jueves, 4 de abril de 2019

Habitación 307

     


        Se llamaba Teddy y tenía poderes mágicos. Sólo Víctor lo sabía. Era un secreto y él era realmente bueno guardando secretos, así decía siempre mamá. Por eso no podía contárselo a nadie. Ni siquiera a Celia. Aunque, a veces, cuando ya muy tarde la oía llorar bajito, casi sin ruido, tuviera tantas tantas ganas de hacerlo... Esas noches Víctor se levantaba despacio, arrastraba con cuidado su gotero y sobre el corazón enfermo de la niña dejaba su pequeño osito de peluche. Mágico y poderoso tesoro que, a fuerza de inocencia, burlaba cada día al miedo y al dolor.

  

Este relato resultó seleccionado entre los finalistas del Concurso de microrrelatos "Cien palabras para mamá" convocado por la Editorial Libro Feroz y aparece publicado en la Antología del concurso. Marzo 2019.



4 comentarios:

  1. Pues bien merecida de hallarse entre los finalistas. Me ha encantado.
    Un abrazo.

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  2. Es precioso, Marta. No me extraña que resultara seleccionado. Encoge el corazón y lo hace un gurruñito, pero a la vez, lo llena de esperanza.
    Un beso.

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    1. Un beso, Rosa. Muchísimas gracias! Cuánto me alegro de que te haya gustado!

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