Una
niña sonríe de frente al objetivo. Una niña de pelo oscuro y ondulado echado
hacia un lado, guiño pícaro en la mirada
y gesto divertido. Dulce imagen de otro tiempo que acuna entre sus pliegues
un latido de felicidad.
Es una foto pequeña, en blanco y negro. Una vieja instantánea cosida ahora al envés de su chaqueta. Lo único que tiene. Lo único que importa. Un tesoro que, en las noches frías, le calienta el corazón.