sábado, 30 de septiembre de 2017

Quinto B



El mismo piso. De nuevo. Y ya eran tres los asaltos que aquel agosto había sufrido, algo ciertamente excesivo incluso para tal mes. Como siempre puerta de par en par, cajones desvalijados, libros por el suelo, nada, al parecer, que echar en falta. Un halo de misterio envolvía sin remedio a su inquilina. ¿Qué escondía aquella anciana y quién lo buscaba con tanta tenacidad? Desplomada en su sillón, rodeada de policías, ella temblaba, no de miedo sino de emoción. Debía acabar con semejante desatino lo sabía pero tanto le pesaba la soledad... Y tan divertida resultaba siempre su pequeña picardía... 

domingo, 24 de septiembre de 2017

Niños de nadie


...Elige siempre la esperanza
Séneca

Elmer Mendoza nació un día de invierno frío y muy lluvioso. Nadie recuerda con exactitud la fecha pero sí el frío y la lluvia que por aquel tiempo cayó durante días. Y la niebla. Una niebla espesa que llegó de golpe a la ciudad borrando todas las cosas. Quizá fuera enero. Quizá no. Nunca a causa de semejante olvido ha celebrado su cumpleaños. Nunca ha tenido regalos, tartas, ni velas donde soplar un deseo.
Aquel invierno, el invierno de doce o quizá trece años atrás en que Elmer vino al mundo, los padres habían vendido la poca tierra que aún tenían en la aldea natal y, esperanzados como nunca estuvieron, como ya nunca volverían a estarlo, habían marchado a la capital en busca de un futuro más próspero para el hijo que venía en camino.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Encrucijada


         El monótono sonido del teclado de la vieja underwood que hace  tanto tiempo su padre le regaló siempre desde entonces compañera fiel se detiene al fin. Durante horas, sin pausa, ha resonado en la habitación y de improviso un silencio denso y pesado invade la estancia. Tras los cristales, al otro lado del balcón, la tarde se apaga lentamente. Ha comenzado a lloviznar, la luz es cenicienta y fría y una fragancia suave a tierra mojada, primera advertencia de un otoño recién apenas estrenado, se cuela por alguna ventana entreabierta.
 A esa hora imprecisa que ni al día ni a la noche parece pertenecer, solitaria como un fantasma, repasa Victoria las páginas escritas. Metódica y concienzuda. Con extremo cuidado. Satisfecha, por fin. Aspira lentamente el aire limpio y húmedo del anochecer y sucede en ese instante que por sorpresa sus ojos se llenan de lágrimas. No sabe bien por qué llora. Nunca fue ella mujer muy dada a la ternura pero una emoción incontrolable, algo que no acierta a explicar, de pronto la ha conmovido de un modo extraño. Sólo es cansancio, piensa y, sí, tal vez tan sólo eso sea. Tal vez.

lunes, 11 de septiembre de 2017

Dos pequeñas aventureras


La casa ha comenzado a llenarse de hormigas, plaga pertinaz que rauda y sigilosa todos los rincones invade. Tras los árboles el invierno acecha y, siempre previsoras, concienzudas, todas ellas su refugio preparan. Aunque... ¿Todas? No. Tal vez no todas. Cuentan que, tras conversar con una cigarra algo juerguista y atrevida, dos jóvenes obreras de su grupo desertaron y hacia la capital una noche de luna llena marcharon. Grandes cómicas los rumores dicen llegaron a ser y un hormiguero repleto de luces y candilejas juntas crearon. Así me lo contaron y a vosotros yo os lo cuento, mas ¡cuidado! tantas leyendas urbanas embusteras fantasías circulan estos días...

sábado, 9 de septiembre de 2017

Sin rumbo


Lento, muy pausado, casi perezoso, el tren abandona la estación. Listos para emprender un camino que apenas intuyen pero muy largo e incierto adivinan, en sus vagones se acomodan los últimos viajeros. Espectros silenciosos sobrecogidos por el frío y la desolación de esta noche sin luna a la que de improviso se han visto arrojados, forzados por una repentina y cruel destrucción de anhelos y esperanzas que a comprender no alcanzan, con una mirada de infinita tristeza se despiden del mundo que, sin ellos, tan desamparado y helado ahora queda.
Inmóvil, detenida en el andén, una mujer algo marcada por la edad y las inclemencias del tiempo y de la vida, observa como poco a poco, en la distancia, el extraño convoy se aleja. Una vez más − imposible ya resulta saber cuántas− lo dejó pasar y quizá ahora se arrepienta.

lunes, 4 de septiembre de 2017

Septiembre


Melancólico y sereno, suave, tenue, casi de puntillas, regresa septiembre. Una advertencia de otoño Melancólico y sereno, suave, tenue, casi de puntillas, regresa septiembre. Una advertencia de otoño hay en su luz, en el dorado matiz de sus colores, que sin remedio el verano resquebraja. Acortan los días, refrescan las noches. Lentas y silenciosas comienzan las hojas a caer, desnudos quedan poco a poco los árboles, cubiertas de efímera hojarasca las aceras y los parques. Perdida en el recuerdo, cual veraniega postal, la ardiente furia del sol, las tardes junto al mar, los castillos de arena, el sabor a sal...
Un ejército de nubes cenicientas, de improviso hará tronar la tempestad. Repiqueteará la lluvia en ventanas y balcones, charcos de cristal, transparentes como espejos, en las calles y un suave olor a tierra mojada en alas de un viento, tal vez cálido, tal vez destemplado y pertinaz, la ciudad suavemente envolverá.

miércoles, 30 de agosto de 2017

El amor te hará inmortal. Ramón Gener ─ Reseña

 

Mi padre murió dos veces. La primera, una mañana soleada en la que el alzhéimer nubló su mente y me olvidó. Y la segunda, tres días antes de Navidad, cuando, convertido en el Bolero de Ravel, dejó de respirar.  


Ramón Gener, director y presentador del programa de televisión This is Opera, escribió este libro tras la muerte de su padre, durante mucho tiempo enfermo de alzhéimer. Mezclando fantasía y realidad, de la mano de las tres Moiras griegas del destino, el autor emprende un viaje a través del tiempo y el espacio que le lleva a diferentes lugares y momentos de la historia de la música para mostrarnos con exquisita sensibilidad el dolor, la emoción, la desesperanza, de los grandes maestros en su peor momento: en el de enfrentarse, como él, a la pérdida y a la ausencia definitiva que es la muerte.

Verdi, Puccini, Brahms, Farinelli, Berlioz, Joaquín Rodrigo, María Callas... a todos nos los presenta en su mayor instante de tristeza, de derrota o incomprensión. Y con todos nos hace emocionarnos y asistir a la transformación de un dolor inmenso en inspiración, belleza e inmortalidad.

Así, es esta una historia sobre músicos pero por encima de todo es una historia sobre sentimientos y emociones, un alegato en favor de la memoria y de la vida repleto de magia, de ternura, de poesía; envuelto en música, literatura, cine, mitología. Una conmovedora historia de amor, delicada, luminosa y muy esperanzadora.

viernes, 18 de agosto de 2017

Una tarde de verano


Desde la distancia, desde el pensamiento y la belleza, golpeados por la pena y la impotencia, invadidos por la angustia y el vacío, heladas lágrimas de cristal por los mortales lloran los ángeles del cielo. Lágrimas por una tarde de verano para siempre en mil esquirlas rota, por el futuro perdido que, tal vez, un día juntos dos corazones soñaron, por el desconcierto y el espanto a sangre y fuego grabado en los ojos de un niño, por tanta inocencia sin remedio perdida, por la tristeza profunda y el infinito desconsuelo de lo irremediable. Lágrimas que sombra, dolor y el arañazo del desamparo arrastran. Lágrimas desoladas, frágiles y desvalidas que hoy sobre la tierra vierte el cielo por tantas almas que, inmisericordes, nunca olvidan, no perdonan, a otras hieren y no aman.

lunes, 14 de agosto de 2017

El viaje


Abierta sobre la cama, todavía vacía, la maleta sonríe amenazante. El muchacho la contempla con una asfixiante sensación de vértigo en el estómago. Tanto tiempo como lleva soñando con el viaje, tantas noches en vela, tanta ilusión. Y ahora... ese miedo que a traición se le cuela entre las tripas, ese miedo que implacable martillea sus sienes. Pero no puede echarse atrás, ya no. No habrá otra oportunidad, lo sabe. Es este su momento y debe aprovecharlo. Marchar, descubrir el mundo, volar lejos muy lejos del hogar y un día, tal vez, regresar.
«¿Listo? nos vamos, prepárate», muy suave y muy bajito le reclama una voz al otro lado de la puerta. Su corazón entonces se acelera, lo siente latir sin control y una inoportuna sensación de claustrofobia lo asalta por sorpresa. Nunca le gustó la oscuridad, sólo fingía ser valiente pero no es ya tiempo de arrepentimientos ni lamentos. Resignado, muy asustado, respira hondo del modo en que ha practicado durante los últimos días, la angustia cede poco a poco, se desviste, murmura una plegaria triste y dolorida y al fin, con una pirueta digna del mejor contorsionista, se acurruca dentro de la vieja maleta y cierra los ojos.

viernes, 4 de agosto de 2017

Carta sin destino


Un ejército de hombres derrotados, de hombres sin rostro, sin sueños ni futuro, tristes autómatas en pos de una quimera imposible, recorre mis entrañas. Siento sobre mí su llanto, su herida, el grito atronador de su furia y su desgarro. Suplican ayuda. No deseo traicionarles y sin embargo.... Quisiera comprender qué me ocurre, cual fue el maléfico embrujo que, en algún momento, secuestró mi voluntad para convertirme en esta marioneta sorda e inclemente que ahora soy. Imploro con estas palabras un perdón que no merezco y a cada instante los pienso, torturado por la culpabilidad y la vergüenza que serán para siempre mi condena.

Firmado: El corazón roto de la vieja Europa.