Un
ruido sordo en el motor lo puso sobre aviso. Algo no iba bien. El avión
vibraba, se estremecía, se inclinaba a izquierda y derecha sin control. No
lograba el piloto enderezar el rumbo, perdía altura a gran velocidad, de un
momento a otro iba a estrellarse, lo supo de inmediato. Desabrochó nervioso el
cinturón que lo ataba al asiento del aparato, abrió el cristal de la carlinga y,
cegado por un inesperado torbellino de arena, saltó al vacío. Cayó despacio
sobre un brillante e inmenso océano amarillo cuyo perfil solo a lo lejos rompía
alguna duna solitaria. Prisionero del desierto, aislado del mundo y sin oasis a
la vista, una melancolía sin objeto lo invadió de pronto. Cerró los ojos un
instante y, al abrirlos, la sorpresa lo dejó sin respiración. Frente a él, un
extraño hombrecito lo miraba con descaro. «Dibújame un cordero», susurró. Asombrado,
Antoine retrocedió dos pasos. «Dibújame un cordero», repitió el muchacho y, sin
saber por qué, entonces él obedeció. Lo hallaron días después, deshidratado y
solo. Hablaba en su delirio de un asteroide muy lejano, de un zorro y una rosa....
De un pequeño príncipe que, entre planetas y estrellas, de nube en nube, por el firmamento viajaba.
Segundo
premio "Relatos Compulsivos". Octubre 2019
http://estanochetecuento.com/en-las-arenas-del-sahara-marta-navarro/
Muy bello Marta tu recuerdo a El Principito con esos aromas al Sáhara. Ese prisionero del desierto, y el aroma de tu cuento me han traído recuerdos de una de las películas más bellas que he visto en una sala de cine. Esa fue El paciente inglés de la que además suelo escuchar a menudo una de las grandes bandas sonoras de la historia del cine. Felices sueños, y felices cuentos :)
ResponderEliminarPues mira que El paciente inglés también es una de mis películas favoritas, no sé las veces que la puedo haber visto, así que me alegro un montón de que el relato te haya hecho pensar en ella. Muchas gracias, Miguel;)
EliminarEncantador relato sobre el accidente de Saint-Exupéri, del que afortunadamente se repuso, y pudo escribir un libro inolvidable.
ResponderEliminarBesos, Marta.
Un beso, Mirella. Me alegro mucho de que te haya gustado.
Eliminarawesome article :)
ResponderEliminarhave a nice day
Thanks a lot. Glad you like it.
EliminarUn pequeño homenaje a Antoine Saint-Exupéry. Me ha encantado tu narrativa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegro mucho, Josep. Mil gracias.
EliminarPrecioso relato Marta. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Conrad! Me alegro mucho de que te haya gustado.
EliminarQué bonito, Marta y qué casualidad que acabo de recibir por Whatssapp un montón de fotos del Sáhara enviadas por mi hijo que está por allí. Menos mal que se salvó de ese accidente y pudo escribir su maravilloso libro. Por desgracia, en el de Tolón no tuvo tanta suerte.
ResponderEliminarUn beso.
Hola, Rosa. Escribió también un libro precioso "Tierra de hombres" donde cuenta sus experiencias en el desierto y esos primeros años de la aviación. Creo que te gustaría pero probablemente esté descatalogado,
EliminarHola Marta. Como puedo añadirte a mi ista de blogs que sigo?
ResponderEliminarUn beso.
Mavi
Hola, Mavi. Pues tendrás que ir a "diseño " "mi lista de blogs " "añadir" y poner la dirección del blog https://cuentosvagabundos.blogspot.com A ver si te sale :)
EliminarUn hermoso microhomenaje a la eterna El Principito. A veces la tragedia nos lleva por caminos de crecimiento que de otro modo serían inaccesibles. No solo sobrevivió, sino que quizá comenzó de verdad a vivir. Un abrazo, Marta!
ResponderEliminarMuchas gracias, David. Me alegro un montón de que te haya gustado :)
EliminarUn texto conjetural y encantador. Cargado de belleza y de poesía en su propósito. El querido Antoine, piloto y escritor, anduvo por estos lares. Muy bueno Marta. Me gustó mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias, Néstor. Cuánto me alegro de que te haya gustado!
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