres que nunca la quisieron (¿Por qué me visteis como una carga si habría
cabido en una de vuestras manos?).
Anécdotas, recuerdos, ilusiones, desesperanzas, pinceladas también de la vida adulta de la protagonista, salpican un relato donde, sin seguir un orden cronológico estricto, la autora narra a un tiempo la historia de una niña en apariencia insignificante y marginal y, a través de ella, de una sociedad y todo un país ─Moldavia─ dejado a su suerte, obligado por cuestiones políticas a renunciar durante años a su lengua y costumbres en favor de las rusas.
Dolor,
egoísmo, violencia, culpa, miseria, soledad, desarraigo... pero también, frente
a tanta oscuridad, una búsqueda permanente de la alegría y la belleza (Si hubiera sabido lo que pasa en la vida,
habría guardado toda esa belleza para más adelante), del amor (Qué milagro que pueda seguir amando) y
la esperanza (¿Después de cuántas
traiciones se ennegrece el corazón de un niño?), de la propia identidad y
el sentido de la vida.
Historia repleta de poesía, de dulzura y elegancia, conmovedora y envolvente pese a la tremenda crudeza del tema que aborda como fondo.
Reseña
publicada en el nº 10 (diciembre 2021) de la revista "Valencia
Escribe".
Me encantó El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. Y esta la tengo apuntada desde que salió. La vida de la protagonista y el marco de Moldavia, país del que sé muy poco, me atraen mucho. Espero que pronto pague mi deuda con este libro.
ResponderEliminarUn beso.
Esta autora ha sido todo un descubrimiento. Ya verás como también esta te gusta 😉
Eliminar¡Hola, Marta!
ResponderEliminarYa veo que sigues con una facilidad innata para encontrar las palabras exactas y describir con sutileza estas novelas tan delicadas que nos traes. Hoy destacaría esos contrastes narrativos que en definitiva son como la propia vida con independencia del marco geográfico en el que nos situemos.
Besos y feliz mes de septiembre.
¡Hola, Miguel! Qué alegría tenerte otra vez por aquí. Esta es una novela preciosa, muy delicada como dices y escrita de un modo muy especial. Me alegro muchísimo de que te haya gustado la reseña. Un beso y,sí, vamos a por septiembre 😉
EliminarHola, Me sorprende encontrar un libro de este tipo pues desde que lei "El tiempo mientras tanto" de Carmen Amoraga, no he vuelto a encontrar letras tan desgarradoras. Para mi gusto, necesario. Pues somos de esos más y menos que componen nuestra vida... y cómo dice un rapero "nunca te arrepientas de aquello que te hizo fuerte". Deliciosa reseña. 😋saludos!!
ResponderEliminarEs una historia muy emocional contada con mucha delicadeza. Una autora que a mí me encanta. Muchas gracias, Keren.
EliminarCómo es verdad "...todas las historias pueden soportarse..." Es una narración exquisita.
ResponderEliminarTodas al final pueden soportarse, sí... Un beso, Maty. Muchas gracias.
EliminarHola Marta definitivamente, invitas a leer. Me encantó solo de leer la reseña, de hecho voy a sugerir a una de mis estudiantes para su trabajo de maestría sobre la Deprivación sociocultural allì creo se encontrará rico recursos literarios.
ResponderEliminarCuánto me alegra lo que dices, Raquel. Mil gracias. Las dos novelas que ha publicado hasta el momento esta autora son muy recomendables. Duras pero muy especiales.
EliminarLo apuntaré en mi lista. Es que tengo muchas. De libros por leer también. A este paso me harán falta, por lo menos, dos vidas más además de la actual.
ResponderEliminarLa lista de libros pendientes va engordando y es imposible llegar a todo, es cierto.
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