Cada tarde, ya muy próximo el sol a su ocaso, ella −etérea, suave, transparente− con esa lealtad inquebrantable
tan propia de los amores platónicos, de los amores imposibles −siempre a su
cita puntual− hace su aparición. Mágicamente se quiebra entonces la penumbra,
arden en el firmamento, cómplices, las estrellas, se conmueven las almas
sensibles y la asfixiante grisura del mundo de golpe desaparece, eclipsada tras
su luz.
Cobra en ese instante existencia la belleza.
Silencio...
Sus ojos se clavan en los míos. Una sonrisa adormilada, cierta niñez soñadora
ya remota, casi olvidada. Una voz que, sabia, a través del espacio y el tiempo
resuena, romántica, lúcida, valiente... Una voz antigua y poderosa que mucho
sabe de amor, de dolor y soledad.
Zonas de dulzura, palabras en melancolía enredadas que de las sombras
rescatan a quien por ellas se deja embrujar, palabras que calman heridas, que
al lugar al que alguna vez tantos sueños huyeron encaminan y, generosas, cada
noche regalan algo que la vida nunca da: una ilusión, una esperanza, un
misterio, el verso eterno de un poema que dos corazones une.
Palabras que al amanecer se desvanecen raudas como una estrella fugaz.
Frágiles destellos de luz, de dolor, de magia, de vulnerabilidad. Oleadas de
alegría, de pena, de ternura. Lágrimas lentas de cristal. Latidos de Poesía.
Este relato apareció publicado en el blog "Tertulia de Escritores"
el día 13 de noviembre de 2017 y en el número 38 (enero 2018) de la revista "Valencia Escribe".
Imagen: Noche Estrellada de Vincent Van Gogh.
Una prosa poética bellísima, Marta. Un abrazo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias David. Me alegro mucho de que te haya gustado.
ResponderEliminarQué preciosidad Marta.
ResponderEliminarConmueves al lector.
Un abrazo.
Muchas gracias Irene. Es muy bonito lo que me dices. Un beso.
Eliminar¡Hola Marta!
ResponderEliminarUn precioso texto poético donde la naturaleza a través de tu pluma imprime la magia del asombro y las emociones que llenan los espacios de ese instante lleno de belleza.
Miradas y palabras componen otro lenguaje de ensueño y esperanzas renovadas.
Gracias por compartirlo de nuevo en el blog "Tertulia de escritores" y al que ahora iré para dejarte también mi comentario.
Muchas gracias a ti Estrella por un comentario tan bonito y tan generoso.
ResponderEliminarHola Marta. Es la primera vez que te visito, y he de decirte que quedé encandilada con esta bonita prosa. Una escritura ligera y muy agradable. Ha sido un placer leerte.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchísimas gracias Mila. Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarBonita manera de recrear ese cielo estrellado, Marta, muy sutil. Un abrazo.
ResponderEliminarMil gracias Eva. Un beso.
EliminarPrecioso texto, Marta. Destila emociones y belleza :)
ResponderEliminar¡Un abrazo de finde!
Muchas gracias Julia. Un beso.
EliminarMarta, tiene tu escrito calidad plástica, el lirismo se inserta con sensibilidad cromática; hay una tenue luz en el ocaso del sol, y las estrellas arden.
ResponderEliminarPoesía en estado puro.
Me dejas sin palabras. Muchísimas gracias. Precioso y muy muy generoso tu comentario.
EliminarExquisitas razones con un cielo nocturno estrellado que no cabe imaginar más bello. Así salió del corazón de van Gogh, como sin duda han salido esas bellísimas palabras del tuyo.
ResponderEliminarUn abrazo, Marta.
Muchísimas gracias Juan Antonio por un comentario tan bonito.
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ResponderEliminarEl cuadro de "La noche estrellada", de Vincent van Gogh te ha inspirado en un relato con una bella prosa poética del encuentro de dos enamorados. Breve y conciso, dónde las emociones fluyen a flor de piel. Mi agradecimiento a publicarlos en tertuliadeescritores.blogspot.com
Mil gracias a ti Lola por la publicación y los comentarios. Un beso.
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