Todo ha salido mal. Estrepitosamente mal. Un fracaso total, vaya. Eso es lo que ha sido. Y no entiendo qué ha fallado porque en teoría mi plan era perfecto. En teoría, claro, solo en teoría. En la práctica a la vista está que no lo ha sido. En fin, que lo había preparado todo con mimo y repasado cientos de veces. Meses y meses de trabajo sin dejar un solo detalle al azar, cabina incluida. Que esa es otra: medio mundo he tenido que recorrer para encontrar al fin la dichosa cabina de teléfonos. El traje, el peinado ─litros de gomina, caracolillo en la frente─ la coreografía... Todo perfectamente ensayado, ya digo. Tres vueltas a la izquierda, tres a la derecha, espiral, torbellino, puño en alto y... ¡voilà!. Tejado por los aires y a volar. ¡Parecía tan fácil! Y, sin embargo, lo único que he conseguido ha sido darme de morros contra el suelo y una brecha en la ceja digna del mejor combate de boxeo. Suerte que nadie ha presenciado semejante ridículo. Eso creo, al menos y es lo único que ahora me consuela. Aunque cuando se me pase el susto y el mareo quizá lo vuelva a intentar. Tampoco Clark Kent acertaría a la primera. Vamos, digo yo...
Relato publicado en el nº 2 de la revista de El
Tintero de Oro "El club de la microficción" (abril 2022)
¡Hola, Marta! Ja, ja, ja... ¡Qué bueno! ¿Quién no soñó con entrar en una cabina, abrirse la camisa, y ver esa gloriosa S en el pecho. Sin duda, seguir los pasos exactos no es garantía de éxito. Un micro redondo y un reto más que superado. Lo único es que el título debería ser el de la película, en este caso Superman. No creo que trastoque el efecto ni "spoilee" el final. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarPD. De niño hice lo de saltar con el puño, también una vez puse las manos en la pared para trepar como Spiderman. No funcionó ni lo uno ni lo otro.
¡Ay, David! Es cierto, no me he dado cuenta de lo del título. Ya lo he cambiado, aunque en el enlace se queda el anterior.
EliminarLo del puño es un clásico, jeje. Me alegro mucho de que te haya gustado el micro.
Muy bueno. De lo que se ve en el cine a lo que se consigue en la realidad hay un gran trecho y Clark Kent sólo hubo uno, aunque me temo que él sí lo consiguió a la primera. Por eso era Súper.
ResponderEliminarUn beso.
Un beso, Rosa. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarBuenísimo! Me encantó lo de andar buscando la cabina. Quién no ha tenido esa fantasía😁? Divertido y agradable. Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana 🙂
EliminarMuy divertido tu microrrelato.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias, Cynthia.
EliminarInteresante relato, y divertido. Bueno estar por aquí de vuelta y a volar, pero nuestra imaginación con David. Saludos
ResponderEliminarHola, Raquel. Muchas gracias. Sí que se echaba ya de menos El Tintero, ¿verdad?
EliminarMarta, qué gozada con este aspirante a Superman, ja, ja.
ResponderEliminarUn micro inocente y divertido.
Feliz fin de semana.
Hola, Harolina. Buen finde para ti también y muchísimas gracias. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarHola, Marta. Qué buen rato acabo de pasar leyendo tu relato. Lo cuentas tan visual que nos metes en escena sin esfuerzo alguno. Y el mensaje final me encanta: con constancia se consigue el objetivo.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Pues cuánto me alegra lo que dices, Carmen. Mil gracias. Un beso.
EliminarGenial, Marta.
ResponderEliminarYo recuerdo que cuando era niño yo y mis amigos soñabamos com volar como Superman. De hecho, íbamos con capas con la S y haciendo bastante el mendrugo por la calle. Lo trágico es que hubo niños que saltaron de determinadas alturas y acabaron en cuidados intensivos. Las capas no funcionaban jeje. Muy buenos los tiros que le has dado a tu microrrelato y que felicito por la participación en el concurso.
Besos.
Lo de jugar a Superman era todo un clásico, ¿verdad? Me alegro mucho de que te haya gustado el micro, Miguel. Muchísimas gracias.
Eliminar*giros
ResponderEliminarHola Marta! Estupendo microrrelato inspirado en el fabuloso cómic y película. ¿Quién no ha querido sentirse alguna vez un Superman o Superwoman y ha intentado volar? Creo que todos y ojalá sigamos intentándolo. Felicidades, me ha gustado mucho. Ah, y maravilloso el guiño a las maravillosas y ya extintas cabinas teléfonicas. Saludos.
ResponderEliminarMayte López
Las cabinas son ya una reliquia. Supermán tendría hoy algún que otro problemilla... Muchísimas gracias, Mayte. Me alegro un montón de que te haya gustado.
EliminarCreo la cabina del telofono daba privacidad, ahora todos tenemos celular, tendria pues una que buscar otros sitios escondidos en la calle, o hacer como Wonder Woman, que simplemente da tres vueltas y ya
ResponderEliminarSí, hoy tendría que buscar otra fórmula, jeje. Muchas gracias, Jose.
EliminarBrillante relato!! Vaya que le has imprimido detalles de la propia ficción del superhombre...pero no debes apenarte; piensa que has estado muy cerca del piso. Un cálido saludo.
ResponderEliminarHola, Daniel. Muchísimas gracias. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarHola, Marta. Divertidísimo, pobrecito tanto preparativo para darse un porrazo! Si hasta da ternura.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobrecillo, ¿verdad? A ver si al final lo logra... Muchísimas gracias, Mirna. Me alegro un montón de que te haya gustado. Un beso.
EliminarJajajajaja la ilusión compensará tremendos golpes. Muy bueno, me ha encantado. Ahora voy entendiendo lo que es el TINTERO DE ORO.
ResponderEliminarUn abrazo y un beso.
Un beso, Maty, muchas gracias. Date también si puedes una vueltecilla por El Tintero porque es un blog estupendo.
Eliminar¡Pero bueno! Es una maravilla de humorada, con naturalidad, visual a más no poder, y además, enseguida nos haces ponernos de parte del pobre minisuperhombre y su incapacidad para volar. Lo de encontrar una cabina hoy en día, eso sí que es un súper poder.
ResponderEliminarUna delicia de micro, Marta. Me ha encantado.
Un beso, señorita escritora de todos los géneros y más allá.
¡Ay! ¡Qué alegría tenerte otra vez por aquí, Isabel! Un beso grande para ti también y muchísimas gracias. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarVaya, Marta, qué gili... podemos llegar a ser los humanos. Me ha encantado tu relato, fresco y divertido, pero no soy tan optimista como el protagonista, seguro que más de uno ha grabado su intento de vuelo y ya corre por las redes. Je, je, je.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, maestra.
¡Vaya! No se me había ocurrido lo de las redes. Segurísimo que lo han pillado, jeje. Mil gracias, Bruno. Me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarSi logró encontrar una cabina, que era lo más difícil, lo conseguirá.
ResponderEliminarA ver si el pobre lo consigue...
EliminarEncantador micro-relato. Quién no tuvo aspiraciones de volar a lo superman? Y casi lo has logrado, por poco...je.
ResponderEliminarCasi,casi, jeje. Mil gracias, Eduardo. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarHola, Marta. Vaya puesta en escena tan sugerente y misteriosa para descubrir al final que es un imitador de Superman. Menos mal que este usa la cabina de teléfonos como punto de partida, ha habido otros que se pensaban que era la capa la que les hacía volar y desde la ventana han acabado en el jardín estrellados.
ResponderEliminarHa sido para mí un micro de lo más divertido y me imagino al personaje repitiendo batacazos a cada nuevo intento 😂🤣
Saludos 🖐🏼
Pobre hombre,¿verdad? 😉 Muchísimas gracias, JM. Me alegro un montón de que te haya gustado.
EliminarLos sueños hay que perseguirlos, aunque sean tan inalcanzables como ser Superman, jajaj. Muy buen relato, Marta, hilvanado como una especie de monólogo interno, con autorreproches, golpecitos en la espalda y ese tono de humos incluido. Muy bueno! Un placer volver a leer tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo!
Mil gracias, Pepe. Encantada de volver a tenerte por aquí.
EliminarHola, Marta. Siempre es un placer leerte, la verdad. Reflejas muy bien el chasco del personaje cuando los planes no le salen como él quiere. También destaco el humor del relato. Un saludo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Pedro. Muy contenta porque te haya gustado.
Eliminar¡Ja, ja! Qué bueno, Marta. No he podido menos que sonreír leyéndote. Sí, sonreír, a pesar de que es un fracaso, una tragedia, pero contada con tanta chispa, sensibilidad y humor que no puedo menos que felicitarte.
ResponderEliminarPobre hombre, ¿verdad?. Muchas gracias, Mª Pilar. Me alegro un montón de que te haya gustado.
EliminarLa realidad siempre llega a sorprender. Buen texto. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria.
EliminarHola Marta, la cabina de la foto que has elegido es muy sugerente. No me extraña que no le saliera el baile acrobático en esa terraza y el salto fuera fallido jaja. No puedo dejar de imaginar la escena de una escuela de supermanes jaja. Un besote grande.
ResponderEliminarJeje, menudo superhéroe esta hecho el hombre. Un beso, Emerencia, me alegro muchísimo de que te haya gustado.
EliminarMe ha encantado, Marta. Muy ingenioso y lleno de tu sentido del humor.
ResponderEliminarMil gracias, Chema. Me alegro mucho.
EliminarUn muy buen relato, Marta, que hace brotar las sonrisas y nos retrotrae a nuestra infancia. Esto de lograr ser superhéroe tiene toda una fase de aprendizaje que parece que el espontáneo ha pasado por alto. Eso sí, parece que a pertinaz no le supera nadie. Y eso, a veces, en la vida es la clave para alcanzar tus sueños.
ResponderEliminarMe ha gustado, un abrazo
Mil gracias, Carles. Es muy bonito lo que dices.
EliminarSiempre nos imaginamos a los superhéroes perfectos, pero se ve que algunos tienen que ensayar algo más para perfeccionar la técnica, ja, ja, ja.
ResponderEliminarGenial visión de Superman con este personaje que nos muestras.
Un abrazo.
Todo lleva su aprendizaje, jeje. Muchas gracias, Paloma.
EliminarQue gracia Marta te felicito por tu sentido del humor.
ResponderEliminarContaste la historia con todo detalle
Lo de buscar la cabina está genial.
Un abrazo
Puri
Hola, Puri. Muchísimas gracias. Me alegra que te haya resultado divertida.
EliminarHe disfrutado mucho con tu micro de un humor tan fino como tierno. Creo que todos hemos tenido de niños algún super-héroe o heroína a quien querer imitar. Por supuesto hemos fracasado, pero como te dijo otro compañero, si encontró la cabina en estos tiempo, casi seguro que lo logra.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro, Juana. Muchísimas gracias.
EliminarJa, ja, ja, con capa y a lo loco. Es lo que tienen los imitadores de pacotilla, que se creen igual o mejores que el personaje original y subestiman sus habilidades naturales.
ResponderEliminarMe has hecho reír, lo cual es muy de agradecer, sobre todo en los tiempos que corren.
Un abrazo.
Pues me alegro mucho, Josep. Mil gracias 😉
EliminarMe gusta mucho, Marta. Una voz narrativa perfecta para un micro redondo. Todo en su sitio y con un ritmo que se integra con la acción descrita. Me gusta como está resuelto. Humor de lógica aplastante que encuentra la complicidad del lector ¡Que más se puede pedir!. Gracias por este aporte
ResponderEliminarMil gracias a ti, Javier. Cuánto me alegra lo que dices!
EliminarCuando a este personaje le dijeron que todos podíamos ser super héroes creo que lo mal interpretó, sin entender la esencia de la sentencia.
ResponderEliminarDivertido y fresco relato.
Un abrazo, compañera.
Demasiado literal, lo tomó, jeje. Muchísimas gracias, Francisco. Me alegra un montón que te haya gustado.
EliminarHola Marta, jocoso tu relato. Ese quería ser Superman pero lo más difícil no lo analizó ni preparó, en vez de buscar cabina telefónica debió buscar una capa voladora :). ¡Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias, Mery. Me alegra que te haya gustado.
EliminarHola, Marta. Un relato divertido y un final que, paradójicamente, podía no ser el esperado por el lector pero sí por el protagonista. Cuentos de esos hay por ahí, no hace falta mas que ver los que se disfrazan de Superman, seguro que en el fondo están intentando emularle. Un saludo.
ResponderEliminarUn superhéroe de pacotilla, jeje. Muchísimas gracias, Isan. Me alegra que te haya gustado.
EliminarHola Marta, un relato lleno de buen humor, hubo un tiempo en que cualquiera habría querido realizar esos prodigios al entrar en una cabina, me encanta como siempre tu forma de narrarlo, un gran reto. Saludos, un abrazo.
ResponderEliminarMil gracias, Mik. Contentísima porque te haya gustado.
Eliminar¡Hola, Marta! Me ha encantado tu propuesta, ja, ja! Sin duda, a este Clark Kent le sobra moral y le faltan ensayos. Es digna de mención tu narrativa fresca y directa, ¡felicidades! Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Javier. Muchísimas gracias! Cuánto me alegra lo que dices!
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