Algo que se ha mirado junto a alguien amado adquiere siempre un significado especial.
Publicada
en 1918, El regreso del soldado es la
primera novela de Rebecca West (1892-1983), pseudónimo de la británica Cecily Fairfield,
con el que alcanzaría un enorme prestigio en todos los ámbitos de su actividad
literaria: novelista, ensayista, corresponsal, historiadora, antropóloga... Una
autora tremendamente polifacética cuya obra se ha llegado a definir como
brillante mezcla de Lilian Hellman, Hannah Arendt e Iris Murdoch.
Considerada una obra maestra, pese a su brevedad y condición de primera novela, West aborda en esta historia el tema de la neurosis de guerra, prestando atención a un problema, el de las gravísimas secuelas mentales que multitud de combatientes sufrieron tras la Primera Guerra Mundial, que apenas había sido tratado hasta entonces.
Así,
la trama del relato se centra en la vuelta a casa de un soldado, Chris Baldry, hombre
de posición acomodada, herido en el frente. Chris está casado con Kitty, una
bella joven, educada y distinguida, a quien durante todo ese tiempo ha
acompañado Jenny, la prima de Chris. Las dos han pasado juntas la guerra,
ajenas por completo al drama vivido en las trincheras, inmersas en la apacible
burbuja que ha sido la mansión Baldry. Pero de pronto, esa calma se rompe. Un
día llama a su puerta una mujer con un telegrama recién recibido advirtiendo
que Chris se encuentra herido en un hospital de Francia.
El
hecho de haberse dirigido a aquella desconocida de evidente clase baja, gastada
por los años y carente de cualquier atractivo, en lugar de a su esposa,
enfurece a Kitty y deja a Jenny con una intriga que pronto será desvelada.
Perdido
en una amnesia que le ha hecho olvidar los últimos quince años de su vida,
Chris no recuerda estar casado, no reconoce a su mujer y en su prima solo ve a
la niña con quien jugaba en la adolescencia. Se siente un extraño en su propia
casa, un lugar que ya no es como lo recordaba, y vive obsesionado por un amor
de juventud que para él sigue vigente: Margaret, la destinataria del telegrama,
de quien sigue estando enamorado.
Sobre
esos mimbres, West arma una narración tremendamente envolvente, llena de
sensibilidad y cierta exaltación poética que rompe a golpe de alternar pasado y
presente y enfrentar el mundo idealizado del primer amor a la realidad y las
decepciones de la vida, en un continuo vaivén temporal.
Es
Jenny la voz narradora de la historia y es a través de ella como el lector va
descubriendo el amor que vivieron Chris y Margaret y cómo ese momento se hace de
nuevo real por un azar imposible.
Jenny
va pasando así de la incomprensión al entendimiento; de la condescendencia
hacia Margaret, cierto cinismo incluso frente a su vulgaridad, a la admiración
y la cercanía. Va descubriendo la bondad, la disposición al sacrificio y la
belleza que hay en ella, y solo ella es consciente del drama en que están
inmersos los protagonistas.
Desgarrada y conmovedora, preciosa novela, llena de simbolismo y de matices, que muestra la huella que queda tras la guerra: las cicatrices sociales e individuales, el impacto en la propia identidad, la lucha por reconstruirse..., hasta llevarnos a una última escena que cierra la historia con un final de sutileza insuperable.
Una novela que comienza con el drama de cualquier guerra y que sin embargo desarrolla un argumento original, envolvente y va invitando al lector a devorar las páginas para saber de ese final con el que nos has puesto los dientes largos. Estupenda reseña, Marta.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Miguel. Sí, es una historia muy original. La guerra está de fondo como desencadenante de lo sucedido pero no aparece explícitamente en ningún momento. Una novela corta que a mí es de lo que más me ha gustado últimamente. Muy recomendable. Un beso y muchas gracias.
Eliminar¡¡Vaya mañana!! Tres libros más en la lista. De momento. Me ha atrapado esta historia. Las ambientadas en la Gran Guerra siempre me gustan y esta historia tiene pinta de ser muy interesante. El soldado, la prima, la mujer y ese amor de juventud en el que se ha quedado suspendida su memoria me la hacen irresistible, de lo que no es menos responsable tu reseña.
ResponderEliminarUn beso.
¡Ay, Rosa! Las listas crecen y crecen sin fin, jeje. Como le decía a Miguel, esta es una de las novelas que más me ha gustado últimamente. La guerra está solo presente como telón de fondo y desencadenante de la situación y lo fundamental es la relación entre los personajes y la delicadeza con que cuenta la historia. Creo que te gustará, si te animas con ella. Un beso y muchas gracias.
EliminarTomo nota de la sinopsi que nos muestras Marta.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy bien, Conchi. Gracias.
EliminarHola, Marta.
ResponderEliminarMe he dejado llevar por tu reseña y descubro un libro con una serie de valores interesantes: las secuelas de la guerra (que teníamos tan olvidadas y vuelven a asomarse), el descubrimiento de los recuerdos (que no sentimientos) perdidos y una trama que se acerca mucho a unas emociones que los personajes deben tener a flor de piel. Tomo nota.
Un fuerte abrazo :-)
Hola, Miguel Ángel. Pues sí, es una forma diferente de contar la guerra, sin hacerla presente pero mostrando con claridad el daño que provoca. Es una novela muy emocional. Espero que te guste si te animas con ella.
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