El
fin del mundo se acercaba. Todos los informativos pregonaban la noticia. La
humanidad había alcanzado su mayor momento de esplendor. La inteligencia
artificial exploraba el espacio, daba respuesta a problemas insolubles y era punto
de inflexión tecnológico. Sin embargo... Muy pronto solo quedaría un negro
abismo de nada.
Un error de cálculo era la causa. Un fallo en las complejas ecuaciones de un experimento afectó al tejido mismo de la realidad. Las leyes de la Física se tornaron inestables, el desequilibrio creció sin tregua y la existencia alteró su naturaleza.