viernes, 8 de noviembre de 2024

La voz de la conciencia

 


Trazó la señal de la cruz sobre su frente y una oración sacudió sus labios. Las  manos le temblaban, el corazón le latía enloquecido y el miedo se anudaba a su garganta. Fuera de la cabaña rugía la galerna. El cielo relampagueaba con violencia, el viento aullaba entre los árboles y el mundo parecía quebrarse envuelto en la tiniebla. La tempestad no daba tregua, pero... No eran truenos lo que retumbaba tras la puerta. Dos golpes sordos, un aroma a incienso y flores secas... Puntuales a la cita, regresaban sus fantasmas. La oscuridad lo cercaba, la notaba sobre él y esa cercanía arrugaba el alma del anciano. El fuego de la chimenea se apagó de golpe y un escalofrío helado recorrió su espalda. Retrocedió dos pasos. El suelo crujió bajo sus pies y una voz pronunció su nombre... «Afronta tus pecados ─murmuró inflexible─, hora es de saldar cuentas». «¡Piedad!», pudo apenas suplicar el hombre enfrentado a su conciencia.


2 comentarios:

  1. Hola, Marta.
    La muerte no perdona, tarde o temprano viene a reclamarnos y con ello todo lo que hicimos.
    Estupenda ambientación.
    Un beso, y feliz fin de semana.

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