La música abrasaba su cabeza. Corcheas, fusas, semifusas danzaban en su mente de forma continua y obsesiva. A sus pies, las trizas de un montón de partituras daban cuenta de sus dudas. Manuscritos tachados, borrados, desgarrados... Pasajes escritos y reescritos mil y una veces en busca de la nota justa, de la secuencia exacta que acallara los rumores que ya corrían por Viena. ¡Qué vergüenza! Lo desesperaba andar de boca en boca, la compasión que adivinaba en los gestos de quienes antes lo admiraban, la curiosidad impresa en la discreción de sus amigos, las sonrisas condescendientes de algunos conocidos... El destino lo había golpeado con dureza pero aún no estaba derrotado. No, no lo estaba e iba a demostrarlo. Se sentó a la banqueta del piano, abrió la tapa, colocó en el atril la composición en la que hacía días trabajaba y sus dedos viajaron de un lado a otro de las teclas. Las golpeó con furia, con los ojos cerrados y la rabia ahogada en la garganta. Impredecible y poderosa, la nueva sinfonía flotó un instante en el aire para agitarlo luego con la violencia de una tempestad. TA-TA-TA-TAAAN.... Sintió latir las notas en el fondo del alma. TA-TA-TA-TAAAN.... Jamás podría escucharlas pero eran suyas. TA-TA-TA-TAAAN, TA-TA-TA-TAAAN, TA-TA-TA-TAAAN.... Graves, exaltadas y perfectas. La angustia cedió, dejó paso a la esperanza y un presagio de futuro iluminó su rostro. Fugaz como una estrella. Enigmático como una intuición de eternidad.
Hola Marta, sonoro microrrelato, prosa poética, bien ejecutado y con la entonación y la intensidad in crescendo. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Un beso, Merche. Muchas gracias.
EliminarTa ta ta taaaaaan bueno 😂
ResponderEliminarSin necesidad de letra, sabemos la obra a la que haces referencia y que hablas de Beethoven, ¿no?
Hola, Noelia. Sí, es Beethoven. Menos mal que lo has visto, jeje. Me daba miedo que no se entendiera pero tampoco quería ser muy explícita. Un beso y muchísimas gracias.
EliminarHola, Marta. Preciosa sinfonía la que usas de base para este micro. Se siente la angustia del maestro y su posterior alivio cuando le arranca al piano las primeras notas del que posiblemente sea su obra maestra.
ResponderEliminarGracias por participar. Un abrazo grande.
Muchas gracias a ti, Bruno. Un reto muy chulo.
EliminarTexto vibrante, apasoniado y vivace. Muy bien transmitida la presión por crear algo original, de alcanzar la fama conqueteando con lo sublime. Transcendencia romántica, aunque cueste el alma y te seque los sesos. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarMil gracias, Fernando. Contentísima porque te haya gustado.
Eliminarjajaja ¡¡ Era Beethoven peleándose con la quinta sinfonía!! ¡¡ Muy bueno este micro!! enhorabuena .. a demás has clavado la melodía con tus tatata chan! Un placer leerte .. MARTA!!
ResponderEliminarEso es. La quinta sinfonía que también se conoce como la del destino. Me alegra mucho que te haya gustado, María. Muchísimas gracias.
EliminarPrecioso relato y, sobre todo, qué bien escrito. Siempre me he preguntado cómo se puede ser músico y sordo, pero está claro que se puede y si no, ahí está el ta, ta, ta, taaaaan.
ResponderEliminarUn beso y felicidades.
Un beso, Rosa. Muchas gracias. Esta quinta sinfonía ya la compuso estando sordo. Parece algo increíble, ¿verdad?
EliminarMe ha encantado tu relato. Me ha parecido una manera muy visual de describir ese baile de corchetes y fusas. Y, aún mejor, ese "ta- ta- ta- taaan". Me parece genial que con cuatro sílabas iguales puedas hacer que el lector escuche esa canción en su cabeza, que la identifique, e incluso (como en mi caso) que se le pegue la melodía de la canción la tarde entera y no pueda parar de tararearla jajajaja.
ResponderEliminarDe veras, ha sido genial leerte.
Un fuerte abrazo!
¡Ay! Cuánto me alegra lo que dices. Me daba miedo que no fuera reconocible el ta-ta-ta-tannn pero parece que sí, ¿verdad? Muchísimas gracias. Contentísima porque te haya gustado.
EliminarHola Marta que bien escrito en palabras y en sonidos y melodías. Leyéndote he sido Bethoven entre su proceso creativo. Gracias un abrazo grande.
ResponderEliminarUn beso, Ainhoa. Muchísimas gracias.
EliminarHas descrito de maravilla esa obsesión y pasión que un maestro puede tener con su música. Y también sus miedos que ne definitiva hacen al artista más humano y mejor autor en cualquiera de las artes.
ResponderEliminarUn beso, Marta.
Hola, Miguel. Sí, sobre todo la inseguridad que debió sentir después de quedarse sordo. Esta quinta sinfonía ya la compuso así y parece algo increíble, ¿verdad? Un genio absoluto.
EliminarExcelente, me gusta como describiste el proceso de componer, el sufrimiento del compositor hasta terminarla, y sin dudas es Beethoven, la quinta sinfonía.
ResponderEliminarExcelente micro, un abrazo.
PATRICIA F.
Qué bien que te haya gustado, Patricia. Muchísimas gracias.
EliminarApasionado, obsesivo, tal vez la obra de un músico sordo y su impotencia.
ResponderEliminarBuen texto. Un abrazo
Eso es. La impotencia y el vértigo de la sordera. Muchas gracias, Albada-
EliminarMe consuela pensar que hasta un genio como Beethoven pudo pasar por una etapa de falta de inspiración. Claro que yo no soy ningún genio, pero conozco muy bien esa sensación de vacío e impotencia, je, je.
ResponderEliminarUn muy buen micro musical.
Un abrazo.
Claro, la impotencia y la inseguridad que debió generarle la sordera, sobre todo. Pero al final el genio surge y nada lo detiene. Me alegra que te haya gustado, Josep. Muchísimas gracias.
EliminarInconfundible Beetoven en tus palabras! Je je! Transmites toda su furia y fuerza en tus lineas! Y es que hay música que se convierte en universal! Un abrazote!
ResponderEliminarMil gracias, Marifelita. Qué bien que hayas reconocido a Beethoven en ese ta- ta-ta-tan. Un músico universal, efectivamente.
EliminarPero claro que se escucha la melodía! Martha, qué ocurrencias has tenido, si este genio vuelve a nacer se enamora de ti, seguro! Felicitaciones, estupendo! 🌹🌹🌹
ResponderEliminar¡Ay, Maty! Me has hecho reír. Mil gracias. Contentísima porque te haya gustado. Un beso grande.
EliminarHermoso recuerdo. Y lo mejor es que NADIE a vuelto a componer algo tan hermoso.
ResponderEliminarInigualable Beethoven, efectivamente. Gracias, Jose.
EliminarEstupendo relato. Las onomatopeyas funcionan porque suenan. Un abrazo!
ResponderEliminarlady_p
Muchas gracias, Lady P. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarHola Marta,
ResponderEliminarPreciosa sinfonía son tus letras en este relato, iba leyendo y al mismo tiempo bailando, un placer leerte, gracias por tu visita.
Un inmenso abrazo!!
Un beso, Rosana. Muchísimas gracias. Qué bien que te haya gustado.
EliminarMarta me emocioné mucho con tu micro!! Me encanta Beethoven y con tan pocas palabras he podido sentir la intensidad de su furia “in crescendo” hasta llegar a ese increíble final tan bellísimo y lleno de esperanza. Un micro que te transporta a esa vida tan difícil que vivió Beethoven y a esa fuerza que tuvo para seguir componiendo a pesar de quedarse sordo. Admiro muchísimo a este compositor, su música, su fortaleza y su capacidad de lucha. Como también admiro tu forma de escribir, Marta. De verdad, me ha llegado al corazón. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAy, Cristina. Qué bonito lo que dices y qué alegría haberte emocionado un poquito con este micro. Un beso y muchísimas gracias.
EliminarEs un gran relato, sin dudas. Algo entiendo de música y estoy seguro de que el gran Beethoven así se sintió antes de encontrar sus cuatro notas, esas que lo hicieron inmortal.
ResponderEliminarSaludos.
Pues muchas gracias. Contentísima porque te haya gustado.
EliminarQue gran tema el de Beethoven y de que forma tan original cuentas el proceso de creación de esa magnífica sinfonía .
ResponderEliminarOriginal micro relato
Un abrazo Marta
Puri
Un beso, Puri. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarHola Marta, qué rotundidad contiene el relato y a la vez transmite con su prosa grandes sensaciones. Super original. Me encanta. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria. Qué bien que te haya gustado.
EliminarHola Marta.
ResponderEliminar¡Cómo no reconocer esas notas inconfundibles! Nos has metido la 5ª en la cabeza y nos ha acompañado todo el día, de aquí para allí con tan sólo un TA-TA-TA-TAAAN. ¡¡¡Genial!!!
Y no sólo la melodía, también nos has transmitido la angustia, la rabia del Maestro Beethoven, acorralado en su sordera, escuchando con la piel y la mente. ¡Qué desesperación! Ser un músico de ese calibre y estar castigado con no poder oírla. Imposible imaginarlo.
Muchas gracias por hacernos vibrar. Un abrazo.
Marlen
Un beso, Marlen. Muchísimas gracias a ti. Cuánto me alegra lo que dices.
EliminarPor supuesto que es la quinta sinfonía de Beethoven. Y como describes su desesperación, es fantástico.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Mª Cristina. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarHola Marta. Se siente la angustia de Beethoven al temer que jamás volvería a componer después de su sordera, y el alivio al comprobar que puede seguir sintiendo la música aunque sea de una manera diferente. Efectivamente la quinta sinfonía, junto con toda su obra, lo catapultó a la eternidad. Muy bello relato. Un abrazo.
ResponderEliminarUn beso, Jorge. Mil gracias. Contentísima porque te haya gustado.
Eliminar¡Increíble que hayas logrado que identifiquemos al compositor sin ni siquiera mencionarlo!
ResponderEliminarHan bastado tan solo unas onomatopeyas para saber, sin miedo a equivocarnos, de quién se trataba: TA-TA-TA TAAAN.
Eso es magia y lo has logrado con las letras.
GRAAAAAAAAACIAS.
Hola, Rebeca. Pues fíjate que me daba algo de miedo que no llegara a entederse así que no sabes cuánto me alegra lo que dices. Un beso y muchísimas gracias.
EliminarNo se si alguna vez Beethoven sintió esa falta de musas, pero sus composiciones son lo mejor que hay. Muy bien escrito Marta.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un beso, Conchi. Muchas gracias.
EliminarHola, Marta, tu micro es genial, cada palabra es arte, un decorado de emociones; impotencia, rabia, desolación, miedo, si, ese miedo a no poder hacer lo que tanto disfruta y a ser echado al olvido y por fin ese triunfo logrado precisamente por sacar a relucir esa emociones que parecen negativas, pero que solo son el motor para encender la luz de la creatividad por excelencia.
ResponderEliminarMe ha gustado además porque ¿quién dice que no fuera así como logró esa perfecta Quinta sinfonía, a base de no rendirse y tocar con fuerza, casi fuera de control de sus emociones, pero con un fuerte anhelo en su corazón?
Excelente micro, me lo he disfrutado mucho, además de que me fascina esa Quinta Sinfonía. Un fuerte abrazo.
¡Ay, Harolina! Muchísimas gracias. Qué bonito lo que dices y cuánto me alegra que te haya gustado. Un beso grande.
EliminarMe di cuenta de que se trataba de Bethoven, por el sonido que representaste. Y en segundo lugar, por la sordera del personaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues me alegro mucho. Muchas gracias.
EliminarDicen que Beethoven era muy minucioso a la hora de elegir la figura melódica final, sus manuscritos originales están llenos de tachones y frustraciones, de hecho, cuanto más correcciones tachadas tienen más se revalorizan. Me imagino al pobre dando porrazos con las manos hasta que de forma casi milagrosa dio con la entrada de la quinta hacia la eternidad.
ResponderEliminarGenial relato, Marta, una delicia.
Un abrazo
Un beso, Pepe. Muchísimas gracias.
EliminarEl relato cumple con el reto, aunque no estoy muy puesto en la música clásica y no termino de captar que se refiera a Beethoven.
ResponderEliminar¿No lo reconoces? Si buscas la Quinta Sinfonía quizá identifiques ese ta-ta-ta-tan. La sordera era también una pista.
Eliminar¡Hola, Marta! Jo, al terminar de leerlo, repasé si en algún momento habías mencionado que era la quinta sinfonía de Beethoven... y no. Solo esa onomatopeya y tus letras han bastado para que leyera acompañado de esos acordes iniciales de lo que es uno de los mayores tesoros y legados de la Humanidad. Precioso micro. Un abrazo!
ResponderEliminarMil gracias, David. Cuánto me alegra lo que dices y que hayas reconocido a Beethoven y su quinta sinfonía. Un beso.
EliminarUn relato evocador que nos acerca a uno de los compositores más grandes de la historia, Marta. Es todo un lujo que lo erijas en protagonista y que todos sepamos de quién y de qué hablas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Muchísimas gracias, Miguel Ángel. Contentísima porque te haya gustado el micro.
EliminarPrecioso Marta, como siempre. Siento comentarte tarde pero desde el móvil no me permite comentar algunos blogs. Aunque siempre es una buena excusa para releerte. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Lulita. Muy contenta porque te haya gustado.
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