Esas alas servían para volar, ¿verdad, mamá?, para explorar el país de las hadas y viajar lejos, muy, muy lejos, ¿a qué sí? pero mira... ahora están rotas y tan viejas... no funcionarán. ¡Qué pena....! ¡Ay, mami! ¡Arréglalas! ¡Por favor, arréglalas! Lo prometiste. Prometiste que un día me llevarías, que abordaríamos juntas un barco pirata y jugaríamos con los amigos de aquel niño sin sombra, ¿no te acuerdas? Nos estará esperando, dijo que lo haría. Sobre una estrella... ¿cómo era? la primera o segunda de la mañana. Seguro que echa de menos tus cuentos. Le gustaban tanto... ¡Y tiene que devolverte el dedal!
Qué hermoso y emotivo relato, Marta. Me ha encantado. Sugiere muchas cosas y, aunque yo no he leído la historia se ese niño sin sombra y tan solo la conozco por la panícula de Disney, me ha gustado mucho cómo abordas el tema.
ResponderEliminarUn beso.
Me alegro muchísimo, Rosa. Mil gracias.
Eliminar¡Hola, Marta! ¡Qué emotivo! Nada como los recuerdos de la niñez con los padres, muy bonito, Marta.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias, Merche. Qué bien que te haya gustado.
EliminarNadie debería romper nuestraS alas e ilusiones vividas o por vivir.
ResponderEliminarUn cuento enternecedor y emotivo.
Buen fin de semana, Marta.
Buen finde, Miguel. Me alegra que te haya gustado el micro. Muchas gracias.
EliminarMuy tierno y emotivo tu micro, esas alas rotas, ese pedido de ayuda a su mamá, me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo.
PATRICIA F.
Me alegro, Patricia. Muchas gracias.
EliminarLos planes infantiles, qué belleza. Un texto muy tierno, que me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz finde
Buen finde, Albada. Muchas gracias.
EliminarMuy tierno este recuerdos de la niñez Marta. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mamen.
EliminarMuy lindo. Me ha hecho recordar ese dicho de que "la infancia es nuestra verdadera patria". ¡Qué nostalgia me ha entrado! Enhorabuena y gracias.
ResponderEliminar¡Ay! Pues cuánto me alegro, Fernando. Muchas gracias a ti.
EliminarEs evocador y refleja la ilusión de un niño por ser feliz jugando con otro, aunque este no tenga sombra. Pero necesitar alas para llegar hasta él indica que ese lugar no es corriente y que su fantasía nos arrastra, quizá, a la felicidad.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
Un lugar muy especial, efectivamente. El micro pretendía ser un guiño a Peter Pan, de ahí las referencias al niño sin sombra, la estrella de la mañana... Me alegra mucho que te haya gustado, Marcos. Mil gracias.
EliminarTe invito a comentar mi último relato: "El coleccionista implacable". Tu opinión es muy estimada.
EliminarQue bonito el mundo imaginario de la inocencia que derrocha un niño en su fantasía. Es una preciosidad. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Nuria. Qué bien que te haya gustado.
EliminarQué puede haber peor que un hada con las alas rotas, sin poder volar. La ilusión perdida no debería aparecer en alguien tan sublime.
ResponderEliminarUn cuento precioso, Marta.
Un abrazo.
Contentísima porque te haya gustado, Josep. Mil gracias.
EliminarTriste y a la vez, dulce relato.
ResponderEliminarUn hadita sin alas es como un niño herido para siempre. Nada será igual.
Un saludo.
Muchas gracias. Me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarWendy. Menuda historia. Enhorabuena y mucha suerte.
ResponderEliminarMuchas gracias, Guille.
EliminarHola Marta, ojala alguna noche podamos escaparnos. Muy tierno. Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarOjalá, ¿verdad? Muchas gracias, Ainhoa.
EliminarHola, Marta. Una historia muy tierna. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Mirna. Me alegra que te haya gustado.
Eliminar¡Me hechiza, a día de hoy, ya talludo, los cuentos de hadas son de mis favoritos! Recibe Mis Consideraciones Más Feéricas Maja!!! 🕴
ResponderEliminarSiempre hay algo especial en los cuentos de hadas, ¿verdad? Muchas gracias, Juan.
EliminarHola, Marta, pues no soy muy fan del personaje, pero me ha quedado bien claro de qué trata el micro, y eso que no usaste al pobre narrador que hemos aniquilado. Fantástico cuento de hadas, compañera, muy emotivo y fantásticamente expuesto.
ResponderEliminarUn abra,o!
¡Ay! Menudo experimento estamos haciendo con ese pobre narrador, jeje. Me alegra mucho que te haya gustado el micro, Pepe. Mil gracias.
EliminarConmovedora tu veta poética para relatar. Un abrazo
ResponderEliminarUn beso, Juana. Muchas gracias.
EliminarQué bonito, Marta. Cuánta dulzura hay en tu relato. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias. Cuánto me alegra que te haya gustado.
EliminarQue tierna historia Marta, cuanta ternura desprende esa niña se siente a flor de piel.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Muchas gracias, Puri. Contentísima porque te haya gustado.
EliminarEsos recuerdos de la infancia, potenciados por la imaginación infantil, son los que no se borran nunca.
ResponderEliminarMuy bonita y tierna aportación.
Un abrazo.
Muchas gracias, Chema. Me alegra que te haya gustado.
EliminarQué tierno Marta!! Destila belleza y sensibilidad, precioso!! Me dan ganas de mandarte dos abrazos !!
ResponderEliminar¡Ay, Lola! Generosísimo tu comentario. Mil gracias. Cuánto me alegra lo que dices. Dos abrazos recibidos 😉
EliminarHola Marta. El niño sin sombra que no quería crecer y sus niños perdidos. El tiempo pasa para todos y esas alas viejas dan testimonio de ello, quedan los recuerdos que se transmiten a las nuevas generaciones. Y el dedal, que no falte el dedal. Muy bonito. Un abrazo.
ResponderEliminarQue no falte ese dedal, efectivamente. Muchísimas gracias, Jorge. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarSi nos quitan las alas solo nos queda una espalda mutilada. Precioso, Marta, como siempre, compañera sensible.
ResponderEliminar¡Ay, Isabel! Qué bonito eso de la espalda mutilada. Me alegra un montón que te haya gustado el micro. Mil gracias.
EliminarLas deudas a los niños que ya no podremos pagar reconcomen el corazon como ninguna otra. muy tierno y triste, la iluson truncada
ResponderEliminarabrazoo
Muchas gracias, Gabiliante. Me alegra que te haya gustado.
EliminarHermoso y muy tierno este micro Marta, además de emotivo, ya que nos hacemos niños de nuevo leyéndolo y recordando nuestra bella niñez.
ResponderEliminarGracias y que pases unos lindos días.
Muchas gracias a ti, Harolina. Contentísima porque te haya gustado.
EliminarEs un retazo que parece grabado en alguna parte... Y aunque no sé nada del contexto, es como si lo escuchara, tal es el realismo que le pones. Exquisita delicadeza; tienes un don para tratar la magia y el mundo infantil.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Ay, Mayte! ¡Qué bonito lo que dices! Muchísimas gracias.
Eliminar¡Hola, Marta! Estupendo recurso para matar al narrador usando esta corriente de pensamiento en la que un niño va hilando ideas, exclamaciones y preguntas. La historia de fondo es de esas que nos retuerce el corazón. ¡Precioso aporte! Un abrazo
ResponderEliminar¡Ay, David! Mil gracias. Contentísima porque te haya gustado.
EliminarUn relato de lo más emotivo y hermoso, Marta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un beso, Estrella. Muchas gracias.
EliminarHola, Marta, tienes la peculiaridad de contar historias con mucha ternura, una se puede meter en las letras con emotividad. Una leyenda que lleva a la niñez y a los cuentos contados por los padres.
ResponderEliminarMe encantó.!
Besos.
Muchísimas gracias, Mila. Me alegra mucho lo que dices.
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ResponderEliminar¡Qué bonito, Marta! Con este pequeño monólogo fluyen tantas emociones... primero la ilusión de la niña por viajar al país de las hadas, luego la tristeza de que las alas que le permitirán volar estén rotas y viejas, luego de nuevo la ilusión porque la madre las arregle y puedan volar juntas. Me ha gustado especialmente la voz llena de inocencia de la niña, que a pesar de todo lo malo no pierde la ilusión y su creencia en la existencia de un mundo mágico lleno de personajes fantásticos. Me he emocionado mucho al leerlo, enhorabuena. Un fuerte abrazo!!
Y a mí me emociona tu comentario, Cristina. Cuánto me alegra que te haya gustado y todo lo que dices. Muchísimas gracias.
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