Con los humanos como atracción estelar, el gran circo intergaláctico anunciaba la función. «¡Pasen y vean! ─tronaba una voz en el espacio─ ¡El mayor espectáculo del Cosmos! ¡Pasen y vean!». Responsable de la gran hecatombe que generó la nueva era, la raza humana era una leyenda que se perdía en el principio de los tiempos. Seres de todos los rincones del Universo llenaban el anfiteatro con enorme expectación. ¿Algún grupo habría sobrevivido a la extinción?, ¿era eso posible?. «¡Pasen y vean! ─repetía la voz su exhortación─ ¡¿Mito?! ¡¿Realidad?! ¡Pasen y vean!». Atado a los barrotes de su jaula, un hombre temblaba mientras tanto de miedo y desconsuelo.