Pero nunca sin saber bien por qué, dejarán de mirar hacia arriba, leía mamá
casi en un susurro. Una caricia, un beso suave en la mejilla y mis sueños
volaban veloces hacia estrellas blancas y lejanas habitadas por la magia.
Recuerdo esas noches de cuentos infantiles con una melancolía sin fin,
viendo como tiemblan las estrellas y lloran tristes ante tanta felicidad
perdida mientras en el desamparo de esta noche fría, atrapada en el lado
equivocado de la frontera, fantasma invisible de tantas guerras sin nombre,
miro yo también hacia arriba como en aquel cuento casi olvidado y, sin
saber bien por qué, susurro una oración dolorida y sin esperanza.
Microrrelato para el concurso "Relatos en Cadena" del programa La
Ventana de la Cadena Ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario