Hasta cierto
punto respetar la opinión del mundo es prudencia; a partir de ahí es debilidad.
Muy
popular en su época, de Maria Edgeworth (1768-1849) se dice que fue una de las
autoras favoritas de Jane Austen y una de las mayores impulsoras de la educación
infantil y femenina en un tiempo donde las cuestiones pedagógicas carecían de
importancia.
Tras
la publicación de varias novelas para niños, impregnadas todas por una lección
moral y claramente educativa, Edgeworth comenzó a escribir para un público más
adulto y el éxito fue inmediato. Así ocurrió con "Belinda", una
historia muy polémica en su momento (hasta el punto de que en ediciones
posteriores a la inicial de 1801 se modificaron algunos giros argumentales como
el relativo al matrimonio interracial de una de las sirvientas o la enfermedad
de Lady Delacour) que denunciaba, con una trama ágil e ingeniosa, arraigadas hipocresías
sociales y todo un mundo de prejuicios y falsas apariencias.