lunes, 18 de diciembre de 2017

Wendy


Su tiempo se agotó, la magia se desvanece en el aire con dulzura y ya muy próximo se advierte el momento de marchar. Aunque... tal vez... ¿Y si al fin no resultara ello preciso? ¿Y si hallara el modo de esquivar esa partida?

Entre el deber y la esperanza, la fantasía y la razón, la niña se debate indecisa mientras, a lo lejos, la luz de una ventana para ella siempre abierta aguarda con paciencia su regreso. Al oído un rumor de campanillas, un susurro muy dulce y muy bajito que dolorido le murmura: «Nunca jamás olvides». Un dedal sobre su pecho, cerca, muy cerca, del corazón. Para siempre en su recuerdo, quizá pronto diluido entre sus sueños, un muchacho de sonrisa pícara y valiente que a duras penas oculta el dolor que sus ojos gritan. Y una despedida: «Segunda estrella a la derecha, ya sabes, todo recto hacia la mañana. Siempre allí te esperaré».

       




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9 comentarios:

  1. Ohhh, por favor, qué bonito...Segunda estrella a la derecha.
    Qué imaginación, Marta.
    Un besazo

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    1. Ay, Chelo. Muchas gracias! Me alegro mucho de que te haya gustado. Besosss.

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  2. Qué bonito relato Marta!,... me encanta esa prosa cuasi poética...

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  3. Muchísimas gracias, Julio. Me alegro de que te haya gustado.

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  4. Bellísimo texto poético inspirado en el cuento de Peter Pan.
    A mi también Marta, me fascinó siempre ese maravilloso personaje de Wendy y todos sus amigos del país de "Nunca Jamás".
    Mucha suerte en el concurso y ¡Felices Fiestas!

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    1. Muchas gracias Estrella. La magia de Peter Pan es inagotable... Me alegro mucho de que te haya gustado. Besos y Feliz Navidad.

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