Cuando le conocí, Cosme era un ser afortunado. El hombre con más suerte del mundo, solía decir. Papá de dos niños a los que adoraba, enamorado como nunca de su mujer, dueño de una casa con chucho y jardín. De anuncio, vaya. Así era su vida. Días apacibles, rutinarios, empalagosos hasta el hartazgo. Más feliz que una perdiz. Siempre. ¿Podéis creerlo? En fin. Aquello era algo insoportable y yo no logré resistirlo. Tampoco puse mucho empeño, debo admitir. Y quizá fuera un pelín impulsiva, no digo que no, pero....
Tropezar
con esa criatura infame un día sí y otro también me desquiciaba. Aquella
absurda cortesía, su impecable gentileza, la sonrisa amable que curvaba sus
labios a la menor oportunidad. ¡Agh! Su sola presencia me ponía enferma. Así
que, ¿qué os voy a decir? No fue mi culpa. Lo que sucedió fue lo inevitable. Una
no puede reprimir siempre sus instintos, ¿no es cierto? Estaba en mi naturaleza. ¡Y todo resultó tan fácil! Un soplido suave, un conjuro impronunciable y listo.
Ahora vive divorciado ─¡pobre diablo!─, peleando por la custodia de los críos, entre
juicios y abogados. Un alma solitaria ganada por las sombras. No es por
presumir pero la verdad es que soy muy buena en mi trabajo. Genial, en
realidad. ¿Perversa, decís? Sí, lo reconozco. Pero, ¿qué esperábais? Todo el
mundo sabe que las brujas no tenemos corazón.
Hola Marta ¡Qué buena villana has creado! Aunque tu personaje sea una bruja, sabemos que hay gente que sin tener poderes especiales se dedican a joder la vida de los demás. Me gustó mucho, saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ana. Sí que hay mucha gente complicada, sí, jeje.
Eliminar¡Hola, Marta! Muchas gracias por participar en el microrreto. Nos has traído a una de las clásicas villanas de cuento por excelencia, pero con un perverso toque actual que la acerca hasta nuestros días. En la manera de contar la historia, queda perfectamente reflejado su carácter malvado y altivo (y encontramos antivalores como podría ser la envidia), justificando además sus acciones como algo natural para ella. Muy buen relato con un personaje muy carismático!!
ResponderEliminarUn abrazo :)
Muchas gracias a ti, M.A. ¡Cuánto me alegra que te haya gustado!
EliminarEs que la perfección es difícil de alcanzar y aún así algunos la persiguen! Y cuando el prójimo por fín consigue la absoluta felicidad nos es imposible soportarlo! Está en nuestro ADN, seamos brujas o no! Ja ja! Estupenda tu villana! Un abrazo!
ResponderEliminarEnvidiosilla, la brujita... Mil gracias, Marifelita. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarMe parece que la bruja está enamorada, y que como tal y como era, no le encajaba, cambio un poco ñas circunstancias. Porque? Porque podía.
ResponderEliminar"El repelente niño...
Tenías que haberle bautizado Vicente.
Representas muy bien la saña y rabia que esconde en su no-corazon
Abrazoo
Un poco repelente sí que era el tal Cosme, ¿verdad? Al final la bruja va a tener razón. Muchas gracias, Gabiliante.
EliminarEso se llama envidia!! Hay muchos que no pueden soportar la felicidad ajena y sin llegar a los extremos de tu maravillosa bruja, se las arreglan para ir estropeando el paso a paso. La tuya es absoluta, exhaustiva y tan real! Un abrazo
ResponderEliminarMil gracias, Juana. Sí que era un poco envidiosilla esta antagonista.
EliminarPobre hombre; necesita con urgencia los servicios de los Warren.
ResponderEliminarPobre. No lo vio venir.
EliminarJajajaaj; me encanta la bruja que has creado. Es que tanto empalague, almíbar y encima con chucho es insoportable ;). Está claro que los villanos/antagonistas son los que le ponen salsa a la literatura o al cine.
ResponderEliminarGenial relato, Marta.
Hola, Miguel. El Cosme de marras al final se lo merecía, ¿verdad? Imposible aguantar tanta perfección, jeje. Un beso y muchísimas gracias. Me alegra un montón que te haya gustado la brujilla.
EliminarSimple envidia, lo peor del ser humano, aunque la villana sea una bruja. Me da lástima esta brujilla, pero sobretodo los niños.
ResponderEliminarLa brujilla cumple su papel, jeje. Gracias, DelaFlor.
EliminarComo dice delaFlor, la envidia es mala consejera. Noy hay nada que resulte más molesto a otro ser humano al que la fortuna no le sonrie, que un projimo que parece tenerlo todo.
ResponderEliminarDe estas frujas las hay a patadas, también brujos, seamos honestos.
Un brazo.
Como ella misma dice, estaba en su naturaleza. La pobre solo hace su trabajo, jeje. Muchas gracias, Francisco.
EliminarQué mala suerte tuvo el pobre de Cosme al cruzarse en su vida con una bruja maléfica y, añadiría, celosa de la felicidad ajena a más no poder. Pueden haber villanos simpáticos, pero esta me ha caído fatal, ja, ja, ja.
ResponderEliminarMe ha ecantado.
Un abrazo.
Un poco perversa, sí, la brujilla, jeje. Mil gracias, Josep.
EliminarLa verdad es que un poco de grima sí que daba tanto merengue. Creo que un poco de realidad en una vida tan de cuento de hadas tampoco viene mal. Debo de ser mala, pero he empatizado con tu bruja piruja.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un beso.
Claro, pobrecita bruja que nadie la comprende, jeje. Un beso, Rosa. Muchísimas gracias.
EliminarHola Marta, como bien dices al final es una bruja y además algo celosilla. Un buen micro. Te aplaudo. Abrazos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Nuria.
Eliminar¡Qué detestable ese Cosme, Marta!
ResponderEliminarMenos mal que todo tiene solución.
Un malvado abrazo ;-(
Jeje, algo de razón tenía al final la brujita. Muchísimas gracias, Miguel Ángel.
EliminarJaja me encantó. Casi me parece encantadora esta brujita, pareciera haberse resistido en un inicio a sus inclinaciones. Simpática, sí. Pero en la vida real de que las hay, las hay! Y estas, de verdad que no causan tanta gracia.
ResponderEliminarUn abrazo Marta!
Las de verdad son otra cosa, sí, jeje. Muchas gracias, Maty. Un beso.
EliminarHola, Marta:
ResponderEliminarLeerte es caer bajo el embrujo del hechizo de tu escritura.
Hay mucha bruja avería invocando sapos y culebras en su ritual diario de “¡Viva el mal, viva el capital!”. Y vas tú e invocas este conjuro benefactor que es leerlo y ¡chas! el buen ánimo aparece a nuestro lado.
Un abrazo, embrujadora Marta.
¡Ay, Nino! Mil gracias. Cuánto me alegra lo que dices y que el micro te haya hecho sonreír un poquito. Generosísimo tu comentario.
EliminarAlgo me dice que la bruja estaba envidiosa de la felicidad de los demás.
ResponderEliminarMe gustó mucho. Muy original.
Un saludo.
Me alegro, Cynthia. Muchísimas gracias.
EliminarPues te ha quedado muy bien, Marta, las razones que da tu antagonista para justificar su postura y amargar la existencia a Cosme y el resto de su familia. Espero que al menos el chucho haya ganado con el cambio, porque lo que es el resto, malo. Creo que has retratado psicologicamente muy bien a la bruja y has conseguido que sonría con las desdichas del pobre Cosme. Muy buen relato, me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues contentísima porque te haya gustado, Carles. Mil gracias.
EliminarUna bruja en todo su esplendor. Aunque tanta perfección y felicidad resultaba demasiado edulcorada. Hasta cierto punto es comprensible... Aunque menos mal que solo es un cuento... ¿verdad?
ResponderEliminarBuen relato. Un beso.
Demasiado empalago, sí. Al final la brujilla tenía algo de razón. Un beso, MJ. Muchísimas gracias.
EliminarHola Marta, aquí en Argentina hay un dicho que dice: "que las hay, las hay", no necesariamente deben vestir el clásico sombrero y volar en escoba, hay otras que con la misma envidia cumplen sus objetivos de maldad.
ResponderEliminarSaludos PATRICIA F.
Claro, brujillas camufladas. Muchas gracias, Patricia.
EliminarDe la perfección a la pedantería solo hay una fina línea, como la del amor y odio. De hecho, muchas veces se confunden en la mente de quien lo observa. Caso pilla forma en esta. Si eres igual de bueno, te sientes identificado, pero si por el contrario eres perverso... Pues eso, piensa mal y acertaras, y si no te justificas con que el tio es un pedante que te desquicia. Aunque si eres brujilla ya ni siquiera te hace falta escusa, jajaja.
ResponderEliminarGenial retrato, Marta.
Un abrazo!
Sí que era un pelín repelente, sí, el pobre Cosme, jeje. Muchísimas gracias, Pepe. Me alegra un montón que te haya gustado.
EliminarQue bien te quedó el personaje de la bruja, la corroe la envidia y no puede ver al vecino como es feliz.
ResponderEliminarEs que hay algunos que te pasan por la cara lo felices que son y claro tu prota no lo aguantó más y puso punto y final.
Un abrazo Marta
Puri
Un beso, Puri. Muchas gracias.
Eliminar¡Hola, Marta! Desde luego, ¡qué poco hace falta para arruinarle la vida a una persona! Me ha gustado mucho la ira que destila la protagonista y la jactancia con la que se justifica. ¡Un excelente micro, felicidades! Un abrazo.
ResponderEliminarMil gracias, Javier. Me alegra mucho lo que dices.
ResponderEliminarEnhorabuena. Convertir en sinistro un mero capricho celoso no debe ser fácil. Un relato muy redondo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Guille. Me alegra que te haya gustado.
Eliminar¡Ja, ja...!
ResponderEliminarMe has recordado a Pandora la madre y suegra Bruja en aquella serie de cuando era peque, Embujada,
Salud
Pues no me acuerdo mucho de ella, la verdad, pero mil gracias.
EliminarPues si que sabe hacer su trabajo la bruja enhorabuena Marta por el relato.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ainhoa.
EliminarHola, Marta. Muchas veces no hace falta ser bruja para odiar a alguien con esa felicidad tan empalagosa. Estupendo relato como siempre. Un abrazo.
ResponderEliminarEl hombre se lo iba buscando, ¿verdad? Mil gracias, Isan.
Eliminar¡Hola Marta! Muy buena villana la que has creado. Me encanta sobre todo el final en el que la bruja se dirige a los lectores, rompiendo así la cuarta pared.
ResponderEliminarMil gracias, Rocío. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarHola Marta ..... Ahora comprendo porque Torquemada , en aquella época quemaba en la hoguera a todas las brujas jajajajajajaj, pero se le escaparon unas cuantas por lo que veo , jajajajajaja.
ResponderEliminarMuy original y bonito tu relato me a gustado mucho amiga , besos de flor.
Alguna se escapó, sí, jeje. Muchas gracias, Flor.
EliminarHola, Marta. Esta bruja, desde lego, se uniría contenta al bando del que no debe ser nombrado. ¡Qué mala leche gasta la señora!
ResponderEliminarMe ha gustado un montón. Felicidades.
Seguro que sí que se uniría, jeje. Muchísimas gracias, Bruno. Me alegra que te haya gustado,
EliminarEstupenda historia la que has escrito, Marta. Hay quienes no pueden soportar ver bien a la gente a su alrededor, mientras otras personas parecen estar pidiendo a gritos que las envidien, las detesten y les pongan la zancadilla. Hay que tener cuidado de lo que se presume hasta el hartazgo, pues siempre puede haber una bruja cerca dispuesta a contradecirnos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchísimas gracias, Estrella. ¡Qué bien que te haya gustado!
Eliminar¡Hola, Marta! Una de las cosas que nadie reconocerá jamás es que la desgracia ajena es muy reconfortante para quien es consciente de sus carencias. Como decía Hannibal Lecter, codiciamos lo que vemos, si nuestro coche es un cuatro latas y el vecino se compra un Audi, ¿cómo no sentir cierto bienestar si nos enteramos de que un gamberro se lo ha rayado o algo peor? Y es que la desgracia ajena atrae más que su felicidad. De eso saben mucho los informativos a la hora de seleccionar sus noticias. Una bruja muy bruja la que nos presentas con tu estupendo micro. Un abrazo!!
ResponderEliminarMuchas gracias, David. Un pelín envidiosilla esta brujita, sí, jeje.
Eliminar¡Qué buen relato, Marta! Ingenioso, divertido. Desde el principio la ves venir, henchida de ego y encima me cae bien. Ya se que es la mala del relato, pero la has pintado con tanta gracia, sutileza y encanto, que yo también caería en sus redes como una pava.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ay, María Pilar! ¡Qué bonito y cuánto me alegra lo que dices! Un beso y mil gracias.
EliminarNo juzgo Te leo y sonrio
ResponderEliminarMe alegro. Muchas gracias.
EliminarLa envidia, ¿quizás despecho? consigue desatar la villanía. En este caso me cae muy bien esta brujita, se lo pusieron a huevo y me ha sacado una sonrisa. Buen relato, Marta! Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Lola. ¡Qué bien que te haya gustado!
EliminarHola Marta. Tu bruja personifica la envidia que no pocas veces aflora en tanta gente, la que dicen que es el mayor pecado de esta país. En realidad no le reporta más que la satisfacción de ver que ese hombre ideal ya no tiene aquello de lo que ella carecía, pero parece que eso es suficiente para la malvada. Muy buen símil. Un abrazo.
ResponderEliminarUn poco envidiosilla, sí, pero ¿qué va a hacer? si, como ella dice, solo cumple su trabajo, jeje. Muchísimas gracias, Jorge.
Eliminar¡Brujillaaaaa!, ¡Hola Marta! que sí, estoy con tu prota. Y no no hay que acudir a la magia, que malvados los hay hasta en los que parecen rebozados en bondad. Solo que ese lado negro está más oculto, pero si debe salir sale, vaya si sale. Jeje. Un besote
ResponderEliminarUna profesional, esta brujita, jeje. Un beso, Emerencia y muchísimas gracias.
EliminarUna villana que usa el ser bruja como excusa y tal vez sea reprobada por algunas colegas, por desprestigiar el ser brujas.
ResponderEliminarUn abrazo
Una villana orgullosa de su condición. Gracias por pasar.
EliminarHola, Marta. El tipo , Cosme, era carne de cañón. Si encima se cruza con tu prota, aunque al principio parece solo medio mala , pues ya está hecho el conjuro. Me ha gustado muchísimo la voz narrativa de la bruja. Te va envolviendo y al final hasta casi justificas su mal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ella está cargada de razones, jeje. Muchísimas gracias, Pedro. Muy contenta porque te haya gustado.
Eliminar¡Ay brujita, brujita! Pues tienes razón, hay seres que, de tan perfectos que son, dan asco. ¡Ja Ja Ja! No sé si me has hechizado a mí también, pero justifico el conjuro totalmente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jeje, pues muchísimas gracias. Muy contenta porque hayas caído en el embrujo de esta brujilla.
EliminarHola... pues la verdad, verdad, creo que tu historia es algo mas real de lo que parece.. hay muchas brujas y brujos por ahí que no pueden ver cosmes exitosos porque la envidia les corroe.. excelente relato ¡saludos!
ResponderEliminarMil gracias, Octavio. ¡Cuánto me alegra que te haya gustado!
EliminarBruja... Y al 100 por cien, y a tiempo completo. Se es o no se es… Qué bien la has dibujado; hemos entrado en su mente perversa sin más. Bordadito con encaje de brujas, je, je…Muy bueno!
ResponderEliminarUn abrazo :)
Un beso, Maite. Muchísimas gracias. Me alegra que te haya gustado esta brujilla.
EliminarHola, Marta. Pero que japuta es la bruja de tu relato. La verdad es que hay gente así y como alguien les caiga mal, solo viven para hacerle la vida imposible; menos mal que, al menos, no tienen poderes mágicos.
ResponderEliminarSaludos
Ya ves, toda una profesional esta brujita. Muchas gracias, JM.
EliminarMe encanta la villana que has retratado tan bien en este micro, Marta. Tu forma de contar tiene magia, atrapas de principio a fin. ¡Genial!
ResponderEliminar¡Ay, Carmen! Muchísimas gracias. ¡Cuánto me alegra lo que dices!
EliminarMuy buen relato, es que aguantar a gente así es complicado jajaja. Una cosa te digo, al final no estaba seguro de si era una bruja o un directivo de banca :P
ResponderEliminarPues sí, también podría ser un directivo, jeje. Muchísimas gracias, Valentín. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarNo sé si me animo a comentar en un sitio creado por una bruja así. Pero lo haré, porque es muy buena escribiendo, pero además porque el tipo se lo merecía, no por ser dueño de una felicidad insoportable, sino por su mentira. Esas personas cuya plenitud desborda viven una irrealidad, tal vez por eso la bruja lo puso en su lugar. Y lo peor es lo que le hacen creer al mundo.
ResponderEliminarNo, si al final tengo que admirarla, a la bruja, claro.
En fin, en mi tierra hay un tango que se llama "Besos brujos".
Que los hay, los hay.
Un abrazo.
Por lo menos esta brujilla va de cara, sin intentar camuflar sus maldades. Me alegra mucho que te haya gustado el cuento. Muchas gracias.
ResponderEliminarHola, Marta!! Esa bruja no puede soportar la felicidad de los demás y hace un conjuro para destrozar la vida del pobre Cosme y de toda persona que sea feliz. Menuda villana está hecha. Me ha gustado mucho tu micro. Un abrazo!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Cristina. Me alegro un montón.
EliminarVaya, vaya Marta, no se que es mas genial, si la bruja o la nueva vida de Cosme, pasó de una vida metódica y sin adrenalina, a una a todo dar, activa por demás, en la que tuvo que sacar todas sus fuerzas para sobrellevarla, ja, ja.
ResponderEliminarY no es que las brujas sean envidiosas, es que son muy curiosas y algo malvadas. Me gustó mucho el micro, salió mi bruja a relucir, ja, ja. Abrazos.
Un pelín malvada esta brujita, sí. Un beso, Harolina. Muchas gracias.
EliminarMe encanta el mundo de las brujas, me ha gustado mucho tu micro y el personaje que has creado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Dakota. Muy contenta porque te haya gustado.
EliminarBuenos días, Marta.
ResponderEliminarUna villana muy interesante. ¿Podrías pasarme su teléfono?
Es para un asuntillo con un cuñao. 😜😝
Muy buen relato. Narrado en primera persona, genera una gran intensidad y hasta convierte en poética a esta brujita.
Felicidades. Un Abrazo.
Jeje, muchas gracias, José Antonio. Una brujita orgullosa de su trabajo, esta.
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