sábado, 15 de febrero de 2020

Cicatrices


«A Dios pongo por testigo», maldecía Escarlata O'Hara entre las ruinas de Tara. «A Dios pongo por testigo», musitó también Aurora frente al televisor. Una lluvia menuda e intensa caía al otro lado del cristal y un aroma fresco a tierra mojada llenaba el aire. Secó una lágrima atrapada en sus pestañas y se acercó a la ventana. «¡Por fin! − suspiró mientras miraba la lluvia caer.− ¡Por fin!». Había conjurado esa noche un fantasma y una sensación agridulce invadía su alma. Lo había logrado. Una etapa de su vida se cerraba para siempre y comprobó con sorpresa cómo el alivio ganaba la partida a la melancolía. Se había enfrentado a Alberto sin llanto ni reproches. Había sido capaz. Al verlo plantado frente a ella suplicando su perdón, algo se le había roto dentro, algo definitivo que la removió con sentimientos que no había experimentado en mucho tiempo.
Alberto. La vida antes de Alberto era una sombra oscura en su memoria. Lo había conocido en su primer año de universidad. El chico más guapo de la clase. El chico ingenioso y divertido con el mundo entero rendido a sus pies. El chico que en una fiesta, le susurró al oído: «un día me casaré contigo». Y agradecida a su buena suerte, porque la había elegido a ella y solo eso importaba, porque la primera vez que la vio pensó que era bonita y el estómago se le hizo un nudo, porque el amor a primera vista era tan ridículo como irresistible, Aurora se casó con él.
Pasó luego el tiempo, la rutina devoró el hechizo, se perdieron en  los inevitables recovecos de la vida cotidiana y llegó el día que los enfrentó a su error.
 «Es difícil escoger a la persona con quien pasar la vida −se justificó Alberto, mientras preparaba a toda prisa una pequeña maleta.− Mucha gente se equivoca y nosotros lo hicimos, no es culpa de nadie».
La ilusión por un amor recién nacido incendiaba su rostro y evidenciaba la traición.
Aurora lo dejó marchar. Besó cariñoso a las gemelas −«papá se va de viaje, mis niñas, os traeré a la vuelta algún regalo bonito»− balbuceó de nuevo su hiriente excusa («¿no es culpa de nadie? −se torturaría luego Aurora una y otra vez, − ¡maldito cobarde!, ¡¿cómo no va a ser culpa de nadie?!») y ella lo dejó marchar. Sin lágrimas. Sin recriminaciones. ¡Qué tonta!, ¡y qué ciega había estado! No lo vio venir. Había achacado al trabajo el cansancio y la irritabilidad de los últimos tiempos y no lo vio venir. ¡Qué tonta!, ¡qué grandísima tonta!
Más que desengañada se sentía profundamente herida. Una mujer gastada y aburrida sustituida por una nueva: más leve, más alegre, más joven. Una historia vieja como el mundo.
Y ahora, tantos meses después, Alberto había regresado. Que estaba confuso, farfullaba con desconcertante desamparo, que se había equivocado, que había cometido el peor error de su vida. Regresaba mendigando su  perdón, implorando lo que no merecía. Cubierto de cenizas. Como una aparición.
El maltrecho corazón de Aurora volvió a latir un instante con fuerza y al borde la puso la impresión de bajar la guardia y abandonarse a su abrazo pero no, los recuerdos se le volvían en contra y no podía permitírselo. Sacudió la cabeza y se sobrepuso. Había perdido durante su ausencia el miedo a no ser amada. Había tenido el valor de mirar su vida cara a cara y advertir cuánto había en ella de incorrecto. Se había enfrentado a sí misma y asumido que podía equivocarse, que quizás lo hubiera hecho, que era preferible sufrir mucho un día, un mes, un año... que un poco durante toda la vida, que no estaba dispuesta a engañarse de nuevo.
 Lo había perdonado, le aseguró con calma, tras un peligroso segundo de vacilación  −esa gélida entereza mató de un soplo su esperanza y lo enfrentó a la magnitud de la derrota− pero ya nada podría volver a ser como antes. Algo frágil, el hilo de confianza que una vez los ató, estaba roto y no había modo de anudarlo de nuevo.
Asintió Alberto muy despacio, petrificado en su fracaso, sin argumentos ni defensa. Rozó al fin en un beso suave la mejilla de su esposa, se asomó un momento a la habitación donde las niñas hacía rato que dormían y, al girar sobre sus pasos, un lamento mudo dejó en el aire.
De pie junto a la ventana, con la sola compañía del televisor, aún sin encajar sorpresa y emoción, Aurora intentaba ahora serenarse. Había hecho lo correcto. No se trataba de venganza sino de supervivencia. No podía permitir que la hiriera de nuevo y sin duda lo haría a la menor oportunidad: no era su culpa, era su naturaleza, decidió con deliberada ecuanimidad. Sí, reflexionó, reconociéndose de pronto en esa Escarlata O'Hara que parecía interpelarla desde la pantalla, también ella era esa mujer: la valiente Escarlata cargada de contradicciones que sobrevive a toda costa en un mundo que agoniza.
Tragó el desconsuelo atrapado en su garganta y regresó al sillón. Prohibido llorar. «Mañana, ya lo pensaré mañana», se dijo ahuyentando de su mente recuerdos y fantasmas. Un apunte de sonrisa curvó sus labios: «realmente mañana será otro día».







Relato publicado en el nº 7 (marzo 2020) de la revista "El Tintero de Oro Magazine".

60 comentarios:

  1. Hubiera sido una gran equivocación volver con Alberto, según pienso yo. Me ha gustado mucho tu relato Marta.

    Abrazos.

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    1. Efectivamente, una grandísima equivocación 😉 Muchas gracias, Conchi, me alegra que te haya gustado.

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  2. Algo frágil, el hilo de confianza que una vez los ató, estaba roto y no había modo de anudarlo de nuevo....solo con esa frase tan sutil y tan rotunda el relato ya es sobresaliente. No sé como será la vida después de Alberto; pero seguro que mucho mejor que un hombre que perdió lo más importante: la confianza de su pareja.
    Relatazo Marta. Mis felicitaciones de cine.

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    1. Hola, Miguel! Pues sí, se puede perdonar pero la confianza es algo tan difícil de reconstruir... Muchísimas gracias! No sabes cómo me alegra que te haya gustado 🙂

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  3. Un gran relato con el aire de la gran historia de ese mundo que agoniza y de esa mujer valiente que sobrevive a pesar de todo y de todos. Tu Aurora, como Escarlata, es una superviviente, con más escrúpulos espero. Aunque si no, tampoco importa. Suerte en el concurso.
    Un beso.

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    1. Encuentra inspiración y fuerza en esa Escarlata, sí 😉 Un beso, Rosa y muchas gracias.

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  4. Hola Marta. Lo primero, me parece que el título casa perfectamente, así como las frases emblemáticas de Escarlata O'Hara como inicio y cierre del relato de «A Dios pongo por testigo», y «Mañana, ya lo pensaré mañana».
    Destaco además del romanticismo frustrado, la puntuación de los pensamientos directos e indirectos, las comillas angulares, toda una lección que ayuda a que “leamos” como piensan y sienten los personajes, así como pasar del presente al pasado, y viceversa, con toda naturalidad.
    Un besito marta, y de nuevo te felicito por tu mención y puesto en la anterior convocatoria.

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    1. Hola, Isabel! Cuánto me alegro de que te haya gustado! El tema de las comillas y los pensamientos indirectos es siempre algo difícil así que me encanta que destaques eso. Un beso grande y muchas gracias.

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  5. Hola Marta! Soy Beri. En primer lugar, deseo felicitarte por la mención honorífica recibida por tu relato "Un día de lluvía". En cuanto a "Cicatrices", me ha gustado el tono intimista con el que nos ofreces los pensamientos y sentimientos de la protagonista. Tu historia está muy bien escrita, haciendo que empaticemos enseguida con tu Aurora. Muchas felicidades y mucha suerte en el concurso. Un abrazo!

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    1. Muchas gracias, Beri. Me alegro un montón de que te haya gustado. Mucha suerte para ti también.

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  6. Primero te felicito por resultar finalista con tu anterior relato para este cocurso.

    Bien utilizadas esas frases categóricas de la inmortal Escarlata O'Hara, como inicio y final de la historia.
    Pienso que la fortaleza de carácter de tu protagonista, armoniza con la de la novela que inspira el concurso, pues has puesto de relieve idéntico símil amoroso, aunque adaptándolo a la actualidad y por consiguiente, como lectora también aplaudo la decisión de Aurora.
    Me ha gustado, Marta, tu aporte y deseo que la suerte te acompañe esta vez también.
    Un beso.

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    1. Difícil recuperar la confianza cuando se rompe... Me alegro muchísimo de que te haya gustado y de que hayas visto esa conexión con la novela. Mil gracias, Estrella.

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  7. Muy bien por tu protagonista. Las segundas oportunidades se le dan a quien se las merece, pero a alguien que abandona por un capricho todo un proyecto de vida no la merece. Esta mujer seguro recupera su propio ritmo y sus ganas de seguir adelante sin depender de promesas eternas de amor.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Francisco. Me alegra que te haya gustado.

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  8. Hola Marta

    Me ha gustado "el sentir" de la protagonista, las dudas, las debilidades y la fuerza final, volverá a pasar, él es así. Por fin una mujer que no se obstina en cambiar a un hombre! O lo tomas así o lo mandas a la mierda.

    Enhorabuena compañera.

    Saludos

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    1. Ay, Paola! Me ha hecho reír tu comentario 😂 Realmente es como dices, pensar que este hombre cambiará sería autoengañarse. Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado.

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  9. Las segundas partes nunca fueron buenas, de ahí solo salen, en la mayoría de los casos, secuelas que acompañan cada equivocación venidera. Bien por tu "Escarlata", en esos momentos donde hay que ser fuerte lo ha sido.
    Me gustó mucho eso de "Cubierto de cenizas" le ha dado una visualidad espectacular al antagonista. Un fuerte abrazo.

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    1. Hola, Pepe. Me gusta lo que comentas sobre la visualidad. Muchísimas gracias! Me alegro mucho de que te haya gustado.

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  10. Una buena interpretación de la historia. Un argumento que siempre de actualidad. Cuando se pierde el hilo de la confianza es muy difícil recomenzar, a pesar del perdón. Y mañana será otro día para pensar, por supuesto que sí. Suerte en el concurso, Marta. Un abrazo.

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  11. Una vez rota la confianza no hya vuelta atrás. En otro tipo de relaciones, la amistad por ejemplo, algo puede hacerse aunque nunca será igual, pero en relaciones tan íntimas como el matrimonio o pdres e hijos, es casi imposible.Y menos en casos como este donde está clarísimo que el caballero solo sabe ir y volver donde cree sentirse más cuidado. No hay ni un esbozo de poner algo de su parte. Apenas un "me equivoqué" totalmente infantil.
    Muy bien mostrado Marta.. felicitaciones por este y por la mención. Suerte en el próximo. Un saludo

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    1. Difícil recuperar esa confianza, sí... Muchas gracias, Juana. Me alegro mucho de que te haya gustado.

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  12. Si estaba en su naturaleza...difícil que cambiara. Magistral, como siempre tu impecable narrativa. Un abrazo

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  13. Magnífico relato Marta sobre la confianza como elemento clave en toda relación.
    Feliz semana!

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  14. Después de un largo y pormenorizado comentario sobre el amor y el desamor, la infidelidad, el dolor y la inseguridad, y el difícil o imposible perdón, se me borró todo lo escrito, ¡qué rabia!
    El caso es que me ha encantado este relato y te deseo suerte en el concurso.
    Un abrazo.

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    1. Vaya! Los duendecillos de internet se aburren a veces... pero lo importante es que te haya gustado. Muchísimas gracias, Josep 😉

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  15. Hola Marta, felicidades por tu relato. En este relato romántico no se da el refrán "donde hubo fuego, cenizas quedan" que a veces, dicen algunos que se puede avivar la llama, pero cuando esa ceniza envuelve el amor imposible como bien lo expresas Marta.Saludos y espero yo poder participar con ustedes esta vez.

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    1. Hola, Raquel. Muchas gracias! A ver si te animas a participar, sí. Un beso.

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  16. Buenas noches, Marta. Tu relato refleja la serenidad de las decisiones maduras abte la desilusión, la rutina y el engaño. Es un texto muy claro y muy bien tramado. Buena suerte.

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  17. Nos traes una historia de desamor, Marta, en la que "Lo que el viento se llevó" sirve de hilo conductor de la trama y de los sentimientos de Aurora. No es fácil superar una situación como la descrita, pero Aurora decide que prefiere comenzar de nuevo antes que vivir humillada. Durante toda la narración ella se va enfrentando a sus miedos y da forma a la decisión que habrá de tomar, que aunque dolorosa, ve necesaria. Un relato bien escrito cuya lectura fluye muy bien. Te deseo mucha suerte en el Tintero.

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    1. Muchísimas gracias, Jorge. Me alegro un montón de que te haya gustado.

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  18. Buenas, Marta.

    Una historia muy trágica y real. Es una pena que situaciones como estas pasen tan a menudo.

    Un saludo.

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  19. Hola Marta, mi más grande Enhorabuena por tu magnífica posición con el relato anterior.
    Me ha gustado mucho esta historia de Aurora, es increíble como se comienza con tanto entusiasmo y a los años todo queda en nada. Muy acertada la descripción de los pensamientos en todo momento de la protagonista. Me ha gustado el detalle de las gemelas, como un recordatorio de la inocencia reinante en este entramado de adultos, tan triste, tan real.
    Un abrazo y mucha suerte en el Tintero.

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  20. Hola Marta, el comentario anterior que aparece cono desconocido es mío, ahora lo veo, no sé porqué me quedó sin nombre. Pues aquí estoy, dos besos

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    1. Un beso, Carla. Muchísimas gracias! Me encanta que te haya gustado 😉

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  21. Hola, Marta. Coincido con Beba en que es una decisión madura la que ha tomado la protagonista. Me gustó mucho el inicio y el cierre evocando a la novela de nuestro concurso.
    Mucha suerte nuevamente y un abrazo

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  22. Con frases rotundas y metáforas muy logradas narras con habilidad y destreza una historia clásica en las relaciones sentimentales. Describes muy bien los sentimientos de Aurora logrando que empaticemos con ella y no ninguna lástima por el listillo de Alberto. En resumen, un gran relato, muy bien contado, con certero manejo del lenguaje y notable retrato de personajes. Mucha Suerte en El Tintero. Un abrazo,Marta.

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    1. Mil gracias, Paco. Me alegro muchísimo de que te haya gustado.

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  23. !Hola Marta!

    Me ha gustado tu relato, la serenidad y madurez de Aurora ante una situación tan difícil y triste, el coraje de no retroceder ante una decidión bien tomada, y ese nivel de autocontrol que lamentablemente le falta a la mayoría de las mujeres que atraviesan por una situación similar, se dejan conmover por unas lágrimas de cebolla cuando en el fondo saben que para nada son sinceras.

    Bien plantada la trama y las escenas, sin arrebatos ni ofensas, expuestas con la sensatez que da el saber que se desea más estar en paz, que vivir de confrontaciones, mendigando amor y atención.

    Muy creativa la manera de introducir el referente de la obra en cuestión.

    Que tengas una buena semana.

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  24. Aferrarse a lo imposible solo hace sufrir, así que, sí, mejor aceptar a tiempo la situación... Me ha encantado tu comentario. Muchísimas gracias 😉

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  25. Muy bien estructurado esta historia de amor y desengaño, Marta. Y has encajado a la perfección esas frases tan características de la icónica película en la que se basa el reto de David.
    Te deseo mucha suerte en el concurso.

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  26. Las cicatrices que augura el título son realmente difíciles de curar. El hilo roto que tan difícil es de volver a anudar. Es cierto que se puede perdonar,pero ¿y la confianza?. Gran relato, Marta. Un abrazo y felicidades por tu podium en Relatos compulsivos.

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    1. Ay! La confianza es tan difícil de recuperar... Un beso, Jose. Muchísimas gracias, me alegro un montón de que te haya gustado este y también el de los "compulsivos" 😉

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  27. Saludos Marta, me ha gutado mucho tu relato. Está escrito de una manera impecable que atrapa al lector. Éxitos y bendiciones!

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    1. Hola, Mery. Mil gracias. Me alegro mucho de que te haya gustado.

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  28. Me ha gustado mucho tu relato, con esas frases de lo que el viento se llevo como hijo conductor. Cuando hay infidelidad es difícil perdonar y recobrar la confianza. Suerte en el tintero. Un abrazo.

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  29. Precioso relato, Marta. Nos descubres los entresijos de un engaño desde el punto de vista de la protagonista, un ejemplo de mujer empoderada. Me ha gustado el contenido y por supuesto la forma.
    Un abrazo compañera

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    1. Una mujer valiente... Muchísimas gracias, Araceli. Me encanta que te haya gustado.

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  30. Hola Marta, querida compañera has bordado la historia de superación de esa mujer frente a una relación en la que ya no solo desconfía, no le hace bien a pesar de quedar sola siendo madre de gemelas. Las frases con sus comillas angulares, sus pensamientos...su confianza en sí misma, y me quedo ahí. Un abrazo

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  31. Hay decisiones que cuesta tomar y la de tu protagonista es una de ellas.
    Te felicito, te quedó una historia muy buena.
    Suerte en el concurso
    Un abrazo.
    Puri

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    1. Muchísimas gracias, Puri. Me alegro mucho de que te haya gustado.

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