Antes
de abrir la puerta ni siquiera me miró. Aquella fue su última cobardía. Una
mañana ardiente de verano, sin gestos ni palabras de consuelo, con un portazo que sobre mi cuerpo impactó como un disparo, me sacó de sus planes y su vida. Huyó de
mi lado por sorpresa, a la carrera, cual alma llevada por el diablo. No pude
detenerlo, perdí su rastro en un instante y todo en torno a mí fue de pronto silencio
y soledad.
Duele
el desamparo.
Duele
la ausencia.
Duele
el rechazo.
Duele
la mentira y duele la derrota.
Han
pasado los días y las marcas de su coche en el asfalto se han borrado. Tengo
hambre y mucha sed. Y miedo. Las noches aquí son largas y oscuras. El más leve
ruido me espanta. No sé cuánto más resistiré. Acurrucado entre las zarzas que bordean la cuneta, atento al latido
sordo de la carretera, apoyo la cabeza entre las patas, cierro los ojos y aguardo
con paciencia su regreso. No desfallezco. Sigo esperando. En algún momento −a
esa ilusión mi lealtad traicionada se aferra− culpable y arrepentido, regresará,
quizá, él a buscarme.
Relato publicado en el nº 1 (Septiembre 2019) de la revista "El Tintero de Oro Magazine".
Jo, ese ocultamiento de la identidad del narrador es todo un acierto. Consigue mostrar que no existe diferencia entre quien abandona a un humano o quien lo hace con un perro. En ambos casos es sacar de tu vida con una patada a alguien que te quiere. Un amor por supuesto que quien así actúa ni merece ni es capaz de valorar.
ResponderEliminarEstupendo micro, Marta. Y muy oportuno en estas fechas. Un fuerte abrazo!!
Comportamientos que no se acaban de erradicar y resurgen cada verano... Mil gracias, David. Me alegro muchísimo de que te haya gustado.
Eliminar¡Cuánto sentimiento! La pena te encoge. Cómo sabes llevar al lector por ese hilo emocional del abandono y cuando descubre el personaje se pregunta: ¿quién es el animal?
ResponderEliminarFeliz verano Marta.
Feliz verano M.Pilar. Me alegro mucho de que te haya gustado el "micro ". Muchas gracias.
EliminarHasta el último párrafo no he descubierto lo que había y quién había detrás de esa puerta, jeje.
ResponderEliminarNo solo es un buen relato sino que es muy apropiado (eso dicen) para la estación en la que estamos, cuando los abandonos de animales, esos a los que llamamos de compañía, aumenta considerablemente. Nadie debería abandonar a nadie, y mucho menos a quienes quedan a merced del peor de los desamparos.
Un abrazo.
Hola, Josep. Pues me alegro de haber conseguido despistarte (jeje). Contenta porque te haya gustado.
EliminarBello, muy bello micro sobre el abandono perpetrado a un amigo incondicional, porque en su caso sí lo son; ¡cuánto deberíamos aprender de ellos! Y lo has hecho con pocas palabras, las justas, no has necesitado más, ¡enhorabuena!
ResponderEliminarTe envío un fuerte abrazo.
Hola, Patxi. Cuánto me alegra que te haya gustado! Muchísimas gracias.
EliminarGenial Marta una vez más. Esa puerta vale para un relato que considero dual. El abandono, la mentira o el rechazo duele. En la primera parte se pueden encontrar paralelismos con una relación de pareja fallida, y en la segunda parte vemos la inhumanidad del humano y la lealtad del animal. Un abrazo.
ResponderEliminarMil gracias, Miguel. Es exactamente eso lo que pretendía contar. Me alegro muchísimo de que lo hayas visto. Un beso grande.
EliminarLa sorpresa del final está muy bien lograda, no está metida a presión, sino que fluye naturalmente porque, si bien no diste ninguna pista, el lector imagina que se trata de un ser humano.
ResponderEliminar¡Muy bueno, Marta!
Besos.
Hola, Mirella. Pretendía jugar un poco con esa sorpresa pero tampoco quería forzarla así que me alegra mucho lo que dices. Muchas gracias.
EliminarTriste relato pero tan cierto como que en verano es cuando más abandono de animales hay.
ResponderEliminarA los dueños habría que juzgarles por un delito por lo penal con estancia en cárcel y multa millonaria para que aprendiesen de una vez que los animales sienten y padecen como nosotros.No son juguetes en manos caprichosas.
Un abrazo.
Así es, Francisco. Se les trata como juguetes demasiadas veces. Muchas gracias por pasar.
EliminarMuy bueno, Marta. Excelente manejo de la tensión narrativa. Y un oportuno mensaje a la dignidad humana, desde el sentir de un pobre perro.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Beba. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarHola, Marta. Todos coinciden en que hablas de un perro. Pero tranquilamente podría aplicarse a una persona. Tu relato me ha conmovido.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta que te haya conmovido. Mil gracias, Mirna.
EliminarHola Marta, uf consigues minar el alma con ese abandono. Las imágenes y los sentimientos hacen que aborrezcas el capricho humano.Ahora te quiero y ahora te abandono, sin compasión. Gruñidos y mordeduras para ese dueño, que amanezca cosido de pulgas, ¡miles de ellas! en sus sueños, desintegrándolo. No sigo. Un abrazo compañera.
ResponderEliminarJeje, me ha encantado lo de cosido a pulgas, desde luego lo merece... Muchas gracias, Emerencia. Un beso grande.
EliminarMe parece muy buena elección para imprimir más fuerza a la historia, que te hayas decidido por un narrador en primera persona, ya que ese abandono y sufrimiento le llega más a fondo al lector y hace que el final resulte tan conmovedor.
ResponderEliminarUn abrazo, Marta.
Hola, Estrella. Pues me alegra muchísimo que te haya gustado. Muchas gracias.
Eliminar¡Vaya panda de cabrones estamos hecho los humanos! Me ha gustado mucho la forma en que has abordado el tema, Marta, pero me ha puesto muy cabreado.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Bruno. Pues sí, es un tema que a mí también me enfada mucho y con el que no parece haber forma de acabar: se repite inevitablemente verano tras verano...
Eliminar¡Bravo Marta! Si los perros pudieran poner palabras a sus pensamientos y sentimientos de dolor , serían justo las que has enumerado, a la que sumaría el desconcierto que sienten por el abandono.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Marta.
Ay,Isabel! Me alegro mucho. Muchas gracias!
EliminarUn micro narrado de forma hermosa y sensible que describe una realidad "fea" y cruel, querida Marta. Me has conmovido con tus letras y ojalá que todos los cobardes que llevan a cabo acciones semejantes, se conmovieran también hasta lo más hondo.
ResponderEliminarMe ha encantado :))
¡Un beso!
No tienen perdón pero sigue sucediendo... Muchísimas gracias, Julia. Me alegro de que te haya gustado. Un beso grande.
EliminarMuy bueno el micro relato Marta, muy bueno. Mantienes al intriga hasta casi el final. Ese abandono por desgracia se da más de lo que imaginamos, en estos días de verano los perros estorban y los abandonan y cierran las puerta sin mirar las consecuencias de ese abandono.
ResponderEliminarTe felicito, repito muy bueno.
Un abrazo
Puri
Mil gracias, Puri. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Un beso grande.
EliminarBuen giro final donde cambia la perspectiva del narrador. Un tema muy de actualidad con la llegada de estas fechas veraniegas. Un abrazo, Marta.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarImpresionante micro, Marta. La verdad, la forma del narrador imprime misterio hasta el final. Un abrazo literario.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lola. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarHola, Marta.
ResponderEliminarNo puedo imaginar que haya algún corazón que no se conmueva con tu relato. Yo me he quedado tocadita...
Felicidades.
Deseo que estés pasando un buen verano.
Un abrazote.
Hola, Ana. Sé que a ti este tema te remueve. Me alegro mucho de que te haya gustado. Un beso grande.
EliminarBuenísima idea la de dar a conocer, en especial por estas fechas, una crueldad incalificable. Un micro muy bien narrado en el cual aprecio claramente quién puede ser el protagonista, si bien, logras también despistar, mantener el interés en la lectura hasta el final.
ResponderEliminarFelicidades, Marta.
Incalificable, así es. Muchas gracias, Mila. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarHola Marta
ResponderEliminarGracias por escribir este bello micro con un contenido emocional muy impresionante., llegaste a mi debilidad no hay mayor crueldad que abandonar un animal. Es una actitud despiadada que tienen algunas personas en contra de los animales.
Un saludo
Muchas gracias a ti, Yessy. Me alegro muchísimo de que te haya gustado. Un beso.
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