Un mar de arenas cristalinas ardía bajo el sol. Las dunas crecían sin tregua, el desierto se extendía hacia el horizonte sin principio ni fin y una leyenda antigua arrastraba el rumor del viento. «Aquí yacen los sueños de los hombres ─parecía murmurar─, secretos del pasado, anhelos del futuro, ecos de un mundo inalcanzable».
Un viajero solitario se abría paso por aquel océano infinito. La arena revoloteaba a sus pies y solo los latidos de su corazón rompían el silencio. Un brújula antigua, un mapa gastado, una voluntad inquebrantable, lo guiaban. Perseguía una quimera, las visiones lo asaltaban de improviso y una sonrisa leve curvaba sus labios al atisbar un instante los más bellos recuerdos de su vida. ¡Si pudiera guardar para siempre aquella sensación! Hallar el oasis de los sueños era su última esperanza. Y así, caminaba y caminaba, en busca del lugar donde ─decían─ se hacían realidad los más hondos deseos del alma. Inalcanzable espejismo de felicidad en un mar de arenas despiadadas.
Muy bien expresada esa angustia y tesón de caminar por los más inhóspitos lugares de la vida en busca de un oasis, remanso de calma y de benevolente frescura, quizás también de felicidad y aprecio por lo recibido. UN abrazo, Marta.
ResponderEliminarUn beso, Myriam. Mil gracias.
EliminarTanto en sentido literal, como metafórico me parece que has escrito un excelente relato sobre los avatares y dificultades de la vida. Ya se dice que no hay nada como atravesar un desierto y salir con vida de ello. Sobrevivir a la vida a veces tampoco es sencillo.
ResponderEliminarUn beso, Marta, y bonito fin de semana.
Sobrevivir a las dificultades manteniendo la esperanza... Muchísimas gracias, Miguel. Me alegra un montón que te haya gustado el micro. Un beso e igualmente, buen finde.
EliminarCuántas cosas se pueden decir con pocas palabras y un ambiente tan evocador. Precioso.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias, Rosa. Contentísima porque te haya gustado.
EliminarHola Marta, cuánto sentimiento en tu relato, muy acertado y bonito
ResponderEliminarUn abrazo..😊
Un beso, Merche. Muchísimas gracias.
EliminarHola Marta, como atisbar un instante los recuerdos. Entonces hallaría el oasis de los sueños... Que belleza de letras, cuánto sentimiento desprende el protagonista y que bien has sabido plasmar sus sensaciones. Te aplaudo. Me encanta. Un abrazo
ResponderEliminarMil gracias, Nuria. Me alegra muchísimo lo que dices.
EliminarCon esa imagen has creado un relato que contiene mucha filosofía, y que me ha encantado.
ResponderEliminarTal vez todos somos ese nadador del desierto en busca de un oasis. Un abrazo
El desierto como metáfora, eso es. Me alegra muchísimo que te haya gustado el micro, Albada. Un beso y muchas gracias.
EliminarAl menos tenemos toda una vida de ventaja para encontrar el oasis. Lo malo que pasa rápido.
ResponderEliminarAlgún oasis encontramos, pese a todo.
EliminarLos anhelos son muy fuertes cuando tratas de encontrar un oasis para tu espíritu.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un beso, Conchi.
EliminarMuy interesante de leer! Me encanta!!!
ResponderEliminarMe alegro mucho. Mil gracias.
EliminarPrecioso, micro, Marta. Es un placer leer algo así aunque te deje un poso de angustia en el alma.
ResponderEliminarUn beso grande, M.Pilar. Muchísimas gracias.
EliminarCómo reflejas la eterna lucha contra los elementos, Marta, la superación de los sueños imposibles. Enhorabuena por tu relato.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Muchísimas gracias, Miguel Ángel. Cuánto me alegra que te haya gustado!
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