En
los confines del mundo, más allá de toda lógica o razón, crecía el bosque
fractal. La exactitud geométrica de sus árboles era asombrosa. Calcaban
patrones idénticos y a fuerza de repetir su infinita secuencia parecían querer fundirse
con el cielo, alcanzar quizá la línea invisible que marcaba al horizonte su
final.
Muchas leyendas hablaban de la magia del lugar, del poder que habitaba entre sus sombras, de un misterio insondable que nadie nunca pudo desvelar.
Hasta
que una muchacha de corazón valiente ─contaba la más antigua─ se adentró por ese
paraje un día a la caza de respuestas. Las hojas crujían a su paso, la luz del
sol se filtraba entre el boscaje y un mosaico de colores brillaba en su
reflejo. Caminó durante horas para detenerse al fin sobre un claro que rompía
la espesura. En su centro, un inmenso roble se alzaba solitario entrelazando sus
ramas en bucles de imposible geometría. Su tronco se retorcía en espirales
perfectas y sus hojas parecían fragmentos de cristal. La joven se aproximó a
él, acarició sus formas con los dedos y al hacerlo una inscripción brilló sobre
su corteza. «El corazón de lo fractal revelará la verdad ─decía─. Esencia de la
vida, equilibrio o armonía. Solo quien en él se adentre la hallará».
Una
luz suave salió al instante del interior del árbol y una energía desconocida
que llenó el aire de extrañeza ató a sus raíces el alma de la joven.
Desde
entonces, una cascada de flores cubre la corteza del roble y un canto de mujer
─las gentes del lugar dicen─ mece a la noche con dulzura, salpicando el sueño
de la luna de lágrimas de rocío.
¡Hola, Marta! Un relato muy evocador, no sé si metafísico sería la palabra. Un cuento visual y hermoso que nos lleva a pensar e imaginar en todos los planos que se esconden detrás de una misma realidad. Nuestros sentidos nos muestran una, pero ¿te imaginas que fuéramos átomos con ojos? Veríamos campos magnéticos y en ellos otros átomos mezclándose o repeliéndose, eso sería todo. Y si bajáramos al mundo cuántico, ni te cuento. Todo eso son los pilares de lo que entendemos como realidad. En el fondo todo ordenado y conectado. Un abrazo!
ResponderEliminarQuién sabe lo que habrá tras lo que no vemos, ¿verdad? Me ha salido un relato algo extraño pero me alegra que te haya gustado, David. Un beso.
EliminarMuy visual e inquietante. Un relato lleno de simetrías y de sensaciones.
ResponderEliminarMe gustó. Un abrazo
Me alegro, Albada. Muchas gracias.
EliminarHola, Marta, ¡qué bonito! Tus palabras son evocadoras, transmiten muy bien el mensaje que quieres dar. Y el párrafo final, guauuuu, súper chulo. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
¡Ay, Merche! ¡Cuánto me alegra lo que dices! Muchísimas gracias.
EliminarMucha belleza en un cuento que calificaría como sensorial, lírico y geométrico en su visualidad. Una leyenda, un bosque y el canto de una mujer que conforman un relato original y su vez con tu marca de la casa.
ResponderEliminarFelicidades, Marta.
Hola, Miguel. Un pelín surrealista creo que me ha salido esta historia, jeje, pero me alegra muchísimo que te haya gustado. Un beso y muchas gracias.
EliminarParece muy tentador dejarse atrapar por la perfecta geometría de un fractal. Un relato muy sugerente y muy hermoso.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias, Rosa. Un beso.
EliminarHola Marta... Una cascada de flores son tus letras... Bellísimo aporte al viernes creativo. "El corazón de lo fractal revelará la verdad" me encantó esta frase. Un abrazo
ResponderEliminarPues me alegro muchísimo, Nuria. Qué bonito lo que dices. Mil gracias.
EliminarUna bella descripción de un bosque mágico y un destino entre romántico e inesperado para una joven valiente que tan solo buscaba respuestas.
ResponderEliminarEl final es de una sensibilidad extraordinaria:
"... una cascada de flores cubre la corteza del roble y un canto de mujer ─las gentes del lugar dicen─ mece a la noche con dulzura, salpicando el sueño de la luna de lágrimas de rocío".
Enhorabuena.
Mil gracias, Marcos. Cuánto me alegra lo que dices.
EliminarMe ha encantado Marta. Me he visto transportada al bosque que visito en cuanto tengo un rato libre.
ResponderEliminarAbrazo
Me alegro mucho, Amaia. Muchísimas gracias.
EliminarFue una gran tentación acariciar el roble. Bonita leyenda.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Conchi. Contenta porque te haya gustado.
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