miércoles, 25 de septiembre de 2024

Los vecinos. Fedrika Bremer ─ Reseña

 


¿No habría yo de estarle agradecida, no habría de quererlo, no habría de aspirar a hacerlo feliz con todas mis fuerzas y mi inteligencia?


Comparada con Jane Austen o Charlotte Brontë, Fedrika Bremer (1801-1865) fue una destacada novelista y reformadora social sueca que ejerció gran influencia en el despertar feminista del S.XIX. Desde muy joven se interesó por la literatura y los conflictos sociales, en especial por las limitaciones que afectaban siempre a las mujeres, consciente del privilegio de haber nacido en una familia acomodada capaz de incentivar su educación. 

Publicada en 1837, Los vecinos, su obra más conocida (fue muy pronto traducida al inglés y la leen, por ejemplo, las protagonistas de Mujercitas en la novela de Louisa May Alcott), muestra con absoluta claridad, pese a la amabilidad de la historia que plantea, el papel tan secundario a que la época relegaba a las mujeres: amas de casa sin independencia económica ni autonomía personal, el matrimonio su único horizonte y como destino el cuidado del hogar.

Con estructura de novela epistolar, a través de las cartas que Fanny envía a su mejor amiga tras contraer matrimonio con un médico veinte años mayor que ella, contándole anécdotas de su vida conyugal, el avance de las relaciones con su familia política o curiosidades acerca de sus nuevos vecinos, la autora pinta el retrato de una pequeña comunidad donde todo es paz y armonía y la sacudida que en ella provoca la llegada de un misterioso forastero, objeto muy pronto de todo tipo de rumores y eje narrativo del drama que a partir de ese momento se desencadena. Un personaje atormentado y lleno de secretos muy en la línea de los de las hermanas Brontë, si bien esta novela es anterior a las de aquellas.

Bajo esa apariencia de drama romántico, sin explicitar en ningún momento la crítica que pretende, Bremer cuestiona claramente en su relato el papel social de la mujer, el de las clases acomodadas, condena el comercio de esclavos, la hipocresía de las falsas apariencias, la explotación animal por parte del ser humano..., da cuenta de amplios conocimientos musicales y literarios, muestra el valor de la amistad como fuente de consuelo y salpica su historia de humanismo a través de la ética que tiñe ciertas reflexiones.

Los personajes femeninos marcados por una abnegación extrema y una renuncia absoluta a sus aspiraciones y anhelos más profundos en favor del bien ajeno, el cuestionamiento que en algún momento de ello se hace, son espejo del nulo papel que las mujeres tenían fuera del ámbito familiar y de las expectativas de cuidado que sobre ellas recaían.  

 Con todo ello, la autora arma un retrato de la vida cotidiana y los desafíos de su tiempo que envuelve en una trama de tono quizá excesivamente bondadoso y cargado de buenos sentimientos (algunas escenas resultan demasiado edulcoradas leídas en la actualidad), tras la que subyace una aguda observación social y un análisis crítico de un mundo ya en ese momento cambiante y en evolución.

El poder del amor y la necesidad de reconciliación son, pese a todo, los temas centrales de esta novela. Una historia ágil, amable y fácil de leer.

6 comentarios:

  1. No recuerdo que apareciera esta novela como lectura en Mujercitas, pero no es extraño porque la leí (la última vez) hace ya tres años y mi memoria no suele llegar tan lejos en detalles como este.
    Creo que el género epistolar es ideal para hacer crítica social de una forma sencilla. La comparación con Jane Austen y Charlotte Brontë termina de convencerme.
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa. Sí, es un género muy adecuado para ese tipo de crítica porque permite mucha subjetividad respecto a los sentimientos y percepciones de los personajes. Esta novela lo logra de una forma muy sutil pero muy evidente. Un beso y muchas gracias.

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  2. Una reseña marca de la casa con esas autoras que intentaban lo casi imposible en un mundo que aún por entonces estaba marcado por una desigualdad asfixiante. Lo increíble es que leyéndote sobre la abnegación simplemente habría que trasladarse a la España de los 60 y 70 para ver casos con semejanzas. No conocía la obra así que gracias por darla a conocer.
    Besos, Marta.

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    1. Hola, Miguel. Pues sí, esa abnegación tan extrema no nos queda tan lejana en el tiempo, en realidad, y en otras partes del mundo ya ves como siguen las cosas... Me alegra que te haya gustado la reseña. Es una autora ya muy desconocida que valía la pena rescatar. Un beso y muchas gracias.

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  3. Esta sí
    Esta sí
    Esta sí que la quiero leer. Tu narración me hace ver que es todo lo que me fascina, aún con lo "edulcorado". Si bien ahora no concibo así a las mujeres, me recuerda a ancianas muy generosas que ya no están. Preciosa tu reseña Marta. Un abrazo grandote 😘

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    1. Hola, Maty. Sí, es un modelo de comportamiento que ha estado vigente durante muchísimo tiempo. La generosidad y la entrega, por supuesto, son valores fantásticos que no hay que perder (ni en hombres ni en mujeres). Lo perverso está en la anulación que se hacía de la mujer como ser humano, de sus aspiraciones e intereses, la forma de infantilizarla... Todo eso está muy presente de un modo muy sutil en esta historia. Me alegra mucho que te haya gustado la reseña y ojalá te guste también la novela. Un beso y muchas gracias.

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