Como una mujer sin biografía
Cincuenta
y nueve años en la sombra. Así podría definirse la vida de Dorothea Dodds. Hija
de un famoso pintor afincado en Buenos Aires, secretaria, cuidadora, modelo de contención
y responsabilidad pese a no sentirse valorada como debe, ella ha sido siempre
el sostén de la familia, de unos padres y un hermano complicados y poco
afectuosos que la requieren para todo y no le reconocen ningún mérito.
Cansada de esa situación, consciente de que la vida le pasa de largo, Dorothea decide un día emprender su propia aventura y así, con la complicidad de Mary, una prima inglesa que la sustituye al cuidado de los padres, comienza un viaje por la campiña inglesa que la llevará a reflexionar sobre su identidad y su pasado, a tratar de reencontrarse y recolocar desde la distancia una historia de amor cuyo recuerdo aún la perturba. Todo ello mientras descubre un mundo nuevo que la cautiva de inmediato y sirve de contrapunto a su viaje interior.
Desde
ese punto de partida Mariana Sández (Buenos Aires, 1973) arma una historia que
avanza a dos voces (Dorothea y Mary) y en dos continentes, que analiza con
humor y ternura ciertas dinámicas sociales y familiares e invita a reflexionar
sobre decisiones postergadas, roles impuestos o la posibilidad de reinventarse a
cualquier edad.
Ágil y con mucho ritmo, mordaz en algún momento, novela honda y muy emocional, que muestra la complejidad que esconden vidas aparentemente sencillas y anodinas y obliga a mirarlas desde otra perspectiva. Héroes mínimos, capaces de aprender, de seguir adelante sin precisar la aprobación de los demás y superar el vértigo que puede en ocasiones provocar la libertad.
Me ha encantado cómo has capturado la esencia de Dorothea, esa mujer que, tras una vida en la sombra, decide abrazar su propia aventura con valentía. La forma en que describes su viaje, tanto físico como interior, y el contrapunto entre las dos voces y los dos continentes es muy interesante. Tu análisis, tan delicado, resalta esa mezcla de humor, ternura y reflexión que hace que la novela suene tan especial. Me has dejado con unas ganas enormes de sumergirme en esta historia de héroes mínimos, de reinvención y de emociones que laten bajo la superficie. Un beso, Marta.
ResponderEliminarHola, Miguel. Pues sí, es sobre todo un viaje interior que deja al descubierto esas vidas pequeñitas que parecen no tener importancia y esconden sin embargo un mundo propio tremendo. Y heridas y silencios... Me alegra que te haya gustado la reseña. Es una historia bonita y agradable de leer. Un beso y muchísimas gracias.
EliminarPobre Dorothea. Tiene que ser de lo más frustrante darlo todo en el cuidado y atención de la familia y que no se reconozcan los esfuerzos. Imagino que su narración y la de Mary tienen que resultar de lo más interesante en ese intercambio que hacen de lugar y de ocupación. Anotada queda.
ResponderEliminarUn beso.
Y cuántas Dorotheas hay por ahí en la sombra... Los dos personajes se complementan muy bien y amplían la perspectiva de la historia. Es una novela agradable. Yo he llegado a ella a través de las propuestas de Serendipia y sí que me ha gustado. Ya me dirás, Rosa, si te animas con ella. Un beso.
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