Lo que daría porque fuese ya de día y su dulce voz me susurrase, «lavavajillas»,
«espumadera» o «colesterol». No suena muy romántico, lo sé, pero ¿qué quieren?,
a estas alturas del tiempo y de la vida los cuentos de hadas hace mucho que
dejaron de ser lo que fueron y para ser sincero nunca comprendí esas ñoñerías
que a tantos matan no sé si de amor o de aburrimiento. Y sin embargo,
reviento de ternura cada vez que ella pregunta por mi colesterol o insomne en
plena madrugada necesito de repente oír su voz para sentirme atado al mundo.
Así que, ya ven, puede que en el fondo mi corazón no sea tan arisco como
aparenta. Juzguen ustedes...
Microrrelato para el concurso "Relatos en Cadena" del programa La
Ventana de la Cadena Ser.
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